Sentí como si el tiempo se parará, mi corazón parecía haber dejado de latir y mis ojos de parpadear. Se pudieron haber caído las llaves, pensé, pero era imposible, esas llaves no las saqué hoy, y recuerdo haberlas visto en la mañana en mi bolsa.
Mientras más pensaba, más me consumía en pánico. Por lo que tomé la decisión de llamar a Mark en cuanto antes. Así que tomé mi celular torpemente, mientras temblaba, por miedo a que no me contestara.
Sonaron cuatro pitidos.
-Bueno- dijo Mark, sonaba somnoliento.
-MARK!! ACABO DE ARRUINAR TODO, TIENES QUE AYUDARME!!-
-Aissa... Sabes que hora es?-
-POR FAVOR!! CREO QUE JEFFREY TIENE LAS LLAVES!!-
-Que?? De que hablas??-
-No se que hacer!!! Ayúdame!!-
-Pero... Okay, te veo en el Asilo, llega lo más rápido que puedas- colgué el teléfono inmediatamente.
Corrí por una bata que me cubriera un poco de el frío, ya que mi pijama era únicamente un short y una playera, me puse también unas sandalias y corrí a la salida de mi casa con las llaves de mi coche en la mano.
Sinceramente nunca había manejado tan rápido, y aún así, el camino se me hacía eterno, a pesar de que no había casi autos. Tuve que pasarme un par de altos, pero no me importaba, el riesgo era alto si Jeffrey tenía las llaves de la celda, pensar eso hacía que se me revolvieran el estómago, pues ya había pasado mucho tiempo y si tiene mis llaves, seguramente ya estaría por lo menos fuera de la celda.
Ni siquiera me preocupe por estacionar bien mi auto, es más, ni le puse seguros, estaba impactada ante lo que estaba viendo, cinco patrullas y dos camionetas de unidades caninas ya se encontraban en el asilo, contando el auto de Mark. El, al verme, camino hacia mi.
-Que fue lo que pasó?- su voz no era el dulce sonido de siempre, se oía molesto, con obvias razones.
-Yo... Que sucede?-
-Que sucede??- dijo desesperado -Uno de los peores seres humanos de la historia está suelto!!!- no... Parecía más preocupación disfrazada de enojo, el me tomó por los hombros -dime como consiguió las llaves- me miro serio, su mirada no se apartaba de la mía.
-Es q..que- no pude evitar tartamudear -deje mi bolso unos minutos en su celda, cuando volví note que Jeff actuaba raro, no pensé por que, hasta hace unos minutos, me di cuenta que no estaban las llaves- mire hacia abajo avergonzada, pues fue un error estúpido con resultados fatales. Mark suspiró y me abrazó.
-Ya no importa, lo que importa ahora es extremar precauciones-
-Perdón...- dije con un hilo de voz, pues mis ojos amenazaban con llorar y yo no se los iba a permitir.
-Esta bien... El equipo de rastreo ya lo están buscando, no pudo haber ido muy lejos, lo que necesitas ahora es un poco de café, estás temblando del frío- yo solo me separé de él y asentí con la cabeza.
-Arruine todo...-
-Ya deja eso, conozco una cafetería que trabaja las 24 horas por aqui, ven, sube a mí auto- dijo tomándome de la mano, mientras me guiaba a su auto.
-Pero... Mí auto-
-Tranquila, no le va a pasar nada- yo asentí con la cabeza y subí a el auto de Mark.
El auto aceleró y salió de aquella perturbadora escena. Todas las calles estaban solas y silenciosas, no logré ver a ningún otro auto u otra persona en todo el camino, que a propósito, fue muy incómodo, ni Mark ni yo dijimos ni una sola palabra, el se veía muy concentrado, está situación le preocupaba bastante.
-Llegamos- dijo mientras me miraba con una sonrisa falsa en la cara, se veía que no tenía el humor de estar ahí.
-Mark... Agradezco que quieras hacer esto por mi, pero si no quieres estar aquí está bien...-
-No, está bien... Necesito despejarme y es mejor si estoy contigo- posó una mano en mi hombro como un gesto tranquilizador, su voz ya empezaba a sonar como siempre.
Entramos a la cafetería, era muy chica y un poco descuidada, no había nadie, solo la mesera que se encontraba atendiendo la barra. Nos sentamos en las sillas de esta.
-Buenas noches- dijo Mark muy amable -dos capuchinos altos, por favor- sonrió ante la mesera.
-Enseguida- respondió y salió de la escena.
