Se paro en mitad del bosque y frunció el ceño, miro a su caballo, que le seguía mientras el tiraba de las riendas. Volvió a alzar el rostro, sin poder ver ni rastro del cielo, solo arboles. Había tardado prácticamente una semana en atravesar las montañas y llevaba tres días adentrándose en ese maldito bosque. ¿Y? Nada, no había nada alli.
-Esto ha sido un error - se giro y al pasar junto a un árbol, una daga presiono contra su cuello.
-¿Que quieres? -escucho su voz, como si fuera un susurro de los arboles.
-Me envía ....-la miro de reojo, iba vestida de blanco, como un autentico fantasma, con la capucha cubriendo su rostro.
-Dalias MacLairs -ella movió la daga hacia arriba, obligándole a levantar al cara -He preguntado qué quieres.
-Yo, el me dijo que podríais ayudarme -Eder trago saliva -Busco a una persona. -vio como la daga de ella se apartaba despacio.
-Vamos -y se giro y camino tranquilamente entre los árboles.
-¡Eh! ¡Espera! -Eder la agarro del brazo y ella se giro rápidamente, colocando la daga de nuevo en su cuello.
-No vuelvas a tocarme -pero su voz sonó contenida, rota por el dolor.
-Lo siento -la soltó y vio como ella inspiraba aire profundamente.
-Si quieres respuestas sígueme -y volvió a girarse y camino.
-¡¿Eso significa que puedes ayudarme?! -tiro de su caballo, caminando tras ella.
-Puedo intentarlo -respondió sin mirarle .
Durante diez minutos estuvieron caminando, en silencio, hasta que una muralla de piedra apareció ante ellos. Las puertas de madera se abrieron y dos mujeres, vestidas también de blanco, lo miraron de una forma peculiar.
-¿Todo bien Sienna? -una mujer se acerco a la que le acompañaba.
-Si -ella asintió y siguió su camino, señalo un árbol -Ata ahí tu caballo - y espero
-¿Y ahora? -Eder la miro tras atar el caballo -Sienna, ¿así te llamas no? -se acerco a ella -¿Que ves?
-No funciona así -por primera vez la vio sonreír -Necesito saber, sobre ella. -le señalo un banco que había junto al árbol, el frunció el ceño y se sentó. -Cuéntame, ¿por qué se fue?
-Yo la eche -Eder bajo la vista al suelo -Mi padre falleció, me convertí en Laird y ella...-alzo la vista y frunció el ceño al verla con la mirada fija en el horizonte.
-Le pediste que se fuera -ella volvió a mirarle -Inglesa.
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El Laird
RomanceEder MacPearson lleva demasiado tiempo buscando, buscando la oportunidad que nunca debió haber dejado marchar. Y ahora ella no está. Ha desaparecido como si la tierra se la hubiera tragado. Y tras años de búsqueda, no tiene nada. Y cuando aquella mu...