Bromance

Moka

Muy a pesar de que le idea de acompañar al rubio, fue de él, Stan comenzaba a sentirse inseguro, pero si los padres de su amigo no estaban, lo mínimo que podía hacer era acompañarlo, ambos se sentaron en la sala durante un rato, cuando de repente el rubio se levantó.

¿Quieres algo de beber?

Tweek podía presumir de ser atentó, con las visitas, más por que está sin duda le había ayudado.

Claro, una soda estaría bien

El rubio comenzó a caminar a paso lento, llegó ala cocina y puso la tetera a fuego lento, después abrió el refrigerador, saco de este una soda de cola, y la virtio en un vaso, cuando la tetera comenzó a silbar dando a entender que el agua estaba caliente, virtio el agua en la taza que ya contenía un poco de café instantáneo, en otro tiempo se habría molestado e incluso tirado dicha sustancia, pero ya que su confianza no estaba en sus padres había escondido un frasco de café instantáneo en alguna parte de la cocina.

La noche cayó rápidamente como un manto que cubría, Tweek, le dijo a Stan que podía dormir en el cuarto de huéspedes, ambos chicos no pudieron consiliar el sueño, hasta pasadas las 12.

La mañana siguiente Stan se despertó pasadas las 10, pero aún así no estaba seguro, de querer salir de la habitación, pero debía hacerlo, ya que el rubio estaba tan lastimado, debía hacer de desayunar para su anfitrión, salió de la cama con una pijama de Tweek, aunque le quedaba perfectamente parecía hecha para él, se dió cuenta que el rubio usaba ropa holgada, muy apesar de ser delgado.

Salió de la habitación, un dulce olor a café embriagaba sus sentidos, se sentía tan cálido caminar por un lugar asi, escucho música en un volumen bajo, eran cantos muy suaves, no lograba distinguir el idioma en el que estaban los cantos, era música un poco pegajosa, llegó hasta las escaleras, bajo cada uno de los escalones sin hacer mucho ruido, siguio el sonido hasta llegar ala cocina, encontrándose al rubio con una taza en mano, mientras hacía hotcakes.

Así que cocinas preciosa
Esto tomo por sorpresa a Tweek, que de un salto volteó a mirar tras él, vio a Stan recargado del arco de la cocina con una sonrisa maliciosa.

Aghhh por dios Stan, buenos días

Aunque le molestaba que Stan le hablara como si fuera chica, no le veía importancia a negarle ese gusto.

Buenos días, ¿Como dormiste?, ¿Te sientes mejor?

Tweek no pudo evitar reír ante tanta pregunta, era la primera vez que alguien le preguntaba cómo estaba.

Jajaja muy bien gracias por preguntar

Oye, por que te ríes
A Stan le parecía encantador que Tweek sonriera con naturalidad cuando hablaba con él, sin preocuparse por nada.

¿Quieres desayunar?

Claro

El azabache sonrió dulcemente como muy pocas veces lo hacía, ambos se sentían cómodos con la presencia del otro, se podía notar en las sonrisas fugaces que se regalaban mutuamente, Stan no había bebido una sola gota de alcohol desde el día anterior, tampoco había sentido la necesidad de tomarlo, noto que Tweek había dejado de beber café a cada rato, cuando joven el rubio, siempre sostenía un vaso, una taza o un termo con café, pero desde el día anterior solo había bebido dos tazas de la sustancia.

Después de tanto tiempo el azabache no desayunaba en casa, siempre salía en busca de algo en la calle, detestaba las peleas entre sus padres, con tal de no ser participe de estas, podía comer cualquier cosa, pero el desayuno de ese día lo hizo sentir feliz, todo el día se mantuvo de muy buen humor, después del desayuno ambos chicos, se dirigieron ala sala a jugar videojuegos o ver una que otra película, cuando la hora de la comida se acercaba, Tweek se levantó de su lugar, fue ala cocina y de nueva cuenta se dispuso a cocinar, dejo hirviendo los fideos, subió a la parte superior de la casa, para después bajar con un cesto repleto de ropa, Stan acudio en su ayuda, tomando el cesto de manos del rubio, pudo notar que llevaba su ropa con el resto, ambos bajaron hasta el sótano, en conjunto comenzaron a separara la ropa para hecharla ala lavadora.