9. Alba Brooke

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La alegría que estaba por mi cuerpo no me la quitaba nadie, así me desperté aquel glorioso día. Tenía la sensación que por fin una vez después de tanto le había dado lo que se merecía Ruben pero por dentro me sentía completamente mal y encendido. No le iba a hacer caso a ese sentimiento ni mucho menos. Me levanté a la primera de cambio, viéndolo entrar en la cocina mientras desayunaba. Una sonrisa de formó en mi cara, sabía que para los hombres una erección era horrible y yo ayer provoqué una bestial. Lo notaba. Este chico estaba buen dotado.

Buenos días —Mi tono burlón habla por si mismo. Este parece bastante fastidiado y yo simplemente aguanto unas risas. Cuando este coge su desayuno y se va fuera, me apoyo en el umbral de la puerta.— ¿Anoche pudiste domir bien o... tuviste que ayudarte manualmente? —Le pregunto con todo el cachondeo del mundo. Pero este no parece seguir mis bromas.

Alba...¿Sabes lo que te digo? Olvida lo de anoche. Estuvo bien que me la devolvieras... Lo acepto.-Eso me deja un poco cortada. Me ha dado vuelo así, de golpe. Genial, la diversión no era la misma si a él no le jodía— He pensado que estaría bien hacer una fiesta para inaugurar el piso. Tu invitas a tus amigos, y yo a los míos. Tenemos pareces insorizadas y vecinos lejos, estará bien.-Ante eso, me quedo pensándolo. Sonaba bien.

— Será divertido, entonces. —Digo mientras asiento y este parece conforme.

Iré a clases, nos vemos mas tarde para comprar todo lo necesario.- Y tras eso, desaparece. Simplemente ruedo mis ojos por que este chico era completamente bipolar, estaba claro. Aun así, me siento donde él estaba sentado y hago la mañana, sabiendo que gracias a dios no tenía mucho que estudiar. Poco después, salí con Steff y por la tarde organicé todo, llamando a mi tope de diez amigos al igual que comprando las cosas para ir a casa y limpiar un poco antes de que la gente entrara.

Fueron vinieron y me alegraba pues, algunos amigos de Ruben también eran los míos así que todo estaba bien. Me divertí con las chicas, la música estaba medio alta, las copas hasta arriba y las voces por toda la habitación.

Deja de mirarlo, se te caerá la baba —Le dice Steff a Cris y esta pone un mechón detrás de su oreja, sonrojada.

¿De quien habláis? —Le pregunto y cuando Steff señala con la cabeza a Ruben me impresiona. ¿A Cris le gusta Ruben? Oh, pues que tuviera cuidadito. Muerdo mi labio sabiendo que Ruben no pondría el ojo en la chica rulosa, cosa que me equivoqué cuando el se acercó a ella y puso el mechón tras su oreja.

—¿Que tal, morena?.-Aprieto mi mandíbula y miro a otro lado. Steff está igual de flipada que yo.

— Ruben, ¿Podemos hablar un momento? —Le pregunto con el tono lleno de fastidio. Pero no le da tiempo a responder por que he cogido de su brazo y he tirado hacia mí para ir a la cocina.— Veo muy bien que montemos una fiesta, pero no te permito que toques a una de mis amigas. —Le señalo con el dedo y la risa de este es evidente.— ¿Celosa? No. Pero solo te advierto que si te la tiras esta noche, mañana te estará presentando a sus padres y te dirá la fecha de vuestra boda. Tú sabrás. —Le respondo a su pregunta.

SÍ, estaba celosa. ¡Era humana, joder! Muerdo mi labio y cuando me agarra del brazo, le miro.

Si quieres ese juego sucio, Ruben. Espero que puedas concentrarte al oírme gemir tan fuerte el nombre de tu mejor amigo. —Le digo mirándolo mal y tras su mirada, me suelto de su agarre y voy hacia mis amigas. Estaba claro que no iba a ligarme a ninguno de sus amigos y menos a Mangel. Me caía demasiado bien como para tirármelo y que nuestra amistad se arruinara.

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