1. Ruben Doblas

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Desde que me había despertado esta mañana, todo el mundo me recordaba los veintiséis años que estaba cumpliendo. Es más, me había despertado el sonido del teléfono de los mensajes que me llegaban a modo de felicitaciones.¿Por que la gente se tomaba tantas molestias? Parecía que a parte de querer recordarme que me hacia viejo, querían arruinarme la mañana despertándome tan temprano.

 Y no, no es que odiara cumplir años. Pero la gente siempre iba igual por la vida, y eso era lo que realmente no me terminaba de agradar. No tarde en poner el móvil en silencio, con ld simple intención de seguir durmiendo. Pero al cerrar los ojos, oí la puerta abrirse y como mi familia entraba a cantarme el cumpleaños. Sentí el cuerpo de mi hermana pequeña subirse encima del mío e hice un quejido. Y para no hacer ningún feo, me incorpore y sople aquella vela encima de la Magdalena que mi madre traía en las manos. Así comenzaba el día.

[...]

Cuando mi madre me advirtió de que debía de dejar de hacer planes con mis amigos porque esta noche no saldría nada más ponerse la luna, me quede pálido. No sería tan exagerado si fuera porque debía de cenar con ellos. Pero, no entendía la necesidad de tener que ir a cenar a casa de los Brooke. Si, era tradición ir a cenar allí por mi cumpleaños y que Alba viniera a cenar a nuestra casa por su cumpleaños. Pero ya me había dicho que el año pasado sería el último. Y sin embargo, este año me había comprometido otra vez. Y si, cierto es que adoraba a esa familia. Pero no soportaba a su hija: Alba. Podían ser muy humildes, pero ella nunca se había fijado en mi por yo no ser alguien de su misma clase social; lo que deja mucho de desear por su parte. Y era una niña caprichosa y consentida de papa que siempre intentaba conseguir lo que quería, y la mayoría de veces lo tenía.

Créanme, crecer con una tía así, no había sido absolutamente nada fácil. Aunque, yo no me quejó de la vida que he tenido y de la vida que tengo actualmente. Me va bien, estudió una carrera de diseños gráficos y triunfo bastante en lo que me propongo. Y ni mis 26 años ni una niña morena caprichosa, iban a arruinar mi vida ni a ponérmelas patas arriba. Eso lo tenía bastante claro. Si mi madurez me daba algo, eso es tener las cosas más que claras y puestas todas en orden en mi mente.

(...)

Oí los dos toques en la puerta y por la forma de tocar supe que se trataba de mi hermana pequeña. Así que simplemente suspire y abrí la puerta.

—¿Ya estas listo? Mami dice que ya nos vamos. —comenta ella y yo simplemente asiento para luego acariciar su pelo y darle un pequeño empujón como dándole a entender que ahora la seguía.

Cojo mi móvil, viendo el último mensaje de Alex y le contesto con un "Si. Luego nos vemos". Para salir de mi cuarto y posteriormente salir de mi casa. Mantuve las manos en mis bolsillos, hasta que la puerta de la casa vecina se abrió y salude a María y a Dann.

—Que mayor te has hecho niño, y pensar que fue ayer cuando te cambiaba pañales.- dice ella y yo simplemente rasco mi nuca y río.

Siempre eran anécdotas y anécdotas recordando lo que había pasado y la infancia mía y de Alba. Y como tal, la susodicha se acerca a mi para decirme una de sus boberías y yo ruedo los ojos.

Parece mentira que sigas con tus boberías de niñata a tu edad.- le comento picándola y cuando ella decide hacer lo más maduro que es enseñarme el dedo, yo me viró y me doy media vuelta. 

[...]

La cena había pasado y como no, había saltado aquel tema de "Alba y Ruben deberían ser pareja", en un momento que casi me atraganto con todo lo que eso suponía. Simplemente mire a Alba para luego mirar al padrino muy mal en ese momento. Todo término después de cantarme el cumpleaños y como sabía que mi madre no me dejaría irme aún, porque podía imaginármela diciendo que era de mala educación y bla bla bla, decidí irme al jardín y tirarme allí.

En el césped se estaba bien y la música de mi móvil me motivaba para la fiesta a la que luego asistiría como motivo de mi cumpleaños. Algo un poco íntimo pero divertido con mis amigos y demás. Estaba bastante tranquilo, hasta que escuche el horroroso ruido de unos tacones y seguí con la mirada a Alba. Esta se acercó hasta la salida del jardín y hablo con un chico, al cual abrazo y yo sólo pude alzar una ceja. Esa niña, era la única que no había caído ante mis redes. Bien pensé que era porque era una santa, pero en eso me encontraba totalmente equivocado. Al ver esa escena, lo supe. Sus palabras me hicieron soltar una gran carcajada. ¿Lo había hecho por llamar mi atención que se había molestado en parar a hablar conmigo? Esa niña se iba a enterar de quien era yo.

Me levanté de inmediato, guardando mi móvil en mi bolsillo y la seguí. Antes de que ella pudiera subir las escaleras, me puse delante de ella.

Al menos las tías que giran alrededor de mi polla, no van buscando una como desesperadas, no como otras. —digo, claramente diciéndole que ella estaba desesperada y que su actuación de antes había dejado mucho que desear.

No se porque, pero me había molestado ver como ese tipo agarraba su trasero y ella no se molesto en hacer nada.

Y no son tan estereotipos como tu, que necesitas a un rico niño pijo que te lleve a la cama.- Sigo y con una sonrisa de lado, me quitó una gorra y hago una reverencia.- Perdóneme, señorita Brooke, pero ahora una fiesta me espera. Vete a dormir, que ya es hora para las niñas de tu edad.- y con una falsa sonrisa, la dejo allí parada y me dirijo a la cocina.

Me despido de mama y de Maria para luego despedirme de el padrino y Dann y salgo de la casa sin mirar atrás. Ya un coche me esta esperando fuera, y al ser descapotable, me subo sin ni siquiera abrir la puerta. Justo en ese momento, antes de arrancar, veo la silueta de Alba desde la puerta de su casa, observadonos. Y simplemente, hago ese gesto tan infantil que siempre hace ella: levanto mi dedo de en medio y se lo enseño. Para luego echarme a reír y cuando el coche arranca perderla de vista.

No me había gustado en absoluto como ella me había hablado, pero yo no me había quedado por debajo, nunca lo hacia. Y ahora, me tocaba divertirme y olvidarme de esas boberías.

Blackmailer - rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora