3. Alba Brooke

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Olvido al instante de entrar en la fiesta todo lo ocurrido frente a Ruben y sus amigos aunque la preocupación no cesara, debería de olvidarme ya de todo eso.

Tranquila nena, yo mismo le amenazaré por si se atreve a decir algo -Me dice este mientras besa mi sien y cogido de mi cintura, vamos hacia dentro de la fiesta donde la música anima todo.

Me aferro a la bebida ya que son los únicos días que puedo beber y bailo como si no hubiera mañana. Muchos chicos se acercan y no me importa, con tal que no me toquen todo estaba bien. A una mujer siempre le gusta ser la mira de deseo de un hombre, estaba claro.

La cabeza no dejaba de darme vueltas y esta vez iba para la barra para pedir un vaso de agua y sentarme para ver si se me pasaba, dejé a Mike con una de las chicas y tras rascar mi cabeza, acomodo mi pelo como puedo aunque está loco por el movimiento. Mi cuerpo se sobresalta nada más sentir el líquido de la copa de esa persona desparramarse por mi cuerpo. Miro al culpable y me quedo de piedra, no puede ser él. ¿Por que tiene que ser él?

¿Alba?.- Le escucho decir y alzo mi ceja.

Con todos los que me puedo encontrar, me tengo que encontrar contigo -Le digo rodando mis ojos, el mareo casi a desaparecido ya que la preocupación ha vuelto a venir a mi cuerpo.

¿Que hace la niña de papi aquí? ¿Que dirían tus padres si se enteraran de tus escapadas?. -Alzo mi ceja por ello y me cruzo de brazos.

¿Me estás amenazando, Doblas? -Le pregunto cruzándome de brazos y cuando la sonrisa de este es evidente, earned it suena. Sonrío de lado.

¿Quería jugar? Pues íbamos a jugar.

Cuéntales lo que quieras, no te creerán. —Le digo con una sonrisa triunfante pero se que hay medios, como una foto o una simple llamada a estas horas para que revisaran mi cuarto.

Muerdo mi labio ante sus palabras y me suelto de su agarre antes de marcharme para mirarle.

¿Así que con esas tenemos, no? Muy bien. -Le digo y desaparezco entre la multitud. Pero se que me sigue, se que me mira y me acerco a Mike.

—Demos guerra, amigo. No sabe con quien se ha metido -Le digo susurrando y este sonríe, sabe de quien hablo y provocaría una buena erección que le dolería hasta que saciara esas ganas una y otra vez. Mike me agarró entre sus brazos mientras la canción progresaba y pasó las manos por la tela mojada, rasguñandola. Puse mis manos tras su nuca y se que Mike no fue el único que se calentó tras ese baile, muchos que miraban lo hacían.

Esos muchos intentaron acercarse para bailar conmigo y cuando perdí de vista a Ruben, supe que era suficiente, yo tampoco me regalaba a nadie.

El día se hizo y aún recuerdo el haber escalado a mi ventana, haber puesto mi pijama y desde la ventana, haber visto a Ruben con otra chica. ¿Lo hacía a propósito? Bajé mi cortina para no observar más y gruñí ante eso. ¿Por que? No lo sabía. Me quité la ropa y me escurrí en la cama para así estirarme por ello y bostezar. Tenía un sueño horrible y esperaba que hoy sábado nadie me molestara, solamente quería dormir.

(...)

Siento un pequeño peso en mi cuerpo y una voz reconocible. Anna.

Vamos Alba, me prometiste bañarte conmigo en tu piscina. Vamos, vamos, vamos -Me pide Anna como una niña caprichosa. ¡Mierda! No me había acordado! Muerdo mi labio y me giro para hacerle cosquillas y así intentar saciar las ganas de querer asesinarla totalmente por haber despertado la resaca que llevaba en mi cabeza.

Aprovecho para ponerme el y así bajar para ver como Diana estaba desayunando con mi madre en el jardín.

Buenos días, cariño -Escucho a Diana decir y sonrío.

—Buenos días -Me siento en la silla mientras me sirven un zumo de naranja y algún que otra tostada para así mirarlo con asco. Vomitaría todo si me lo comía. Me bebí solamente el jugo y atendí a la conversación de ambas pero me tensé cuando Ruben apareció por la puerta que unía su patio con el mío.

Este sonrió ante el llamado de ambas madres y yo bajé mi cabeza mirando mi zumo. Estaba algo avergonzada por lo de ayer, miré a Anna que no dejaba de mirarle y le hacía señales que después iría. Este se sentó y suspiré.

—Pues ayer la pobre estuvo toda la noche estudiando, mira que ojeras lleva -Dice mi madre y cuando Ruben me pregunta que si me preparé bien el examen de ayer, le miro fulminándolo con la mirada.

Perfectamente. —Le digo y me quito los pantalones bajo la mesa sin que nadie lo note.

—Si que tienes mala cara, sí. Si no fuera por que eres una buena chica, diría que ayer te la pasaste de fiesta -Es la gota que colma el vaso para levantarme de la silla y en Bikini soltar mi pelo que llega hasta la mitad de mi espalda y tirarme de cabeza a la piscina. Y sin más, jugar con Anna que ahora gritaba por que me había decidido a bañarme. El dolor de cabeza se había ido y así la pasé con ella, ignorando las miradas de Ruben que me ponían hasta nerviosa.

Cuando nuestras madres desaparecen con los platos del desayuno para dentro, salgo de la piscina y siento mi piel erizarse. Ruben juega con el móvil pero parece divertirle que esté buscando una toalla por que tengo un frío espantoso. 

Veo que él está sentado encima de una y alzo una ceja, de casualidad es la única que hay en este jodido patio. Me acerco a Ruben toda mojada y le miro, con mis brazos cruzados.

Levanta tu culo, tengo frío y estás sentado encima de una toalla -Le digo borde pero este parece divertirse con el asunto, tanto que deja el móvil y me observa- ¡Ruben! -Grito para así escuchar su risa y entonces mirarle mal- Muy bien, si eso quieres -Le digo con la ceja alzada y le ofrezco mi mano arrugada- Tengo que enseñarte algo que siempre te he querido enseñar y por ser tan insoportable no te he enseñado -Le digo y la curiosidad irradia en él, lo se por su cara.

Empiezo a caminar y cuando estamos a un borde de la piscina, señalo algo.

¿Ves eso? -Le pregunto y cuando está en el ajo, río y lo empujo con fuerza contra la piscina, en ropa y todo. Pero lo peor no es cuanto me maldice, si no que no logro correr lo suficiente por que cuando menos me lo espero, ha salido y me ha cogido para tirarme con él al agua. Siento el frío de nuevo aunque debo admitir que en sus brazos es más que diferente, pero aun así me alejo cuando este intenta acercarse.

¡idiota! -Grito por ello y cuando me siento atrapada y escucho sus palabras sobre lo de ayer, le miro— ¿Que es lo que quieres por tu silencio, Doblas? -Le pregunto fulminándolo con la mirada, temiendo por mi vida literalmente.

Blackmailer - rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora