Las fragancias de primavera siempre le parecieron exquisitas, era una época grisácea para Danny y por ello amaba cerrar los ojos durante el día, pues veía una constante explosión de colores maravillosos aunque siempre se mortificaba por el rojo que inundaba la vista si apretaba los párpados más de la cuenta y se dio cuenta de las tonalidades turquezas que exploraba si se sentía leve por momentos.
En la única camilla que ocupaba la sala chequeo médico, Danny se encontraba sentado con una chaqueta de lana deportiva a su lado, mientras que con un algodón con alcohol apretaba sus venas recientemente punzadas por una inyectadora que succionó su sangre de muestra para evaluar su salud. Sabía bien que sería una hoja con la lista de enfermedades descartadas, su tipo de sangre –aunque sabía que era O RH POSITIVO–, su expediente médico, rutinarios chequeos de azúcar y colesterol para poder venderlo como cría a una casa de familia cualquiera.
Toda ésa situación desatada hace un par de días lo tenía completamente ajetreado con las constantes preguntas que le hacían en las reuniones forzadas con policias, las falsas promesas, el insoportable dolor hasta en el cuero cabelludo, la asistencia social, las llamadas de su padre desde el hospital, las maletas, las psiquiatra y la bendita lástima.
Lo único que pedía era un momento de paz, pero ahora que su vida se desmoronó frente a sus ojos se veía obligado a tener que construirla a base de cimientos y de la pequeña tumba que obligó a ciertos oficiales a cavar por él, pues cuando descubrió el cadáver de su gato en su habitación no pudo evitar caer al suelo. Los ojos llenos de vida de color cielo desaparecieron, sus pupilas parecian dos líneas finas y paralelas; su pequeño cuerpo estaba separado de la cabeza y destrozado en pedazos sangrantes por un machete. Esteban no tenía límite de crueldad, pensó.
Ya había gastado todos sus ahorros en comida y agradecía a cualquier entidad que el estado pagaba las cuentas del hospital, pues de algo tenía provecho el ser menor de edad.
Detestaba la prensa, quienes le urgían entrevistas para contar su caso y hacerlo público. ¿Qué esperaban que dijera? ¿Que porque su padre descubrió que se hacía pasar por chica intentó violarlo y asesinarlo? De ninguna manera, absolutamente no. La prensa tendría que buscar otra historia para joderle la vida a cualquier persona que no sea él.
Y precisamente hace días que no sabía nada de Louis, pues su celular se veía exageradamente lleno de llamadas que pretendían decir lo mismo: "Vamos a ayudarte."
Por fin la sangre paró de brotar de su vena ligeramente resaltada y botó el algodón en el suelo sin mucho cuidado. El Doctor Guevara cruzó nuevamente la puerta, le indicó que pronto obtendrían resultados del laboratorio y comenzó a reemplazarle los vendajes y las gasas.
Descubrieron que tenía dos costillas rotas cuando llegó al hospital luego del interrogatorio en la ambulancia, además del tobillo y la muñeca izquierda fracturados, tenía los dientes gradualmente inclinados y necesitaba ir al dentista que se había ofrecido a tratarlo sin costos por caridad.
Por las noches no dormía, se culpaba a sí mismo de lo sucedido pero jamás culpó a Louis. ¿Cómo pudo ser tan idiota como para seguirle el juego a Michael y encima encontrar un placer retorcido en finger ser alguien más? Creyó que estaba loco, y por ello aceptaría la rehabilitación psicológica que la asistente social quería proporcionarle.
Sentía que todos querían, de repente, hacer una obra de caridad con él. Pero Danny era astuto: le sacaría el mejor provecho por sí mismo.
Danny era capaz de prostituirse si con eso lograra deshacerse de su padre por siempre, lo cual era en parte su plan si no encontraba otra salida. Había analizado fríamente sus opciones pero ahora se encontraba amoratado en el borde de un precipicio con los ojos vendados. No sabía si caería en un basurero, en algún trampolín, en algodones de azúcar o si simplemente caería contra el pavimento y moriría.
No, el suicidio era un enemigo mortal para él: no aguantó el peor de los infiernos para salir de éste sin vida.
(...)
Veintidós días después, salía de la corte judicial.
— ¡Te voy a conseguir, hijo de puta! —los cabellos rubios de Esteban estaban desordenados gracias a la agitación debido a los dos guardias que lo sujeban de ambos brazos—, ¡Te voy a matar, lo juro!
Danny fue rodeado por la prensa informativa con reporteras pelirojas y hombres robustos medianamente atractivos de mandíbulas cuadradas, otros son fotógrafos gordos y medio calvos. Todos con trajes elegantes para la ocasión.
El muchacho de ojos café usaba muletas para apoyarse mientras caminaba avergonzado, se colocaba lentes de sol y salía victorioso con un aura destruida.
"Joven abusado es amenzado por su padre en la corte judicial".
"Menores de edad sufren de maltratos a diario, ¡Y nadie hace nada!".
Con dichos anunciados prevenía ya que las últimas primicias en los diarios tuvieran ya cotillas con qué alimentarse.
— Hemos ganado éste caso muchacho —acotó el abogado del estado—, pero tú has ganado una vida.
— Me alegra que así sea. —respondió con excelente educación.
Mentira.
Había estado en reposo y terapia sin ninguna visita más que asistentes sociales que anunciaban posibles hogares comunitarios para fin de mes. Le habían dado hojas con posibles familias... Y ninguna jamás le llamó la atención o le dieron destellos de confianza, pues parecían tan perfectas que era totalmente imposible de creer.
Además, había pasado todo ése tiempo sin fumar y estaba ansioso, rozando casi a la frustración. Agregando qué, tampoco había hablado con Louis... Katherine y Danny desaparecieron al mismo tiempo y de seguro que Louis intentaría buscarla a ella... No a él.
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Agresivo. ©
Teen FictionHay maneras de hacerse notar; Danny tenía una bastante famosa y para la desgracia de muchos, efectiva. Danny es agresivo, un bully el cual aparenta ser insensible y no podrá evitar serlo cuando conozca a Louis; aunque una parte de él le grita en des...