Capítulo 15: Perdidos

198 28 45
                                    

Después de que el monitor diera la señal de partida, todas las parejas marcharon hacia el bosque. Repartieron mapas distintos para que no todos fueran por el mismo camino. No les tocó con ninguno de sus amigos, así que Vic decidió esperar a que ellos salieran para poder ir más tranquilamente.

Esto le extrañó a Kellin, ya que el castaño normalmente prefería no hacer caso a lo que los monitores ordenaban e ir a su rollo. Sin embargo, esta vez le veía con un entusiasmo extraño.

— ¿Puedes repetirme por qué estamos aquí esperando mientras todos los demás están avanzando sin nosotros? — preguntó Kellin sentado en una roca con Vic delante suya mirando el mapa.

— Por quinta vez, — respondió levantando la vista resignado — mientras ellos se siguen unos a otros como tontos, nosotros vamos a coger un atajo y llegaremos antes. Eso sí, no nos pueden descubrir, por eso esperamos.

— ¿Qué clase de atajo? — no estaba seguro de qué tramaba Vic. Quizá estaba diciendo la verdad, o quizá no.

— Uno que conozco que nos hará ahorrar tiempo. Tú espera.

— Es-está bien — contestó inseguro.

Kellin se quedó sentado en la roca observando a sus compañeros pasar. Uno a uno pasaron todos y quince minutos después estaban completamente solos. Vio a Vic alzar la mirada del mapa y le hizo un gesto para que se levantara.

— ¿Ya podemos irnos? — dio un pequeño salto para apartarse de la roca pero, en un ligero descuido, perdió el equilibrio.

— ¡Ey! Ten más cuidado — dijo Vic sujetándolo entre sus brazos para que no se cayera — No queremos que te marches al hospital en tu primera semana — rió.

— Cla-claro que no — se alejó del moreno completamente colorado — ¿Vamos?

— Así es — miró hacia el frente y emprendió camino por un lado del bosque.

Kellin no tuvo más remedio que seguirle y así, ambos jóvenes fueron en dirección opuesta a las demás personas.

Llevaban más de veinte minutos caminando y el pelinegro no lograba reconocer nada de lo que estaba en el papel guía. Preocupado, paró en seco al no saber qué hacer.

— ¿V-vic?

— ¿Qué pasa ahora? — se volteó para encararle.

— ¿Estás seguro de que es por aquí?

— Claro que sí, ¿confías en mí? — poco a poco se fue acercando a él y le agarró una mano para luego apretarla.

— Yo... S-sí, pero-

— Eso es lo que importa — le cortó soltándole y yendo de nuevo por el sendero.

Extrañado por la actitud del mayor, caminó tras él para no perderse.

El tiempo pasaba y pasaba y no le veía fin. No sabía qué hora podría ser, pero era evidente que todo el mundo habría llegado ya a su destino. Todos menos ellos.

Juraría haber visto el mismo árbol cortado unas tres veces seguidas, por lo que se rindió.

— Dime la verdad. Estamos perdidos, ¿no?

— Sí... — suspiró exhausto de tanto andar. Las piernas empezaban a dolerle y el cielo a oscurecer.

— ¿Por qué no usamos la brújula para guiarnos?

— Kellin, ni yo sé usarla ni tú tampoco. Además, no sabemos dónde estamos — se sentó en el suelo cansado.

— Bueno... — tomó asiento junto a él — Vendrán a rescatarnos, ¿verdad?

Summer Camp |Kellic|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora