— Guau, Kellin. ¿De dónde has sacado esa voz? — preguntó aún incrédulo Justin.
Los cuatro chicos caminaban hacia sus respectivas cabañas para cambiarse e ir al comedor.
— Sí, eso. ¡Tienes que decirnos! — le acompañó Tony.
— N-no lo sé — murmuró ruborizado aunque halagado por las bonitas palabras de sus amigos — Mamá siempre cantaba y cuando cumplí ocho años me apuntó al coro de la iglesia, supongo que eso me ayudó.
— ¡¿A la iglesia?! — gritaron los tres al unísono parándose en seco para observar al pelinegro.
— S-sí — respondió bajo sintiéndose intimidado. Justin vio la expresión de inseguridad reflejada en el rostro de Kellin, por lo que le agarró del brazo y le sentó en una banca cerca de ellos para que siguiera con la historia.
— Pero yo creía que tú no estarías involucrado en eso al ser... — cortó el rubio no estando seguro de continuar.
— ¿Al ser gay? — completó — Créeme que no era el único con esos gustos de la iglesia — rió recordando a un chico pelirrojo que se confesó delante del cura en medio de una misa — Pero no, no soy religioso pese a haber estado muchos años allí.
— ¿Y cómo es que te metió tu madre en el coro? — cuestionó curioso Gabe, quien llevaba un rato sin hablar.
— Bu-bueno — su tono de voz cambió radicalmente a uno más sombrío y agachó la cabeza — Fue meses después de que mi padre nos abandonara. Mamá estaba muy triste y no sabía qué hacer, así que se refugió en la iglesia. Siempre fue creyente pero se convirtió en devota; vivía por y para Dios.
— Oh, lo siento.
— No pasa nada. Me lo pasé muy bien en realidad, no tengo apenas recuerdos malos. Bueno, quitando la vez que le conté a mi madre lo de que soy gay.
— ¿Tan mal se lo tomó?
— Estuvo sin hablarme una semana, cuando somos uña y carne. Siguió lo que decía la Biblia y... Eso... — carraspeó un poco para aclararse la garganta — No quiero decir que todos los religiosos piensen así, por supuesto, sin embargo mi madre lo hizo.
— Pero ya estáis bien, ¿cierto? — indagó el castaño.
— Sí — sonrió todavía con los ojos brillantes — A veces suelta algunos comentarios fuera de lugar, pero nos queremos. Eso es lo que importa.
— ¡Así se dice, Kells! — Justin le dio unas suaves palmaditas en la espalda de ánimo, ayudándole a levantarse luego — Ahora regresemos que tengo un hambre...
— ¡Justin! Sé más considerado — le chistó Gabe.
— No soy yo, es mi estómago el que habla por mí — se excusó levantando ambas manos en señal de inocencia, haciendo así a Kellin reír.
— Yo también tengo hambre... — murmuró Tony con voz infantil.
— ¡Oh, vamos! — se quejó Gabe — Qué remedio...
Así, los cuatro jóvenes emprendieron de nuevo su camino a las cabañas, dejando primero al rubio siendo seguido por Gabe.
Cuando estaban por llegar a la cabaña de Kellin, Tony le llamó.
— Kells... — un sonido de afirmación le indicó que podía seguir hablando — No, olvídalo. No es nada.
— Dime — murmuró tentativo.
— Es sobre Mike — al pronunciar ese nombre, su cara se volvió de un rojo exagerado.
— Uy, ¿problemas en el paraíso? — bromeó dándole un codazo y guiñándole el ojo.
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Summer Camp |Kellic|
FanfictionPese a sus 17 años, Kellin es mandado a un campamento de verano donde pasará alrededor de un mes. Aunque parezca una situación de lo más cotidiana, allí conocerá a una persona que le hará dar un giro en su vida y con quien afrontará unas circunstanc...