Ella no se había podido negar a ir conmigo. Sabía que la tenía atada a mi y que haría lo que yo le pidiera, así que no tenía ningún problema con ello. No tuve miedo a presentarme en su casa y a aguantar esperarla y sus malas miradas para terminar yéndonos de allí. Ella me amenazo antes de salir y yo rode los ojos.
—Una vez pases tiempo conmigo, querrás pasar mucho más. No seas tan cerrada de mente, bonita. -Le digo de manera sarcástica y aunque a ella no le sienta muy bien que se lo diga, es así. Sé que le gustará.
Me termino montando de piloto en el coche, después de rogarle miles de veces que me dejará conducir su coche. Yo tenía uno, pero no era mío, si no de mi madre y no era un coche de este tipo como el que tenía ella. Este era algo lujoso para mi, bueno era completamente lujoso para lo que yo podría permitirme. Conduje mientras la escuchaba a ella tararear alguna canción y mientras el tiempo pasaba sin darnos cuenta. Hasta llegar a una playa con un faro que era muy conocido para mi. Es más, la colina donde se alzaba el acantilado fue mucho tiempo mi refugio, mi hogar. Antes de vivir donde actualmente lo hacía, vivía en el pueblo que quedaba al lado de la playa.
Claramente, ya nadie me reconocería, pues había cambiado demasiado desde que era un completo enano. Pero añoraba este lugar, y cada vez que podía venía hasta aquí para recordar mi pequeña niñez. Como tiraba piedras al acantilado igual que hacia Alba en estos momentos. O como me acostaba en el césped a ver las nubes para luego darles forma y crear un mundo en mi cabeza. Era demasiado creativo cuando pequeño, y eso me llevaba a que ahora fuera así e hiciera lo que hiciera. Estaba contento conmigo mismo. Alba me había hecho bastantes preguntas viniendo hacia aquí y había dicho mucho, y yo simplemente me había reido o había asentido y negado con la cabeza. Pero su pregunta de porque la había traido a aqui, también me descuadro un poco a mi.
Realmente no lo sabía, o más bien no terminaba de entenderlo yo tampoco. Que ella estuviera aqui era extraño, si, pero más extraño fue que mi primer pensamiento de a donde la podía llevar fuera aqui. Suspire cuando escuche su opción. No es que no estuviera con ganas de probar su cuerpo, mentiría si diría que no. Pero no pensaba violar a nadie. Ella misma se terminaría ofreciendo a ello cuando tuviera pensando pedirselo. Porque si, estaba en mis pensamientos.
—Suelo venir mucho a este lugar para relajarme. Es tranquilo..y me recuerda a mi niñez.- Le confieso. Nunca se lo había dicho a nadie y tampoco había traido a nadie aquí que no fuera mi madre. Aunque tampoco iba a confesarle eso último, pues no quería tampoco que se pensara que era especial para mi. No, no podía sentir nada por ella más que placer.
No me acordaba para nada de que las fiestas serían en estos días. Pero al parecer, a suerte estaba de mi parte y era así. Era un pueblo con una fiesta bastante tradicional pero a la vez especial; con sus bailes, su música, su comida y su mercadillo. Lo cual nos encargamos de disfrutar ambos. No es que compartiéramos muchas más palabras o estuviéramos hablando sobre el tema, pero sabía que ella lo estaba disfrutando tanto como yo. Es más, nos habíamos hecho "amigos" de unos adolescentes que había por allí, aunque me sentía un poco como el papi de todos ellos porque era el mayor, se estaba bien teniendo más compañía.
Nos invitaron a quedarnos a comer en ese lugar, pues había una gran comida como celebración y a mi mente vino una de las pocas fiestas que yo disfrute de este tipo. No se si alguno de los chicos con los que nos estabamos rodeando eran amigos mios de aquel entonces, pero era algo que estaba en el pasado y tampoco iba a remover. Estaba aqui por una simple razón, y lo iba a cumplir.
[...]
Camino por la arena de la playa descalzo, mientras he dejado los zapatos lejos de aqui, al igual que Alba.
El atardecer se esta alzando frente a nosotros y creo que ambos estamos algo cansados, aunque hemos pasado un buen día después de todo. Me siento en la arena seca, teniendo mis pies en la arena mojada y mirando hacia el horizonte. A los pocos minutos, siento como alguien se sienta a mi lado y me giro para ver a Alba. Ella me pregunta de nuevo porque la he traído ahí y porque me he comportado así.
—Siempre me has odiado. Eso no significa que yo siga siendo un crío y siga odiandote sin razón.-Digo siendo bastante sincero. Me había tenido rabia toda mi vida, y se que aun le caia mal, pero eso que yo sentía hacía ella, ya había muerto. La veía como una chica más. Y no quiero decir con ese "mas" como algo del monton, sino como no mi enemiga.-Antes de vivir en donde actualmente lo hago, antes de convertirme en tu vecino yo era de aqui. Estuvieron bien los años que viví aqui..Y de vez en cuando regreso para recordar viejos tiempos.-Le aclaro ahora su gran duda.-Me apetecía traerte, simplemente eso..-Ella parece entenderlo y cuando comienza a decir palabras, sonrío.
Se esta ablandando y eso en cierta parte me agrada bastante. La miro sonriendo y entonces una sonrisa traviesa se curva en mi cara.
—Bueno nena, tampoco te creas ahora que me he vuelto un santo por esto..- Digo y ella pone cara de sorprendida.- Es más...Llevo todo el día sin pedirte algo a cambio de mi silencio y ahora me apetece algo.-Acerco más mi cara hacia ella, sintiendo como eso en parte la estaba poniendo algo nerviosa y yo seguía manteniendo mi sonrisa triunfante.
—Quiero que me beses. —Le digo y ahora si que parece que la he dejado atontada. Ella comienza a reirse, pero yo me pongo serio.-Yo no me estoy riendo, muñeca. Más vale que te des prisa, Alba. -Le advierto y ahora se calla de nuevo.
Me quedo mirando a sus ojos, parece que esta buscando que me rinda, pero yo no me voy a rendir en estos momentos. No es propio de mi y sabía cual era mi objetivo al venir aqui y lo iba a conseguir si o si.
—¿No me lo vas a dar? Vale, no quiero que me pegues despues de esto.-Le digo y sin esperar a que ella reaccione o diga algo, mi mano se dirige a su nuca y mis labios se pegan a los de ella.
Boom. Había explotado una sensación de sentimientos en ese mismo instante. Aunque cuando me separe y empece a correr por sus amenazas, solo tenía algo seguro; iba a volver a probar sus labios más de una vez como que me llamaba Ruben.
![](https://img.wattpad.com/cover/136688155-288-k42500.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Blackmailer - rdg
Romance«El odio que se tienen el uno por el otro no será capaz de impedir que los sentimientos se adueñen de sus corazones. Todo empezó por un chantaje.» @_VoidStiles -AVISO- Es un rol compuesto por dos chicas. Se puede leer como una novela pero NO lo es.