2. Ruben Doblas

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La fiesta había estado increíble. Y al día siguiente aún tenía un dolor de cabeza increíble cuando mi madre me mandó a cortar el césped trasero. Aunque como dicen, quien tiene buena noche no puede tener buen día. Ni siquiera me había quedado a dormir en casa, porque había terminado con una "amiga" en su departamento, terminando un cumpleaños como bien se debía, disfrutando. Y justo al llegar a mi vas con las gafas de sol por no dormir, a cortar el césped. Eso era el castigo mejor de Diana por no llamarla en toda la noche y decirle que estaba bien. ¿Era eso posible? Con veintiséis años y que todavía tuviera que hablarle a mi madre cada dos horas para hacerle saber que estaba bien. Debía de independizarme, y cuanto antes. Es más, aún estaba ahorrando dinero, cuanto más podía, para poder alquilar un piso y pagarlo mes a mes. Aunque tendría que trabajar, pero era algo que no me importaba. Si mi madre y el padrino trabajaban para mi y mi hermana, yo también podía trabajar para mi mismo y para mis problemas. Aunque, irme a vivir sólo me imponía un poco. Sabía que quizás hasta los Brooke se quisieran ofrecer a ayudarme con el dinero, pero era algo que no iba a aceptar, aunque fueran como mis segundos padres.

Me agarro la barriga como si me estuviera doliendo de todo lo que me estaba riendo. Mangel se había subido a mi Skate y se había llevado una buena caída, a lo que Cheeto y Alex se unían a mi risa. Había intentado muchas veces enseñarle a patinar a mi gran amigo, pues Mangel era mi mejor amigo, pero era un completo torpe en cuanto a eso. Me levanté, para subirme encima de este y dar una vuelta. Y entonces Mangel puso una mano en mi hombro parándome.

Mira quien esta ahí. Tu querida vecina.- Me dice, haciendo un gesto con la cabeza. Y cuando giró la mía, puedo ver pasar a Alba muy cerca nuestro, con su perra y con aquel idiota. El mismo que había ido a su casa la noche de mi cumpleaños.

Me encojo de hombros, restandole importancia y entonces doy unas vueltas encima de mi skate. Un rato después, estamos todos sentados en una zona de césped, comiendo pipas y observo la escena. Es tan cursi que me dan hasta náuseas.

Parece que se deja tocar por cualquiera menos por ti.- Comenta Cheeto riéndose y refiriéndose a Alba y yo gruño mientras ruedo los ojos.

No me interesa una niña como ella. Sabrá lo que se pierde.- le resto importancia de nuevo. Aunque todos sabían lo que me molestaba que ella no se fijara en mi como lo hacían todas las demás. Justo en el momento que la veo caerse, algo se activa en mi y me levanto. Si, me había levantando con la intención de ir hasta ella y saber si estaba bien. Pero me paro. No, no debía de mostrar afecto ante ella y que luego se riera de mi por ser quien era. Simplemente me mantuve de brazos cruzados, allí de pie, mientras la veía marchar.

La vida se regía por momentos, y en ese momento no debía de ir tras de ella. Estaba claro que no.

(...)

Los chicos y yo habíamos decidió salir esta noche. Nos habían invitado a una fiesta que supuestamente era algo exclusiva. Un lugar donde no entraba cualquiera pero donde habían invitado a Alex, y después de él, a nosotros. Así que, habíamos quedado en mi casa para salir todos desde allí en sólo un coche.

Esta vez me tocaría conducir, así que me tocaba no beber. Era un coñazo, lo sabía, pero era lo que me tocaba. Todos estábamos saliendo de mi casa, pues habíamos cenado ahí ya que mi madre se había empeñado en hacernos de cenar para todo. Cuando ya estábamos fuera y le di al mando del coche, observe hacia donde los demás miraban y donde era que se encontraba Alba con un despampanante conjunto. La miro con el ceño fruncido, mientras mis amigos al saber que es ella, se ponen a echarle piropos.

Pero,¿que hacia? Que yo sepa, sus padres eran demasiado correctos para dejarla ir de fiesta. Y si la dejaban ir de fiesta, no era a esta hora. Escucho su amenaza de que deberíamos no decir nada y veo como se sube a una moto. Ruedo los ojos.

Como no... —murmuro para mi mismo al verlo con el mismo chico de siempre, ese que la iba tocando en todos sitios y yo bufo.— Vámonos. Es hora.- Les digo a los demás y me subo al coche. Después de ver eso, si que sería difícil mantenerme sobrio toda la noche.

[....]

Me quedo en la barra que se encuentra al lado de la piscina de la fiesta mientras veo a Cheeto haciendo en payaso mientras baila. Llevamos como una hora y media ahí y yo sólo había bebido una miserable copa. Y ahora empezaba la segunda y la última. No podía beber más, me tenía que controlar. Justo cuando giró mi cuerpo para dar unos pasos e ir hasta donde están los demás, mi copa se tira encima de la alguien y mi boca se abre.

Lo siento... Perdona.- digo. Y cuando la miro bien, la reconozco. Tiene el pelo un poco alocado y se ve algo mareada. Si, mareada no, bebida. Frunzo el ceño.-¿Alba?.- digo, como si no fuera obvio que es ella.

Ella no esta borracha todavía, y lo se por su contestación a lo que ruedo los ojos.

-¿Que hace la niña de papi aquí? ¿Que dirían tus padres si se enteraran de tus escapadas?.- pregunto con una sonrisa de lado y alzando una ceja.

Esta situación era algo divertida. Y algo me decía que me aprovecharía de ella en algún momento. Mi mente comenzaba a maquinar y a eso se debía mi sonrisa traviesa de estos momentos.

Blackmailer - rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora