8. Alba Brooke

43 2 0
                                    

Mi mirada no pudo evitar perderse en sus ojos cuando esperaba una respuesta a mi pregunta. Esos ojos mieles me estaban pasando factura y sabía que nada iba a acabar bien. No quería acabar por sentir algo mas allá de lo que sentía.

¿Quieres que te cuente lo que realmente quiero o lo que pretendo?.- Me pregunta y simplemente me quedo callada por que sí, es lo que quiero que me diga.— Pretendo conocerte mejor con esto.- Dice y aunque eso no me solucionada nada, miro como se para en el umbral de la puerta para mirarme. - No se que has logrado conseguir en mi. Si es el odio que siente hacia mi o ha despertado algo en mi todas las veces que te has atrevido a provocarme. Pero si te soy sincero, lo que quiero, es a ti. Y deberías tener cuidado con ello.- Una ceja se me sube repentinamente por el asombro que siento al escuchar eso y me quedo sola, observando la habitación a medio hacer y sus palabras. 

¿Qué debería pensar yo después de todo esto? Todo lo que estaba pasando hasta ahora era con un huracán de sentimientos que sin poder remediarlo, me hacían ver que no solamente había odio entre nosotros dos. Pero no, no estaba interesada en sentir más de lo que ya estaba empezando a sentir. Me asustaba.

(...)

Mike me llamó tiempo después ya que abrían un nuevo bar de unos amigos suyos y quería que fuera. Hacía bastante que no salía con él de fiesta, cosa que le dije que viniera a casa ya que no podía ir, estaba organizando toda la mudanza. Nada mas llegar él, me alegré que Ruben no se diera cuenta de que había venido así que nos metimos en mi cuarto.

—Me sorprende que ese tío te haya dicho de veniros a vivir juntos. —Me dice y sí, yo también lo encuentro raro. Solamente río. La conversación entre nosotros fluye y las risas características abundan la sala. Me tenso cuando veo a Ruben entrar en el cuarto y mirar la situación.

—¿Podemos hablar en el salón?.- Escucho y antes de mirar a Mike, asiento. Este se queda con su teléfono y yo salgo detrás de él. Me quedo mirándolo sin decir nada, cosa que parece que le desespera.— ¿Que? ¿No piensas darme una razón de porque ese está aquí?.— Pregunta y alzo la ceja.

¿Perdona? Es un amigo que ha venido a visitarme, nada más. —Me defiendo. Esto era ilógico, difícil de creer.

¿ A visitarte? Si claro. Pues si quieres traer a uno de tus amiguitos, vas a tener que avisar antes de hacerlo. Si no quieres que yo también juegue a traer a mis "amigas" aquí. Lo quiero fuera de aquí, ahora.-La escucho decir y antes de centrarme en el murmullo de celos que siento al pensar en Ruben trayendo a tías, suelto un bufido.

— Vamos Ruben, no puedes hacerme eso. Ha venido con buena fe y no puedes echarlo. Joder, es injusto, —Digo pero a él no parece importarle. Mis piernas se convierten gelatina cuando se acerca tanto a mí.

—No me hagas cabrear Alba, ya te he dicho lo que hay.-Es lo último que escucho, dejándome plantada en el mismo lado donde estaba por el beso que me había dado. Bien, esto debía de ser una broma.

¿A que estaba jugando?

Tras excusarme con Mike que entendió completamente que debía marcharse para irse al nuevo bar, le prometí que iba a ir con unas amigas y que no se preocupara. Ruben no me iba a atar como un perro y me iba a quitar mi diversión. No. Cuando se marchó, vi a Ruben en la cocina y le fulminé con la mirada.

—¿Contento? —Pregunto, fastidiada. Un 'Mucho'' de su parte y una sonrisa me hace rodar los ojos y encerrarme en el cuarto para terminar de sacar cajas y ordenar todo. ¿Por qué era tan desastre con todo esto?.

Llamé a las chicas que vendrían esta noche para que Ruben me viera irme con ellas y todo me parecía flipante, como si fuera mi padre. Salgo de la ducha antes de cambiarme tareando una canción que sonaba en la radio y tras ponerme mi ropa interior, me cubro con la toalla cuando la puerta se abre.

¿Es que no sabes llamar, Ruben? —Le pregunto intentar taparme y lo único que quedaba al descubierto, eran mis piernas. Me pregunta acerca de la cena y sonrío de lado.— Te lo iba a decir ahora, las chicas vendrán y nos iremos al nuevo bar que inaguran esta noche. —Le digo y cuando este me va a decir que no, el timbre suena. Salvada por la campana.— Ahora, sal y dejame ponerme guapa. —Le digo con media sonrisa y cuando sale a regañadientes para abrir la puerta, me pongo el que me había comprado hace poco para salir hacia donde estaba Steff y Cris.

Sabia que ese vestido y tu os íbais a llevar bien —Me dice Steff mientras coge sus cosas y miro a Ruben.

No me esperes despierto. Y no traigas amiguitas a casa. —Le digo devolviéndosela y sonrío maliciosamente, saliendo del piso. 

Ruben uno, alba dos. No iba a aguantar que me privara de mi libertad, aunque me empezara a gustar por dentro.

(...)

La música hacía daño a mis oídos. Estábamos unas cuantas horas y cuando aparecimos, Mike se quedó sin habla al saber que me había podido safar de Ruben. El no se explicaba nada, hasta que logré explicarle la amenaza y este intentó ir al piso para darle su merecido, pero no era algo que quería. No. Mordí mi labio resistiéndome a una copa, no quería beber y que me pasara factura, no. Por eso fue la única de todas que se mantuvo sobria en toda la noche, bailé, canté, reí, sí, pero mis pensamientos se nublaban cada vez que pensaba en todo lo que en mi mente invadía.

Decidí irme a casa cuando las chicas decidieron quedarse, era algo tarde y por eso mismo, caminé sola hasta casa. Lo que me extrañaba completamente era que Ruben estuviera respetando mi privacidad y no me hubiera seguido como un poseso, cosa que bueno, intenté asimilar. No todo era tan grave como parecía. Unas risas se escucharon cuando fui a abrir la puerta y cuando entro, veo como la chica entra al baño mientras maldice el haberse manchado. Alzo mi ceja, encaminándome donde está Ruben y cuando me ve, se levanta.

¿Tu si, y yo no? —Le pregunto. Cuando va a hablar, lo detengo.— Muy bien, juguemos. —Le digo mientras su mirada confusa se duplica cuando lo tiro al sofá y me pongo encima de él. Antes de que pueda hablar, rozo mi intimidad con su miembro despertándose y capto sus labios con hambre. Nuestras lenguas rozan y cuando va a separarme, vuelvo a restregarme con él cosa que gime y aprieta mi trasero entre sus dos manos. Mis besos pasan por su clavícula y cuando muerdo su labio, la puerta se abre.

Eh... ¿Ruben? —Se escucha una voz femenina a ras de la puerta. Este me aparta y miro a ambos.

¿Quién es ella, cariño? —Le pregunto mientras la miro y me apoyo en su hombro.

¿Cariño? ¿Por qué no me dijiste que tenías novia? —Le pregunta y tras coger sus cosas, me mira. —Encantada. Me tengo que ir. Nos vemos en clase. —Dice mirando al castaño y con mi mano, muevo mis dedos en forma de despedida con una sonrisa lobuna. 

Miro a Ruben, mirando el bulto que está entre sus pantalones de chándal. Cojo mi bolso y le miro.

Yo de ti me daba una ducha fría, eso es una bomba de relojería. Buenas noches, cariño. —Señalo su miembro y me marcho hacia mi cuarto riendo, donde quizás me quedaba con un GRAN calenton, pero aun así le había dado su merecido.

Blackmailer - rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora