Capítulo 28: Juegos

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Tras el silbato, una pelota de voleibol voló por los aires dando comienzo al partido.

Kellin se apresuró para ponerse detrás, ya que los más altos de su equipo estaban delante.

Él no era un fanático de los deportes, pero sí había jugado de pequeño con su familia al voleibol y no se le daba nada mal. Al fútbol no podía jugar porque parecía que tenía dos pies izquierdos; con cada intento de remate, se daba de bruces contra el suelo.

Comenzaron perdiendo, recibiendo así los comentarios burlones de Oliver. Sin embargo, Kellin solía acertar cada golpe como un profesional.

Poco a poco remontaban. No era un partido serio ni mucho menos, ya que la mayoría de los chicos no sabían las reglas del juego y hacían lo que podían. Era cuestión de divertirse.

Y eso hacía el pelinegro.

Lo estaba pasando realmente bien ignorando la vergüenza que tenía al sentirse tan expuesto por la poca ropa que llevaba. Nunca había estado del todo feliz con su físico, por eso llevaba ropa holgada que le ayudaba a sentirse más seguro consigo mismo.

Además, la fobia social que padecía le hacía creer que él era siempre el centro de atención, por lo que estaba casi siempre incómodo, sintiéndose muy vulnerable.

Mas este no era el momento de pensar esas cosas. Estaba con sus amigos, era verano, no tenía preocupación alguna. O eso pensaba.

Se distrajo un segundo al ver a un bonito ruiseñor amarronado cantando por encima de sus cabezas. Era muy hermoso.

Entonces lo sintió. Un impacto seco en su pequeña nariz.

Todo se volvió negro en un instante. Su mente dejó de funcionar de repente.

Se llevó las manos a la cara al notar un líquido caliente llegar a sus labios. Era sangre.

Abrió los ojos ante la sorpresa e hizo una mueca de dolor al tocarla. Una risa característica resonó en el lago. Oliver.

Al parecer, él había sido el que había lanzado la pelota, con tan mala suerte que había llegado a un desprevenido Kellin. Claramente no pensaba dañarlo, pero el haberlo conseguido le daba mucha satisfacción.

— La pequeña Kelly se hizo daño en su naricita, ¿eh?

— Cállate, Oliver — respondió malhumorado como pudo, aún sujetándose la nariz para cortar la hemorragia — Debería irme — afirmó a sus amigos, quienes habían corrido en su dirección al momento.

— ¿Quieres que te acompañemos a los monitores? — preguntó preocupado Gabe.

— No hace falta, me las apaño solo. Vosotros seguid jugando — dibujó una sonrisa forzada en sus labios y comenzó a salir del agua. Lo último que quería era molestar a sus amigos.

Salió lentamente del lago, limpiándose las manos y la cara con el agua cristalina de éste. Cuando llegó a tierra, se dispuso a buscar a los monitores.

Unos pasos apresurados se oyeron a su espalda, así que se giró curioso para ver quién era.

— ¿Estás bien? He visto el balonazo desde mi sitio y he pensado que podía haber sido algo grave — dijo Matty, quien se había marchado de su partido para socorrerlo — Oh dios mío, estás sangrando.

— No es nada, es sólo el impacto. No se me va a caer la nariz — bromeó restándole importancia, pese a que le dolía mucho.

— Vamos, te llevo con la monitora — le agarró suavemente del brazo y lo dirigió al puesto de socorro que había a unos metros del lago.

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⏰ Última actualización: Feb 12, 2019 ⏰

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