Capítulo 9: Despertar

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Los jóvenes se despertaban con el sonido de los altavoces del campamento. Estaban situados de forma estratégica para que llegara la información a cada una de las cabañas del lugar.

En la cabaña número 27, un par de chicos dormían plácidamente en sus respectivas camas. Al oír el estruendoso ruido, Kellin abrió los ojos algo adormilado. Sabía que eran las nueve, la hora de levantarse.

Se despojó de las sábanas que lo cubrían y miró hacia un lado frotándose los ojos para espabilarse. Su compañero aún seguía en un sueño profundo, casi parecía que no se inmutaba por nada. Ya que nadie le podía recriminar, se permitió observarle desde su sitio.
Vic estaba boca abajo con la manta a la altura de la cintura y el torso desnudo, mostrando así su espalda bien trabajada al aire. Tenía un brazo pasado por debajo de la almohada, mientras que el otro sobresalía de la cama. El rostro aparentaba estar muy sereno, totalmente descansado.

Kellin se regañó mentalmente por pensar en el moreno como algo más que su compañero, le empezaba a atraer.
Nunca había tenido una relación con alguien, era demasiado tímido e inseguro como para ello. Cierto era que no había tenido problemas para ligar, pero eso no era lo suyo.

Poco a poco, Vic se fue despertando y se sorprendió un poco de tener la vista del pelinegro encima.

— Buenos días — dijo sonriente Kellin.

— Ah, sí... — se rascó la cabeza para desperezarse — Buenos días, princesa.

Kellin se sintió totalmente incómodo por el comentario y no pudo evitar ruborizarse.
— ¿Pri-princesa?

— Ajá, no sabía que los vestidos rosas te sentaran tan bien. Parecías la Bella Durmiente.

— Sigue siendo una broma de mal gusto — se defendió ante las pequeñas risas del otro.

— Oh, vamos. Esto no es nada, podían haberte hecho llevar bragas. ¿No llevarás, verdad? — levantó una ceja interrogante sonriéndole de lado.

— ¡Por supuesto que n-no!

— Va-vale, está-tá bi-bien.

— No te burles de mí por mi tartamudez — se cruzó de brazos bajando la cabeza avergonzado.

— Sólo porque es temprano y tengo sueño te dejaré en paz, pero no prometo nada.

Kellin dio eso por suficiente y se levantó de su cama para preparar la ropa que se pondría ese día. Cogió su pastilla de Sertralina y se metió en el baño para cambiarse y tomársela.

Cuando salió, no se esperaba lo que sus ojos vieron. A unos pasos de él, Vic estaba de espaldas cambiándose. Se había quitado los pantalones y estaba en simples bóxers ceñidos. Se agachó para coger los vaqueros y procedió a ponérselos muy lentamente. Tan lentamente que a Kellin se le hacía eterno. Después de un rato en el proceso, se puso una camiseta de mangas cortas básica que el pelinegro no pudo apreciar al estar vuelto en dirección contraria a él.

— ¿Estás disfrutando de las vistas? — preguntó girándose de golpe con una sonrisa suficiente en los labios que no le permitió al de ojos claros disimular a tiempo.

— Y-yo no... — se cubrió la cara con las manos sin poder aguantar la humillación.

— No hace falta que lo ocultes. Te he pillado, Kellin — le guiñó un ojo pícaramente.

— N-no estaba mirando. Simplemente pasaba por a-aquí y yo... Emm...

— Es normal que te fijes en mí. Compartir habitación con un chico tan guapo siendo marica tiene que ser complicado.

Summer Camp |Kellic|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora