6. Ruben Doblas

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Aunque ella hubiera salido corriendo detrás de mi y luego no hubiera comentado nada sobre el tema del beso, sabía que en cierta parte le había agradado. Quizás no le había gustado tanto a mi, pero se que hubo algo también de su parte; estaba más que seguro de ello. Y cuando llegamos a casa, y ella me ofreció darme otro beso, la sorpresa llego a mi. Me sentía completamente bien hasta que abrí los ojos y vi como ella se iba riendo y dejándome sólo esperando un beso de su parte. Aunque lo quería, eso me hizo gracia y termine riéndome y dejándome caer en la cama. Quien buscaba algo, era porque algo quería. Y si ella había intentado dejarme con las ganas, por algo era.

No tarde en coger mi móvil rápidamente y teclear un par de mensajes que le llegaron a ella y que pude ver como leía desde la ventana de mi habitación. Sonreí, pues la había visto sonreír ante ellos aunque ella no se diera cuenta. Y si, mi plan tendría sus frutos y esperaba que todo saliera como yo quería. Esperaba que poco a poco todo lo que quería pedirle saliera por si sólo y no tuviese que obligarla. Visto lo visto, no iba a ser tan difícil como pensaba en un principio.

[...]

Había pasado una semana desde que no la veía. No era porque no quisiera, es más, podía usar mi chantaje para que viniera a verme y no podría quejarse. Pero sabía que ella estaba ocupada estudiando y no quería molestarla, menos cuando yo también debía de hacerlo y me concentre gracias a ello. Aunque hubieron bastantes mensajes entre nosotros, que alegraban alguna tarde que otra, no era lo mismo que vernos en persona. Pero tenía en mente hacer algo en cuanto ella terminara los exámenes, y lo que tenía pensando no lo iba a cambiar nada ni nada.

Si, genial, se había tropezado mi plan. Maldije miles de veces por ello.

Mi madre me había avisado que teníamos que ir a cenar a casa de una familia bastante rica y amiga de los Brooke. No quería ir, básicamente esa familia no eran como la de Alba. Y aunque mi madre se empeñará en decir que nos trataban muy bien, que era cierto en parte, yo notaba como nos miraban por encima del hombro la mayoría del tiempo. Y odiaba esa parte de mi vida, que me mirarán por encima del hombro o que sintieran lástima por mi.

Aún así, me termine arreglando con una de las mejores ropas que tenía y fui a esa horrible cena en el coche del padrino. Mientras Anna que estaba completamente preciosa, jugaba conmigo en el transcurso. Nada más llegar a aquel restaurante, mi hermana se puso a saltar, pues no veníamos a muchos restaurantes de tal calibre, lo admitía, y cuando entramos, mi garganta se secó completamente al ver a una persona. Alba; ella estaba completamente arduamente, espectacular. Ese vestido se pegaba a su cuerpo y le había ver todas sus curvas. Trague saliva y carraspee, sintiendo como mis ojos debían de volver a sus órbitas o en nada también se me caería la baba.

Salude a Ian y con la misma a sus padres, de forma educada y luego a los Brooke. Para sentarme donde mismo me pedían que lo hicieran. ¿Ven? Hasta los sitios ya estaban puestos por nombres, era algo que no soportaba. La cena no tardo en comenzar, pero cinco minutos después apareció Mery y para mi fue un gran alivio. Es verdad que ella a veces no se comportaba de la mejor forma, y que habíamos tenido algo en más de una ocasión, pero para mi era una gran chica. Ella era la hija de adoptaba de los Whinteop y sabía lo que era tener que sacar las castañas del fuego y vivir por si sola. Y eso nos conectaba. Aunque nunca le ha caído bien Alba, pues ellas son como polos opuestos y aunque me costara admitirlo, Alba en muchas ocasiones se notaba que era de familia rica, aunque solía ser muy humilde.

Mantuve una conversación con Mery mientras me olvidaba un poco de Alba y del resto de la mesa: realmente la forma de sentirme más cómodo en estos momentos, era hablando con ella. Pero mientras estaba bebiendo un poco de mi copa, sentí una presión en mi muslo y casi me atraganto. Me movi algo incómodo en la silla y gruñí para que ella parará, pero no lo hacía y yo sentía como mi erección subía. ¿A que mierda se creía que estaba jugando en estos momentos? Primero se reía de mi y admitía odiar besarme, y ahora me intentaba meter mano.¿Que pretendía? Sentí, en parte, un alivio cuando ella se fue a bailar con Ian. Aunque eso no me agrado del todo y suspire.

—¿Te encuentras bien?.- me pregunto la rubia que se encontraba a mi lado y yo suspire para asentir. Me caía la gota gorda de la frente, se podía decir, pero se me pasaría.— Ellos hacen buena pareja, son tal para cual.- comenta, y sigo mi mirada para ver a Alba y a Ian bailando. 

Quizás tiene razón, quizás no debía de meterme en todo lo que me quería meter, ni en su vida. Quizás debería dejar de buscarla, pero algo era superior a mi en estos momentos. Un rato después de verlos bailar y estarse riendo, me levanto y me voy para fuera a tomar aire. Anna sale junto a Mery y se van a jugar a uno columpios que hay más allá. En este restaurante había de todo, y yo me mantengo mirando hacia un bonito paisaje que por ahí. Después de unos minutos, siento una mano acariciarme la espalda y cuando miro veo a Alba a mi lado con una sonrisa traviesa. Mi ceño se frunce y me pregunta algo sobre Mery.

¿A qué estas jugando? No entiendo a que viene esa pregunta.-Digo bastante serio, parece que ella no esperaba que yo me lo tomaba tan serio.- Mira Alba...Te bese el otro día y no me arrepiento de haberlo hecho...Pero, que hayas hecho lo que hayas hecho en la mesa por llamar mi atencion y porque estuviera hablando con Mery, me parece jugar sucio. ¿Tu quieres jugar sucio? Recuerda que aún tengo mi amenaza en pie.-Le digo, y si, cuando me doy media vuelta y me voy, me arrepiento un poco.

Pero ella se tenía que enterar que ese juego de dar celos y recibirlos no me gustaba, y no quería que se lo olvidara que en este caso yo tenía el control sobre ella, y no al revés. 

(...)

Mi madre no podía estar más de acuerdo con el tema, y al padrino también le parecía muy buena idea. Tenía dinero ahorrado, y sabía que me iban a dar una beca. Así que, ¿por que no? 

Decidí a ir a casa de Alba. Habia pasado cinco días desde lo de la cena y yo me sentía preparado para enfrentarme a ella con esta nueva proposición a la que no me podía decir que no. Es más, se lo pediría delante de sus padres. Mi madre no podía estar más de acuerdo, porque según ella, con Alba me centraría en estudiar. No podía estar más equivocada, pero no iba a discutirselo. 

Ahora que me encontraba sentada en el sillón, enfrente de los padres de Alba y de ella; todos me miraban esperando. Suspire.

Alba,¿se lo comentas tu o yo?.-Le pregunto y ella me mira raro, pero yo le sonrío.-Bueno...Aún quedan como tres meses para que termine el año de universidad..Y como tenemos muchos examenes. Alba y yo hemos pensando en alquiler un piso cerca de esta e irnos a vivir juntos.- La cara de Alba ahora mismo es un poema. Pero puedo ver sonriendo a ambos padres; y si, se que ellos creen que soy un buen ejemplo para su hija y que ella estaría controlada conmigo.

Y no se equivocaban en absoluto.

Blackmailer - rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora