Me mantuve cruzado de brazos mientras ella exagerada y se le veía demasiado preocupada con el tema. Suspire cuando termine de hablar.
—Te recuerdo el trato que tenemos ambos.- le digo claramente y ella era claro que sabe a lo que me refiero y que en ese momento lo recuerda.
La veo marcharse y me echo a reír, pues de que todo lo que ella me intente hacer, yo se lo voy a devolver sin duda. Ella no sabía a quién se estaba enfrentando y me estaba amenazando. Mientras yo sabía que esta partida la tenía ganada yo. Iba a conseguir que Alba estuviera a mi lado y que se convirtiera en alguien para mi. En algo más. La obsesión que ahora mismo tenía por ella no se en que momento había nacido, pero estaba aquí, y si algo tenía claro eso era que haría hasta lo imposible para que ella se mantuviera a mi lado. La quería sólo para mi.
[...]
Mi madre se había sorprendido de la decisión que tenía. Ella siempre pensó que me terminaría yendo con Mangel a vivir si algún día lo hacia, y yo también lo pensaba hasta que decidí meter a Alba más en mi vida. Y de ahí, todo se había revolucionado de una manera poco común. En mi interior, porque mi vida de alrededor seguía igual. Junto al padrino fuimos en busca de pisos que estuvieran bien, que no fueran muy caros y que estuvieran cerca de la universidad. No había grandes opciones para tanto límite que a mi me suponía irme a vivir sólo. Pero de casualidad, encontramos uno que era perfecto y que acababan de poner en alquiler. No tardamos en ir a verlo y dar el si a que nos lo quedaríamos. Era bastante grande para ser para dos personas, y sabía que Alba le gustaría, pues la conocía bastante aunque la mayoría de nuestra vida nos la hubiéramos pasado peleando. Le mande la dirección y toda la información necesaria a ella sobre el piso y me puse a organizar todas mis cosas. Sabía que había una larga lista de cosas que hacer y por hacer y me tenía que poner a ello, mucho, y cuanto antes.
(...)
El día de la mudanza había llegado y yo me había puesto casi de los nervios. No quería que se me quedara nada detrás ni olvidarme de nada. Quería que todo comenzara por lo menos algo bien y que no comenzáramos la guerra desde el inicio. Aunque si ella la comenzaba, yo no me iba a quedar atrás. Llegamos a la vez, y nos ayudaron a meter todas las cajas en el piso. Y luego me dedique a abrir cada caja de las que tenía, además de las maletas, y a colocar todo según quería y según tenía previsto para que quedara tal y como quería mi nuevo cuarto. Tenía una estructura pensada desde que ya había visto la habitación la primera vez, e iba a intentar que me quedara tal y como la veía en mi cabeza. Deje todo más o menos planificado y ordenado para pasarme al cuarto de Alba. La vi sentada en el suelo con varias fotos y decidí sentarme a su lado, para mirar las fotos y detenerme en la que ella me enseñaba ahora.
—Eran buenos momentos cuando hacíamos esas boberías de pequeños.- le aclare y entonces seguí viendo aquellas fotos y aquellos recuerdos que ella se había traído para aquí. Fue entonces cuando le vi la pulsera de cuero y una sonrisa salió de mi rostro sin que pudiera ocultarla.
—Me alegra que tengas esa pulsera. Me costó bastante hacerla en su tiempo.- le confesé, pues creo que nunca se lo había dicho. Ella parece sorprenderse de ello, pues en ese tiempo nos llevábamos mal, pero yo no tenía un corazón oscuro para siempre tratarla con odio o algo así.
Ella me pregunta que es lo que pretendo con todo esto y yo dejo de mirarla para mirar al frente.
—¿Quieres que te cuente lo que realmente quiero o lo que pretendo?.- le pregunto y al ver que ella no responde, yo me levanto y sacudo mis manos. —Pretendo conocerte mejor con esto.- me voy encaminando hacia la puerta de su cuarto pero antes de salir, me viró y la miro. - No se que has logrado conseguir en mi. Si es el odio que siente hacia mi o ha despertado algo en mi todas las veces que te has atrevido a provocarme. Pero si te soy sincero, lo que quiero, es a ti. Y deberías tener cuidado con ello.- le digo, pues yo mismo se lo obsesivo que me puedo volver y había sido sincero ahora mismo.
Me voy de su cuarto, para entrar al mío y poner algo de música para seguir ordenando y terminar con lo que me faltaba.
(...)
Había pasado un par de horas jugando a un juego nuevo para el ordenador después de haber instalado todo. Y justo cuando me quite los cascos, escuche algunas risas de las que no me había podido percatar antes. Mi ceño se frunció de inmediato, pues sabía que Mangel y los demás vendrían a ver el piso, pero eso sería mañana, no hoy. Me levanté de mi silla y me acerque a la habitación de Alba, la cual tenía la puerta abierta. Y al mirar bien, puede ver a ese chico al que ella besaba así porque así y dejaba que la tocara. Me daba muy igual que aquella vez que me provoco no hubieran terminado haciendo nada. Lo que me molestaba en si era que estuviera él aquí, que lo hubiera invitado sin decirme absolutamente nada y que a lo mejor se estuviera restregando con él en mi presencia.
Carraspee mi garganta para llamar la atención de ambos y mi mirada se concentro en Alba. Porque si miraba a ese chico en este momentos le partiría la cara.
—¿Podemos hablar en el salón?.- le pregunto con una falsa sonrisa y entonces cuando estamos ambos allí, la miro, esperando una explicación. Ella parece no entender lo que quiero, y bufo.-¿Que? ¿No piensas darme una razón de porque ese está aquí?.- le pregunto bastante borde, y ella me explica que vino a visitarla, a lo que río.-¿ A visitarte? Si claro. Pues si quieres traer a uno de tus amiguitos, vas a tener que avisar antes de hacerlo. Si no quieres que yo también juegue a traer a mis "amigas" aquí. Lo quiero fuera de aquí, ahora.- le digo y ella se pone a la defensiva, que si es su amigo, que si esto y que si lo otro y bla bla bla.
Me acerco bastante a ella, con la mirada amenazante, mirándola mal y cuando estoy justo pegado a ella, mis ojos se conectan a los suyos.
—No me hagas cabrear Alba, ya te he dicho lo que hay.- Le advierto y de la nada, le robó un beso para luego irme hacia mi habitación y esperar a que eche a ese de aquí.
No soportaba el cúmulo que se formaba dentro de mi al pensar en ellos dos.
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Blackmailer - rdg
Romance«El odio que se tienen el uno por el otro no será capaz de impedir que los sentimientos se adueñen de sus corazones. Todo empezó por un chantaje.» @_VoidStiles -AVISO- Es un rol compuesto por dos chicas. Se puede leer como una novela pero NO lo es.