Sufrimiento eterno

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Mi vista se hacia borrosa, cada vez podía ver menos. Acaso todo esto es real? De verdad me estoy muriendo? Quien eres? Que haces aquí?

-No se que esta pasando...- dije con varias lagrimas cayendo de mi rostro.

-Mi niña...- dijo aquel hombre -Solo tienes dos opciones- se agachó a mi, y aunque mi mirada era cada vez mas borrosa, lo vi bien, es que acaso el era real? Me estoy volviendo loca?

-Quien eres?- dije con voz sollozante, el se levantó y siguió mirándome con ojos inexistentes.

-Ahora mismo, soy tu dios, dime cual es tu elección?- Respire hondo, trate de moverme pero simplemente no podía, el cansancio y el dolor me invalidaban completamente. Gire la mirada lo mas que pude para poder ver el rostro vacío de Jeffrey. Esas sonrisa escalofriante parecía por fin estar triste, esos ojos tan azules ahora eran dos farolas apagadas, y ese rostro que hacia correr al mas valiente de los hombres ahora solo era la cara de un hombre deprimido, un hombre que sus acciones lo habían llevado a estar aquí, debajo mio, muerto. ¿Que soy yo? 

Soy una mujer triste, sin amigos, sin familia, sin nadie. Una persona que a pesar de ser bendecida económicamente, vivía en completa soledad. Era cierto lo que le había dicho a Jeffrey, el nunca sabría lo que es ser amado... pero ahora yo nunca conocería lo que es amar, mi vida esta arruinada, no tengo trabajo, no tengo un hogar, no tengo con quien regresar y pedirle perdón por haberme ido, nadie me va a llorar, nadie me va a extrañar, cuando me muera, alguien me va a velar? Merezco vivir? Maté a un hombre y ahora mismo estoy sobre su cadáver. Por que? Por que de las miles de personas que hay, por que me toco a mi? Por que hay personas así en este mundo? No... es mi culpa? Siempre fui irritante? Nadie me hablaba en la escuela, nunca viví la fantasía de un amor escolar, nunca conocí al amor de mi vida, mi vida de sueño... Estoy muriéndome, sola, en una casa en medio de la nada. Y aunque alguien me rescatara, valdría la pena seguir viviendo?  Seguir con esta mentira, con estos traumas, puede acabarse aquí, y ahora. 

-Ya no aguanto...- dije entre mas lagrimas -me duele mucho...-

-Esta bien, comprendo, pero no esperes que este pacto te lleve por buen camino- esas fueron las ultimas palabras que escuche, solo vi que esa silueta se desaparecía a lo lejos, sin dejar nada mas, solo un rotundo silencio.

Cerré mis ojos, entonces lo vi, era mi padre, todo se desvaneció. Una vida seca, sin emoción, sin amigos, sin familia, solo yo. Una vida tan rápida y desagradable que parecía que había pasado en solo unos tristes segundos, sin duda algo que nadie quisiera ver. Necesito parar esto. De un momento a otro, sentí pasto en mis pies descalzos, abrí mis ojos, me encontraba en una llanura en donde soplaba mucho viento y estaba nublando, a lo lejos se veía un hombre, Jeffrey Woods, que solo me miraba sin expresión alguna, sin moverse, solo sostenía la mirada.

-Aissa...- susurro, pero pude escucharlo. Parpadee.

El pasto se convirtió en madera vieja, y el cielo azul se convirtió en paredes desgastas. Estaba en el lugar donde Jeffrey me tuvo presa. Mire hacia mis alrededores, no podía hacer nada, no podía moverme, solo podía girar la cabeza, que es esto?! Entre en pánico, cerré fuertemente los ojos. Calme mi respiración. Abrí los ojos de nuevo, era la habitación de Jeffrey en el psiquiátrico, el se encontraba completamente encadenado, las cadenas lo abrazaban de torso a pies y en su boca había un bozal para enfermos de canibalismo, solo se encontraba ahí, sentado en esa sucia y fría cama, mirando al suelo, parecía que no respiraba.

-Jeffrey...?- dije muy silenciosamente, el levanto la mirada lentamente y me miro con unos ojos vacíos, muertos.

-No eres diferente a mi- dijo secamente y volvió su mirada al suelo inmediatamente.

Asylum    ■Jeff The Killer■Donde viven las historias. Descúbrelo ahora