-No pasó nada grave?- dije mirando mis manos.
-No... Solo hirió a un par de guardias mientras trataba de escapar, pero no es nada grave- el me miraba directamente, más sin embargo yo no podía dirigirle la mirada -Hey... Tranquila- me abrazó con uno de sus brazos.
-Es que yo causé todo esto...- dije mientras tapaba mi cara con mis manos, no soportaría ver la cara de Mark.
-Fue un descuido de todos, para empezar el nunca tuvo que tener una celda común, debía tener una de máxima seguridad, prácticamente fue mi culpa...-
-Sus bebidas- dijo la mesera y se retiró inmediatamente después de dejarnos el café.
-Esta bien...- suspiré, sabía que no estaba bien, nada estaba bien, todo fue mi culpa, y ahora por eso un asesino estaba suelto y probablemente muy cerca.
El resto de nuestra estadía ahí fue menos tensa, Mark y yo hablamos de otras cosas, tratando de evitar el tema de Jeffrey. Hasta que decidimos que ya era muy tarde, eran las 2:36. Mark me llevo a mi casa y justo antes de que me bajara del coche me detuvo.
-Aissa no vayas al asilo en un tiempo, toma unos días, yo te llamo si sabemos algo, okay?- yo asentí con la cabeza -ah... Y por favor, cuídate-
-Tu también cuídate Mark, y Gracias- le sonreí un poco. El me devolvió el gesto.
Salí de su auto y me apresuré a entrar a mi casa, no me importaba nada ahora, estaba agotada, solo quería dormir. En cuanto mi cabeza toco la almohada, mis ojos se cerraron.
Un sentimiento familiar hizo que volviera a abrir los ojos rápidamente. Iba callendo de nuevo al vacío, de nuevo rebotaba en el suelo, y de nuevo mis extremidades se rompían, con una extraña diferencia, Jeffrey Woods se encontraba a unos metros de mi, ahí parado, detrás de una sombra que solo dejaba que se viera el malvado resplandor rojo de sus ojos, su mirada estaba llena de lujuria y deseo. Mis ojos y los de él no se movían, forzaban un contacto visual que parecía que no acabaría nunca, y de repente... Otra vez, otra vez de su boca salieron palabras, palabras que no podía comprender, pero algo me decía que aquellas eran de suma importancia. El empezó a correr hacia mi, y cuando estaba lo suficientemente cerca de mí... Abrí los ojos.
El reloj marcaba las 11:47 am, bastante tarde sin duda, y a pesar de eso, sentía que no había dormido ni un minuto. El cuerpo me dolía y mis ojos me pesaban, por lo que me decidí a meterme a bañar. Mi cuerpo se relajó y al mismo tiempo me sentía más despierta, pero el sentimiento de culpa aún me seguia molestando.
Salí a hacer las compras, pues hacían falta ya algunas cosas para comer en mi casa, eran compras menores, por lo que fácilmente me pude ir caminando, ya que mi coche estaba en el asilo.
En realidad no me tomó mucho tiempo, el súper estaba como a 15 min caminando, y comprar las cosas me tomó otros 15 min más o menos. Cargaba un par de bolsas, camino a mi casa. Decidí pasar por en medio de un parque para cortar un poco de distancia. El parque era silencioso y solitario, casi nadie ya hacia uso de este parque ya que no tenía muchas cosas.
Pasaba por atrás de una banca en la que un hombre se encontraba sentado, obviamente dándome la espalda, no le di importancia, no hasta que pase justo por detrás de él... Pues me llegó un olor que se me hacía bastante conocido, no era un olor desagradable, era más bien un olor que me recordaba a algo... O alguien. No quise parecer extraña así que decidí pasar de esa situación, no valía la pena pasar un rato embarazoso solo por eso, igual y aquel hombre se daba cuenta y me reclamaba.
Cuando llegue a mi casa, guarde todas las cosas en su lugar y decidí llamarle a el detective del caso de John, no me había avisado nada y me empezaba preocupar por eso. Pero no contestaba su celular... Lo intenté varias veces, pero nada. Habrá pasado algo malo?
ESTÁS LEYENDO
Asylum ■Jeff The Killer■
Hayran KurguJeffrey Woods, un asesino atrapado e internado en un psiquiátrico especial, conoce a Aissa, su psiquiatra. Jeffrey, obsesionado, es orillado a cometer ciertas locuras que nunca antes había hecho, locuras de las que se verá victima Aissa. Cosas inhum...