Summer Camp |Kellic|

Capítulo 25: Tolerancia

Llegaron a la par al comedor, sonriéndose discretos al separarse. Vic se sentó junto a su hermano en unas mesas del fondo y Kellin fue directo a las bandejas.

En su cabeza, un sinfín de pensamientos pasaban efímeros. Su estómago se sentía raro, mas no era por hambre. Notaba algo en su interior, felicidad irracional expandiéndose en él, culminando en su boca formando así una bonita sonrisa radiante.

Había notado preocupación en Vic, por lo que sabía que estaba entrando en su corazón.

No eran las palabras. Era el afecto, las caricias, los besos fugaces antes de irse a dormir, los buenos días cada mañana. Era todo y nada a la vez.

Echó su comida en el plato correspondiente, optando por pasta casera a la carbonara. Ese día se permitiría el capricho. Aun sin poder borrar la mueca alegre que le adornaba el rostro, se sentó a un lado de Justin, quien ya estaba allí cuando llegó.

— Hola — saludó amable colocando los cubiertos a un lado — ¿Y los demás?

— No tengo ni la más remota idea — contestó con un trozo de hamburguesa en la boca.

— Qué raro, suelen estar aquí a tiempo. Se habrán dormido — concluyó no muy seguro.

— El día ha sido muy largo y aún estamos en el almuerzo. Yo me habría dormido si no fuera por mi compañero de cabaña.

— Hablando de eso. Nunca me has dicho quién es tu compañero — objetó curioso.

— Ah, ¿no? — una negación por parte del pelinegro le hizo continuar — Es Ronnie. Pelo oscuro, tatuajes... Todo un rockero.

— ¿El chico del concurso que está en Falling In Reverse o algo así? — preguntó metiendo el tenedor en su boca para ingerir los espaguetis.

— El mismo — respondió orgulloso — No tiene muy buena pinta, pero es un gran chico.

— ¡No digas eso! — le regañó — Ya sabes que no me gusta que critiques a la gente.

— Pero si he acabado con algo bueno — se quejó alargando la última palabra.

— Sabes perfectamente a lo que me refiero — entrecerró los ojos desafiante, mas estalló en carcajadas después de ver la cara asustada del rubio.

La comida transcurrió entre bromas, sin rastro de sus otros amigos. Vic mandaba miradas encubiertas en su dirección, siendo correspondidas por Kellin. Había momentos en los que se perdían tanto en los orbes del otro que tenían que disimular para que no les pillaran -aunque no era complicado-.

Oliver apareció más tarde, en mitad de la comida con un mohín burlesco en su cara. Compartió unas palabras irreconocibles para el pelinegro y estalló en risas, las cuales no fueron devueltas.

Cuando estaban levantándose para dejar las bandejas, Gabe y Tony aparecieron con cara de pocos amigos. Acto seguido, se sentaron en la mesa sin decir palabra alguna.

— Está bien — dijo Justin dos minutos después de la llegada de los chicos — Veo que no vais a contar nada si no os preguntamos, así que... ¿qué ha pasado?

— ¡Oliver nos ha encerrado en los baños! — respondieron a la vez en voz alta interrumpiéndose entre ellos.

— ¿Los baños de nuevo? Qué le pasará a este muchacho con ellos.

— ¿Cómo ha sido? — interrogó Kellin ignorando las palabras de su amigo.

— Estábamos andando de camino hacia el comedor cuando se interpuso entre nosotros. Empezó a decirnos cosas, intimidarnos. Se acercó a nosotros comenzando a forcejear y, sin darnos cuenta, estábamos en los baños con la puerta cerrada con llave.