Su corazón se detuvo. ¿Qué? Todo lo que podía pensar era... ¿Qué?
— Eres un maldito caos, Danny —afirmó luego de un momento de silencio incómodo—, eres un desastre.
Danny lo vio fijamente. Lo habían insultado de muchas maneras a lo largo de su vida, pero de alguna manera al ver la mirada de Louis se sintió enternecido por éste. Sus palabras no mostraban ninguna clase de odio, sino más bien de compasión.
¿Compasión por él? ¿Después de todo lo que ha hecho y dicho? "Es imposible... debe ser lástima. ¿No?" Se decía para sus adentros. No había forma alguna en el mundo entero en que Louis dijera todo lo que estaba diciendo. ¿Ya sabía que Danny era Katherine? ¿Qué?
— Y de alguna forma... Quería que las cosas siguieran como estaban.
Danny sintió que su corazón se detenía por un momento. Las palabras de Louis resonaron en su mente, una y otra vez como un eco constante. Se quedó mirando a Louis, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. Las emociones se agolpaban en su pecho, mezclando confusión, alivio y una creciente esperanza.
— ¿Lo sabías? —preguntó Danny, su voz era tan tenue que apenas parecía ser un susurro. — ¿Todo este tiempo?
Louis asintió lentamente con su cabeza, sus ojos brillaban con una mezcla de determinación y vulnerabilidad tan única en el azabache.
— Al principio no estaba tan seguro —admitió Louis. — Pero había demasiadas coincidencias, demasiadas cosas que solo tú podrías saber. Y cuando me dijiste que eras Katherine en el hospital, todas las piezas encajaron. Por eso, cuando te confesé que era gay, no lo hice por Katherine... lo hice por ti.
Danny sintió cómo sus defensas se desmoronaban. Todo el dolor, la rabia y la confusión que había llevado consigo durante tanto tiempo comenzaron a disiparse lentamente con cada palabra que oía, reemplazándolas por una nueva sensación de comprensión y conexión. Respiró hondo, tratando de calmar su corazón acelerado ante el nuevo sentimiento, uno muy extraño a su parecer.
— Louis, yo... no sé qué decir —dijo Danny, con su voz temblando—. He sido un idiota. Todo esto empezó como una broma cruel, pero al final, lo que más temía era perderte como amigo, o peor, hacerte daño. Tienes que creerme. —Lo miró casi desesperadamente buscando su aprobación.
Louis se inclinó hacia adelante, tomando las manos de Danny entre las suyas. El contacto fue reconfortante y sumamente extraño para el pelimiel, sentía que era como un ancla en medio del caos.
— No soy perfecto, Danny. También he cometido errores de los que nadie y mucho menos tú sabes. Pero quiero que sepas que te perdono. Y quiero que sigamos adelante, juntos. No sé qué significa esto para nosotros, pero quiero descubrirlo contigo si estás dispuesto... Por eso quiero ser y que seamos completamente honestos a partir de ahora.
Las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Danny, y esta vez no se molestó en esconderlas. Se sintió aliviado, como si un peso enorme hubiera sido levantado de sus hombros.
— Gracias, Louis —susurró Danny. — No sé cómo agradecerte por esto. Pero prometo que intentaré ser una mejor persona, por ti y por mí.
Louis sonrió, una sonrisa cálida y genuina que iluminó la habitación.
— Eso es todo lo que necesito escuchar, Danny. Vamos a tomar esto un día a la vez.
Y así, en medio de la habitación carente de recuerdos y con promesas de un futuro incierto, Danny y Louis comenzaron a compartir algo nuevo. No sería fácil y ambos lo sabían, pero también sabían que mientras se tuvieran el uno al otro, podrían enfrentar cualquier cosa... ¿No?
Aún así, Danny se quedó mirando a Louis, sintiendo una mezcla de culpa y rabia que burbujeaba bajo la superficie. No podía evitar recordar todos los momentos de su vida en los que había sentido que no era suficiente, que no merecía ser feliz. La figura de su padre, Esteban, se alzaba en su mente como un espectro, un recordatorio constante de su incapacidad para ser amado.
Los golpes, las humillaciones, las noches interminables de dolor físico y emocional... todo eso había dejado cicatrices profundas en su alma. Cada insulto, cada golpe, cada vez que Esteban le decía que no valía nada, se había incrustado en su mente, creando una voz interna que le repetía esas mismas palabras una y otra vez.
Danny se sentía atrapado en una espiral de autodesprecio y culpa. Sentía que no merecía la bondad y el perdón que Louis le ofrecía tan generosamente. Sentía que era un fraude, que no merecía el amor de nadie.
— No soy bueno, Louis —dijo Danny, rompiendo el silencio con su voz quebrada por la emoción. — He hecho cosas horribles. He lastimado a tanta gente. No, no merezco tu perdón.
Louis apretó las manos de Danny con más fuerza, sus ojos llenos de compasión y determinación.
— Todos hemos cometido errores, Danny. Lo importante es lo que hacemos después de reconocer esos errores. Puedes elegir seguir siendo la persona que lastima a los demás, o puedes elegir ser alguien mejor. Yo creo en ti. Creo que puedes cambiar.
Danny cerró los ojos, tratando de contener las lágrimas. Sentía una mezcla de rabia y tristeza, una lucha interna entre el deseo de ser mejor y el miedo de no poder cambiar.
— Mi padre... él... —comenzó Danny, pero las palabras se le atoraron en la garganta. — Esteban me hizo creer que nunca valdría nada. Que siempre sería un fracaso. Y ahora, incluso cuando él ya no está en mi vida, esa voz sigue ahí, diciéndome que no soy lo suficientemente bueno.
Louis se levantó de la cama y se sentó junto a Danny, abrazándolo con fuerza.
— No eres lo que Esteban te hizo creer que eres —dijo Louis suavemente. — Eres mucho más que eso. Eres fuerte, valiente, y tienes un corazón increíblemente grande. Y sé que, con el tiempo, podrás ver eso por ti mismo.
Danny dejó que las lágrimas fluyeran libremente esta vez, abrazando a Louis con fuerza. Por primera vez en mucho tiempo, se permitió sentir esperanza. Esperanza de que podía cambiar, de que podía ser mejor, de que podía ser al menos querido.
En medio del abrazo, Danny olió el perfume de fragancias cítricas de Louis, pensaba que era un momento que quería recordar y comenzó a vislumbrar un futuro tal vez diferente. Un futuro donde no estaría definido por su pasado, sino por las elecciones que haría a partir de ahora... Y eso incluía más disculpas de las que podía contar, comenzando por Freddy.
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Agresivo. ©
Teen FictionHay maneras de hacerse notar; Danny tenía una bastante famosa y para la desgracia de muchos, efectiva. Danny es agresivo, un bully el cual aparenta ser insensible y no podrá evitar serlo cuando conozca a Louis; aunque una parte de él le grita en des...