"Gay".
"Gay".
"Gay".
La única palabra que retumbaba la mente de Danny era aquella. No había otra, no había imagen. Solo el sonido de aquella palabra con la voz casi perdida en el tono.
"Gay".
No era una ofensa, no era un halago, y en temor de la confesión, se sintió como el padre de la iglesia al que le confesaban un asesinato.
"Gay".
¿Qué significaba esa palabra para él? Decía que era el abandono por todo el interés hacia una mujer, pero estaba seguro de que era una verdad casi metafísica. Era la negación al mecanismo de naturalidad que le fueron impuestos a los hombres desde que nacieron. Era una rebelión externa, una rebelión cuya guerra ganó el interior de la persona. ¡Si esa guerra, la ganadora de la rebelión del ser, alzara sus voces y lo exclamara ante el mundo, sería expuesto entre multitudes de personas con multitudes de guerras por dentro! ¡Sería una revolución casi magistral!
¿Era correcto admitir en voz alta que tu mecanismo interno estaba roto, o que en efecto, tu mismo lo rompiste? Pero no se trataba de él, aunque tenía mucho que ver. Se trataba de Louis que, sin importar a la opinión que los demás podrían tener, ya había comenzado una pequeña revolución y había decidido empezar precisamente con él, ¡Cuya alma es débil ante su mirada! ¿No era aquella misma debilidad un símbolo de apreciación? ¿Lo era ante su valentía o su mismo ser? De pronto pensó en lo casi radical que sonaba para sí mismo, porque si su mirada lo hacía vulnerable, quería decir que él mismo estaba teniendo una guerra por dentro cuyos soldados están apilados esperando las órdenes para ir hacia la masacre.
Las mujeres se le hacían guapas, no podía evitar voltear a ver alguna. Pero ninguna poseía una mirada como la de Louis y aquello lo aterraba, porque no era el rostro, sino la alucinación de que Louis lo miraba precisamente a él en la manera tan particular de sus gestos.
¿Sabría o no sabría Uriel que su mejor amigo era gay? No había manera de saberlo y no se arriesgaría a preguntarlo, porque aún por tonto que suene, si ambos lo eran, era posible que sostuvieran alguna relación; y no estaba preparado para enfrentarse ante aquello.
No recordaba precisamente cómo se había escapado de la situación en la que sus propios gestos se volvieron torpes cuando trató de sentarse, pero recuerda que había llegado Uriel y así se había liberado de la carga de una contestación. No podía estar más infinitamente agradecido con aquella bola de pecas rojas y ropa sudada.
En la cercanía que ambos ajenos tenían, Danny pudo notar que era bastante confianzuda. Lejos de tener asco, Louis bromeaba con frecuencia acerca de los defectos de Uriel de una manera muy sutil. Comentarios como: "El agua que bebiste ya está saliendo", sonaba muy distinto a los pensamientos de Danny: "Es como una fuente de agua a punto de estallar, siento que me mojará en cualquier minuto". Tal vez las cosas más simples entre ellos dos –Louis y Danny–, hacía que el abismo diferencial fuera un enorme agujero negro.
Estaba seguro de que en algún momento de su vida tendrá que enfrentar ésta situación o la ansiedad lo comerá vivo antes de que pase, ¿Pero qué iba a decir? Danny no era homosexual, estaba casi convencido de ello.
Era normal sentir que le gustaba la mirada de los hombres, como cuando en los partidos de fútbol él destacaba y los chicos gritaban con euforia y otros le envidiaban en secreto, eran miradas casi cómplices que le daban las felicitaciones en un idioma que solo él mismo podía entender.
¿Y qué era el amor, si Danny nunca lo ha conocido?
Creía que se manifestaba en lo físico, pero Louis había llegado a su mente como un intruso y no, no tenía idea de qué significaba aquello.
Recapitulando una vez más, Louis acaba de confesarle que es gay, Uriel llegó como ángel para romper la tensión, y Danny estaba cuestionandose si aquella confesión, en algun aspecto mínimo (y por más pequeño que sea) fuera mutua. Definitivamente, buscaba repuestas y obtenía preguntas a cambio.
— Tengo que ir al baño. —soltó de repente.
Sin esperar miradas o respuestas, se levantó y trató de caminar tan sereno como cuando está ebrio, o en éste caso, fuera de sí mismo.
Su mente parecía un remolino de pensamientos. Si, tenía problemas más grandes de los cuales ocuparse, pero, Louis vivía veinticuatro horas en su mente, ¿Qué cuestión era más importante que aquella que le da brincos a nuestro corazón?
Entre tanta caminata, había estado ocupado en pensar tanto en alejarse, que tardó en darse cuenta de que se estaba perdiendo en lugares inexplorados de las instalaciones, esta vez parecía un poco más descuidado, y había un pequeño patio de fondo, con aulas cerradas.
Una cabellera castaña y un porte altamente conocido estaba entrando a una de aquellas aulas que parecían abandonadas.
Se acercó cuidadosamente, para de inmediato paralizarse frente a la puerta. Reconocía el olor de la marihuana a metros, y que además, tras abrirla sin cuidado, viese cocaína en hileras con un grupo de adolescentes le sorprendió y no tan gratamente, pues Freddy, su recién aparecido primo, estaba entre ellos.
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Agresivo. ©
Teen FictionHay maneras de hacerse notar; Danny tenía una bastante famosa y para la desgracia de muchos, efectiva. Danny es agresivo, un bully el cual aparenta ser insensible y no podrá evitar serlo cuando conozca a Louis; aunque una parte de él le grita en des...