Kellin se quedó paralizado ante el acto de Oliver. ¿De verdad le había tirado los restos de comida encima? Él no le había hecho nada, simplemente fue a tirarla al cubo como el resto de sus compañeros. ¿Por qué la habían tomado con él? Era nuevo, sí, pero esto no son novatadas.
Aún perplejo vio como sus amigos corrían a socorrerle. Gabe le quitó la bandeja de las manos para poder limpiarle, Tony fue a por servilletas y Justin empezó a insultar y a decir muchas palabras que un niño pequeño no debería oír.
Cuando se recuperó y pudo volver a la realidad, aún seguía sucio. Las servilletas no habían servido de mucho, sólo para limpiar la porquería superficial de la ropa. Tenía todo el pelo pringoso al igual que la piel de su cuello y brazos. Los zapatos blancos se habían puesto de un color nada agradable para la vista. Debía de cambiarse rápido.
Con todo el mundo alrededor mirándole se sentía acosado. Unos le observaban con preocupación y tristeza en sus rostros mientras que otros cuchicheaban y reían apuntando a su dirección. Por desgracia, ningún monitor pudo ver la escena, así que no podía hacer nada. Temía que lo contara y Oliver hiciera algo peor.
— ¿Estás mejor, Kells? — preguntó Justin luego de tirar los papeles usados a la papelera.
— S-sí. Debería ir a cambiarme — dijo mirando a la salida. Vic se había marchado poco después de Oliver junto a su hermano.
— Claro, ve a ducharte primero. Ahora no debe de haber mucha gente— Gabe le sonrió amistosamente.
— Bi-bien.
— ¿Te acompañamos a la cabaña? — sugirió Tony.
— Sí, por favor. No qui-quiero encontrarme con ellos de nuevo — confesó bajando la cabeza.
— Tu tartamudez es más notoria ahora, Kells. ¿Por qué? — Justin sentía curiosidad por esto, pero no quería que se sintiera ofendido ni insultado.
— Cuando me po-pongo nervioso o estoy en una situación incómoda se pone pe-peor. Lo siento — bajó la cabeza avergonzado.
— Hey, no te pongas así. Es algo que no puedes controlar, no te desanimes por eso — pasó un brazo por sus hombros y caminó junto a los otros dos a la puerta.
— Cierto, Kells. Mira a Justin, es un pesado pero hemos aprendido a vivir con ello — Tony comenzó a reír con el castaño.
— Eeeeh, soy un amor — se defendió el rubio.
— Sí, sí. Lo que tú digas — siguió riendo contagiando a Kellin.
Llegaron a la cabaña y el pelinegro cogió toda la ropa necesaria para cambiarse. Como ese día no harían ninguna actividad más, escogió un pijama de su maleta y lo guardó en una bolsa junto a sus zapatillas.
Tras explicarle dónde estaban las duchas y acompañarle al lugar, se marcharon a sus respectivas habitaciones.
Como habían dicho anteriormente, nadie estaba duchándose. El sitio era un poco siniestro en la oscuridad, pero era inevitable tener que pasar por allí. Las duchas estaban dispuestas unas al lado de las otras, individuales con unas maderas rodeándolas para que no se viera desde el exterior.
Dejó las cosas en un banco bajo al lado de la entrada. Se desnudó, agarró la toalla y se metió en un cubículo próximo a éste. Reguló la temperatura para que no saliera muy fría el agua y comenzó a lavarse el pelo para quitar toda la pringue.
Cuando estaba por acabar, escuchó unas voces cercanas. No le dio mucha importancia y procedió a desenjabonarse. Sin embargo, unas risas características se oyeron detrás suya, por lo que, ya limpio, salió con la toalla en la cintura para ver qué había pasado.
Delante de sus ojos se encontraban Oliver y otros dos chicos más con una mochila grande en las manos rebuscando entre sus cosas.
— ¿Qu-qué estáis haciendo? — preguntó alertando a los jóvenes.
— Mierda. ¡Adiós, Kelly! — se despidió Oliver echando a correr apresurado con sus acompañantes.
— ¿Pero qué?...
Kellin se acercó a su maleta para ver qué habían hecho y su sorpresa fue grande al ver qué era. En vez de estar el pijama que había cogido hacía un rato, en la bolsa había un vestido lencero de chica.
¿Qué podía hacer? Se había dejado el móvil cargando en la habitación y no podía llamar a sus amigos. Esperar a que llegara alguien para ayudarle era una locura, tendría que esperar toda la noche. La última opción que le quedaba era ponerse el vestido, ya que la ropa sucia la había puesto a lavar.
Sintiendo una vergüenza infinita, se vistió con el fresco atuendo rosa pastel y salió del lugar. -Daba las gracias de que por lo menos fuera bonito el vestido-.
Llegó sin ninguna dificultad a su cabaña, nadie le había visto. Cuando entró, se encontró a Vic riéndose a carcajadas al verle.
— ¿Qué te hace tanta gracia? — cuestionó enfadado el pelinegro.
— Tú, ¿no te has visto? — siguió carcajeándose de él.
— Se-seguro que fue idea tuya — comentó dejando la bolsa encima de su cama y buscando ropa para cambiarse.
— La verdad es que no, fue Jaime, pero no me hubiera importado haber sido el creador del plan.
— ¿Por qué?
— Estás muy sexy, Kelly. Así hasta pareces más una chica.
— N-no me llames así — colorado desdobló la camiseta del pijama para ponérsela.
— Oh, vamos. Es una simple broma, ¿te molesta, Kelly? — se tumbó en la cama observándole desde abajo con la cabeza reposando en sus brazos.
— Sí, pa-para por fa-favor.
— Ya empezamos con los tartamudeos. Estás mal de verdad, ¿eh?
Kellin se dio la vuelta ignorando el comentario del moreno. Se quitó el traje lencero que llevaba puesto y se puso un nuevo pijama, suerte que había traído varios.
— Toma, esto es tuyo — le entregó la vestimenta rosa.
— En realidad es de Danielle. No estaba muy a favor de la broma, pero ya sabes, pude hacerla entrar en razón — le guiñó un ojo cogiendo lo que le ofrecía.
— Cla-claro — se apartó de él y se metió en su cama.
Estaba cansado, había sido un día muy largo y necesitaba dormir. Ya era tarde para llamar a su madre, así que le envió un mensaje de buenas noches y se tapó con las finas mantas.
Cerró los ojos y poco a poco fue quedándose dormido. Estaba a punto de caer en los brazos de Morfeo cuando una voz soñolienta le sobresaltó.
— Tienes un cuerpo muy bonito para no ser una chica, de verdad que pareces una. Si lo fueras, no me importaría irme contigo.
Kellin se quedó en blanco ante el comentario. ¿De verdad había dicho eso o fue su mente exhausta imaginándose cosas que no debía?
Cuando le quiso preguntar por qué había dicho eso, unos suaves ronquidos le avisaron de que Vic se había dormido.
Poco después, él hizo lo mismo.
.
.
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¡Holi!
Siento haber tardado más en subir, pero estoy igual que Kellin, la ansiedad me puede y me impide hacer cosas.
No quiero poner más excusas, así que intentaré subir los mismos días que siempre sin retrasarme.
Nada más que decir, solo que disfrutéis el capítulo y la historia c:
Besis para todes 💞
Att: Yaiza
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Summer Camp |Kellic|
FanfictionPese a sus 17 años, Kellin es mandado a un campamento de verano donde pasará alrededor de un mes. Aunque parezca una situación de lo más cotidiana, allí conocerá a una persona que le hará dar un giro en su vida y con quien afrontará unas circunstanc...