6. Alba Brooke

37 2 0
                                    

Aunque no lo parecía en mí, esto era bastante cómodo y agradable por mi parte. Siempre me habían gustado venir a este tipo de lugares, disfrutar de las fiestas de otros pueblos, sus costumbres y demás. Pero nunca imaginé que iba a disfrutar este tipo de fiestas y momentos con Ruben, cual nunca decidimos llevarnos bien desde que eramos unos críos. Aunque quizás para mi gusto, era mi forma inmadura de pensar que todo estaba siendo como años atrás, como si fuéramos dos críos que peleábamos por todos y no veíamos las cosas maduras como debería verlas en muchos momentos como este.

—Siempre me has odiado. Eso no significa que yo siga siendo un crío y siga odiandote sin razón.-Me dice. Me quedo pensando por ello y abrazo mis piernas. Odiar era un sentimiento muy feo que sí, no podía evitar sentir cuando sabía que toda la atención la llevaba él por parte de todo.

Antes de vivir en donde actualmente lo hago, antes de convertirme en tu vecino yo era de aqui. Estuvieron bien los años que viví aqui..Y de vez en cuando regreso para recordar viejos tiempos.-Me cuenta y eso responde a mi pregunta de por que estábamos aquí. No es que fuera un pueblo desagradable, pero era un pueblo de baja categoría y un sitio donde yo nunca había estado antes pero sí sobreviviría, estaba claro. No me consideraba tan superficial.

Me apetecía traerte, simplemente eso.. -Asiento y entonces juego con la arena que se desliza por mis dedos.

—Es muy tierno eso por tu parte, Ruben. -Confieso. Suspiro segundos después- Debió ser duro dejar esto, es bastante bonito. -Me refiero a todo el paisaje, era la verdad.

En la ciudad no podías ver mucho más que buenos atardeceres entre edificios.

Bueno nena, tampoco te creas ahora que me he vuelto un santo por esto..- Le miro con cara de confusión por ello y espero una explicación por ello.- Es más...Llevo todo el día sin pedirte algo a cambio de mi silencio y ahora me apetece algo.- Me dice y me tenso cuando se acerca.

Espero que no se refiera a lo que estaba pensando por que estaba a punto de echar a correr de la vergüenza.

Quiero que me beses.- Me suelta y aunque mi cara es un poema, empiezo a reírme- Muy bueno, Ruben. Cuéntame otro chiste. -Digo mientras río y miro a la tierra. ¿De verdad pensaba que iba a hacerlo?- Yo no me estoy riendo, muñeca. Más vale que te des prisa Alba. -Entonces le miro. Mi mirada es fija, quiero que se de cuenta que es una completa bobería lo que me pide aunque este no parece cambiar de opinión, busca mis labios con su mirada.- ¿No me lo vas a dar? Vale, no quiero que me pegues despues de esto. -Y antes de poder reflexionar sus palabras, sus suaves labios captan los míos. Su nuca me impide avanzar aunque no estoy muy segura que quiera hacerlo. Cuando se separa, siento los calores agolparse en mis mejillas y por ello mismo, le miro mal, bastante mal.

Será mejor que empieces a echar a correr por lo que acabas de hacer, Doblas. Pienso cortarte a pedacitos y darle de comer a las gaviotas. -Amenazo mientras me levanto y esta vez, corro detrás de él. ¿Pero quien va a alcanzar a ese patas largas? Así nos tiramos un buen rato hasta que logro cogerlo y sin que se de cuenta, meter en su bolsillo trasero del pantalón, la pulsera que le había gustado y no se había comprado.

Aunque no podía evitar negar, la imagen de como me había cogido para besarme no se iba de mi cabeza y era algo que no iba a admitir. No iba a ser la fuente de su humillación.

Cuando volvimos a casa, dejamos el coche en el garaje y antes de entrar en casa, vi a Ruben con las mismas intenciones que en la playa. Mordí mi labio por no reírme cuando acepté pero le dejé con los ojos cerrados, solo en su cuarto. Me encerré en mi cuarto tiempo después y me desnudé para ponerme el pijama. Atendí mi teléfono, habían unos cuantos mensajes de Ruben maldiciéndome y río. Empiezo a escribir.

''Como sigas dándome el follón por mensajes cuando no puedes chantajearme en persona, me pensaré en serio el volver a tirar tu nuevo móvil a la piscina.'' aunque no puedo evitarla, la sonrisa sale y termino por acostarme boca abajo, cerrando mis ojos.

