5. Alba Brooke

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Cuando el rayo de luz penetró en mis ojos por la mañana, un dolor agudo vino a mi cabeza y me hizo maldecir. ¿Quien me manda a mí beber tanto? Me siento en la cama sintiendo el frío en pis pies de la madera y suspiro para así mirar a un punto fijo de la habitación sin saber absolutamente que coño hacía yo ayer con media botella de ron. Quizás era la falta de la fiesta, sí, podría ser.

Gruñí al pensar de buena mañana en ese imbécil que me daba mucho que pensar últimamente y me puse mis zapatillas de vaca para ir hacia el baño. Nada más salir de mi cuarto, un dulce olor a desayuno recién hecho me sumerge y cuando bajo, oigo la puerta.

Oh, iba a buscarte, cariño. Ruben ha venido a por ti. -Dice y le miro con la ceja alzada para así ir hasta donde él se encuentra sin importarme que estaba en pijama.

Pero Alba,¿aún estas así? Ya le he contado que hoy te vienes a pasar todo el día conmigo...Vete a cambiarte-Le escucho decir y mi cara es un completo poema.

¿Desde cuando había quedado yo con este imbécil? Miro a mi padre que está sonriente, feliz y simplemente suspiro. No se de que va todo esto.

Vamos morena...¿No me harás el feo de dejarme plantado y tenerme tu padre que aguantar?.- Alzo mi ceja por ello y se a que se refiere. Y no, no quiero que se quede a solas con mi padre y le suelte que me he estado escapando toooodo este tiempo.

Maldigo bajamente y cuando le miro para hablarle, su mirada me deja parada

¿Al menos me vas a dejar desayunar? -Le pregunto y cuando este va a hablar, mi madre se adelanta.

Oh si, tengo desayuno para todos. Vamos, Ruben pasa mientras Alba se cambia. Esta chica tarda horrores en hacerlo. -Ríe por ello llevándoselo y antes de subir, miro la mirada de mi padre.

¿Qué? -Le pregunto y este niega. Parece feliz y eso, ugh, me desespera.

Subo rápidamente hacia mi cuarto y de mala manera y me siento. ¿A donde me quería llevar? Por que no tenía ni idea de que ponerme, por eso mismo opté por algo para así salir a la cocina donde tenían un desayuno bastante entretenido. Cuando entro, esquivo la mirada de Ruben y me siento al lado de mi padre para servirme algo de desayunar aunque mi estómago está cerrado.

¿Y bueno, donde iréis? -Dice mi padre energético. Me sobresalto por que la cabeza me duele y le miro.

—Ay papá, no grites por el amor de dios. Me va a explotar la cabeza. -Le pido y veo como al castaño se aguanta una risa por ello, algo que ignoro. Pero por cierta parte, se que es bonita aunque no iba a admitirlo.

Cuando Ruben le dice mas o menos lo que tiene pensado, nos despedimos y nada mas salir, le miro.

Espero que esta tortura no dure mucho por que si no yo misma me confesaré -Digo mientras un comentario sarcástico sale de su parte y ruedo mis ojos. ¿Por que no relajarse y disfrutar?

Por el camino estuve intentando recapitular lo pasado anoche y no, no recordaba nada. Pero sabía que estaba Ruben. Este me había dicho de conducir mi coche y aunque habíamos discutido por ello, su amenaza se hizo presente y ya no por ello, si no que así llegaríamos mas rápido. Él estaba al volante aunque a veces se le notaba el nerviosismo por haberse sacado el carnet a penas hace unos meses. ¿Por que lo sabía? Él trabajó para mi padre mucho para ganar dinero para sacárselo.

Miré a Ruben por el retrovisor pensando en todas las cosas que ha hecho con mis padres y por nuestra familia. Ambas nos hemos estado ayudando mutuamente y llegaba a la conclusión madura de que él se había ganado todo lo que tenía ahora por como se lo había trabajado. Me hundí en el sillón mientras pensaba que era una niña rica e inmadura aunque unas vistas a la playa me hizo pasar de esos pensamientos. Pulsé el botón para que fuera descapotable y ahí mismo, olí la brisa del mar. No hacía tiempo para bañarse, pero quizás si para tomar un refresco en la playa.

¿Iremos allí? -Pregunto señalando la playa y cuando este ríe, le miro extraño. Este chico era verdaderamente bipolar.

Apoyo mi barbilla en mis brazos que están apoyados en la puerta del coche, viendo el paisaje pasar rápidamente. Sí, había sido buena idea lo del coche. Este aparcó al lado de un faro y aunque quizás no era lo que me esperaba, le miré al bajar.

Si estás esperando que me tire por la borda, te juro que llamo ahora mismo a mis padres y les digo yo misma que me escapo por las noches. -Le digo mientras miro horrorizada lo alto que podía estar el acantilado aquel que desembocaba en el faro de la gran ciudad. Sin embargo este negó y aunque fuera raro, era agradable el tenerlo aquí y estar solos. Raro era poco, estaba claro.

(...) 

Tiré otra piedrita más al acantilado y me volví a sentar en el escalón donde estaba Ruben observándome desde lejos.

¿Por que me has traído aquí? -Le pregunto mientras cojo otra piedra y con mi dedo pulgar la lanzo hacia la nada.- Espero que no sea un acto de violación. -Le digo de broma para relajar la tensión y suspiro. El aire daba en mi cara y simplemente rodee con mis brazos mis piernas para mirar como las olas se movían una y otra vez como la madre naturaleza permitía y quería.

Poco después bajamos a la playa y fue toda una sorpresa ver como en aquel pueblo, estaban de fiesta. ¿Quizás era que me estaba mandando mensajes subliminales el tonto de Ruben? Lo ignoré por completo cuando nada mas entrar, nos pusieron un gorro blanco en la cabeza. Todo estaba tan animado que no pude evitar reír a algunos bailes tradicionales que habían allí. Nos acercamos a una pequeña barra donde nos sirvieron simple sangría y aunque aún no fuera época de ella, de verano, de sol y de demás, la tomé.

Había grandes asadoras, juventud y la verdad que todo estaba bastante bien. Pasamos por un gran mercadillo donde vimos maravillas y sin embargo, no pude evitar comprar unas cuantas. Vi como Ruben fijaba la mirada en una pulsera y tras echarse hacia atrás e ir a otro puesto, no pude evitar comprarla también. Él me había traído a esta fiesta y yo le devolvía el detalle aunque antes de ayer me hubiera gastado casi todos mis ahorros en un IPhone para él.

Cuando la fiesta continúa y los últimos rayos de sol bajan por el horizonte, ponen una música bastante especial, la típica de allí y todos parecemos disfrutarlo. Nos hemos hecho amigos de unos cuantos adolescentes y sí, se podía decir que era mas que divertido.

¿Pero por que le interesaba a Ruben llevarme a este tipo de lugares si hasta ahora, en nuestra amistad solamente ha habido odio, distancia y chantajes? La confusión reinaba en mí.

Blackmailer - rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora