Carajillo

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Después de tantos problemas y líos, el año escolar estaba llegando a su fin, solo pocos días para la graduación y por ende el baile, Tweek, había estado compartiendo más y más tiempo con Stan, salían a casi todas partes, claro sin olvidar a sus amigos, ni dejarlos de lado, nunca más se permitiría el tenerlos lejos.

Adoraba ir al cine, observar el rostro serio y concentrado del azabache le hacía más que feliz no había nada en el mundo que amara, que el ver sus largas y rizadas pestañas levantarse con gracia, mientras ligeramente mordisqueaba su labio, colocaba su mano en uno de los respaldos, con la otra tomaba una palomita de maíz, la colocaba cerca de sus labios, para abrir su boca y colocarla en su lengua, aquella lengua que ansiaba sentir jugando con la suya.

No podía evitar pasar saliva mientras su mente conjugaba un sin fin de escenarios donde podía volver a sentir el tacto del azabache, se había propuesto enamorarlo, en realidad no sabía cómo hacerlo, de hecho, Stan sería la primera persona con la que tendría una relación, si está se diera.

Por más que había buscado en internet y libros, no lograba entender del todo como es que se iniciaba una relación romántica, lo hacían ver tan fácil que le era imposible concebirlo, lo más difícil era el amor entre dos personas del mismo sexo, sobre todo porque cuando se hablaba de un amor entre hombres, muchas personas daban a entender que uno de ellos tenía que ser más delicado, y él no estaba dispuesto a serlo, aunque estaba seguro que Stan tampoco lo sería.

Un factor importante hizo su aparición recientemente, había notado que Annie la chica más linda de la escuela, según habían dicho, estaba interesada en Stan, y al igual que él, trataba de atraer su atención.

Y este día no sería diferente, Tweek se sentía intranquilo, los resultados de la entrevista llegarían al medio día, al contrario de otros años, esta vez, serían notificados mediante su correo electrónico, cosa que ponía aún más nervioso al rubio.

Tomo su celular entre sus manos mientras no lograba respirar, sin darse cuenta sus amigos llegaron, de repente sintió una palmada en su espalda, lo cual lo hizo saltar del miedo.

- Ghaa... Craig que te pasa?

Dijo el rubio mientras dejaba caer su celular al piso.

- Valla Tweek, ¿Qué te pasa amigo?

Clyde preocupado por lo que ocurría se lanzó sobre Tweek y le abrazo fuertemente, apresándolo contra su pecho, la actitud tanto los tics de Tweek, parecían haber vuelto y no era nada normal, después de todo ya hacía tiempo estos no se presentaban.

- Clyde, no soy un bebe, suéltame.

El castaño siempre había disfrutado de molestar al rubio y hacerlo sonrojar, tanto así que se le había hecho costumbre el hacerlo, observo como el rubio recogía su celular del suelo, y lo revisaba para después introducirlo en su bolsa.

- Cariño, ¿qué pasa contigo, será que ya no me amas?

Como siempre el castaño, exageraba las cosas y las hacia un gran drama, Tweek de repente sintió el vibrar de su celular, los nervios nuevamente se apoderaron de él, sus amigos, lo miraban expectantes, querían saber que era lo que ocurría, pero el, parecía lejos de decir algo, el rubio, desbloqueo su celular, lo reviso y sonrió, para después abrazar por el torso al castaño.

- Claro que sí, te amo amigo.

Sin darse cuenta estaba dando pequeños saltos y rebosaba de alegría.

- ¿Qué paso, nos puedes decir?, no entiendo nada.

Tweek miro a Craig con una gran sonrisa en su rostro.

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