¿Por que esta presión en mi pecho?

(...) 

Debido a los exámenes, no había salido mucho de casa solamente para ir y venir a la universidad. Todo me estaba oprimiendo y no había podido ni encender el jodido móvil que sonaba de vez en cuando. ¿Lo peor? Que el beso de Ruben estaba en mi cabeza. Y eso era lo que no quería. No quería pensar en él más de lo que podría hacerlo y no, me negaba. Pero cuando pensaba que no quería pensar en él, se repetía el ciclo y pensaba en él. Mike me mandó un mensaje tiempo después cosa que tuve que negar, mis padres me llamaron tiempo antes para decirme que había una cena con los Whinson y teníamos que ir.

Yo simplemente no sabía por que mierda me incluían a sus cenas, pero luego salía perdiendo yo si no iba. Anna vino sobre las siete, ya que Diana me había pedido que la arreglara. Yo encantada lo hice, sabiendo que aquella noche iba a ver a Ruben y no, no me iba a poner nerviosa en absoluto. No. O sí. ¡No lo sabía! Cuando arreglé a Anna, puse bien la cinta con un lazo en el lado derecho de su cabeza. Sonreí por el resultado y le hice que se mirara al espejo.

—Estás preciosa, pequeña. -Le digo y entonces cuando he terminado con ella, empiezo a arreglarme yo. Por el frío que pela, decido optar por un vestido largo y tras una ducha corta, me visto, me peino y me maquillo dejando unos resultados . Las voces se escuchan lejanas cuando bajo y cuando salgo al jardín, Anna es la primera en coger de mi mano.

¡Pareces una princesa! -Grita ella y no, prefiero que no lo haga. Por que cuando lo hace, un gran cuerpo se gira y me quedo con la boca seca al ver a Ruben vestido formal y a la vez, tan informa. Relamo mis labios y sonrío.

Tu sí que pareces una princesita. -Le digo sonriendo y me acerco a todos, sería una larga e incomoda cena.

La familia Whinson que había sido amiga tanto de mis padres como de Diana muchos años, nos recibió en uno de su cadena de lujosos restaurantes. Su hijo Ian no tardó en saludar a la pequeña Anna que veía de vez en cuando, a Ruben que no es que se llevaran pero todo era por educación y cuando se dirigió a mí, sonreí. Mi madre me dio palmadas para que me adelantara y este besó mi mano.

—Increíble. Gran trabajo, señor Brooke. Es una chica hermosa como su madre. -Dice. ¿Hace cuanto no nos veíamos? Pues si me había tirado una semana sin ver a Ruben por los exámenes y era mi vecino, a Ian ni contarlo. Muerdo el interior de mi mejilla y entonces, me hacen sentarme al lado de Ruben.

En la mesa se hace presente poco después Mery, una chica que es un poco detestable pero no se por que, pero a Ruben le agrada. Seguramente se la habría tirado un par de veces y se notaba, pues con el coqueteo con el que hablaban no era normal. ¿Lo hacía para fastidiarme?

Cuando la deliciosa cena pasó, retiraron mi plato y me quedé como los demás, pedían algo de alcohol, pero cosas finas. Café con Ron, whisky o cosas así. Empecé a divertirme un poco cuando bajo la mesa, cansada de que Ruben tuviera una conversación tan entretenida con su compañera, puse mi mano en su rodilla y la fui subiendo. Lo más gracioso era su cara y los trompicones de su voz cuando apretaba en su muslo, cada vez más cerca de su miembro que no me interesaba tocarlo pero que seguramente, ya estaría duro como una piedra.

¿Por que no la sacas a bailar, Ian? Esta música es preciosa -Dice su madre y aunque evito atragantarme mientras bebía agua, este se levantó con una sonrisa.

Me ofreció la mano y yo tuve que quitar mis manos de Ruben en aquel momento para así, sentir como este se alejaba y rodeaba sus brazos por mi cintura.

¿Te había dicho antes que estás preciosa? -Me pregunta mientras empieza a moverse.

Una vez, creo -Le dije con media sonrisa nada más por educación. Esto no era lo mío, iba a taladrarle el pie con el tacón en cualquier momento y lo peor no era eso, si no que pedía a gritos que me salvaran de esto o que mi bailarín, fuera tan patoso como lo era yo. 

Blackmailer - rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora