Flores del jardín.

828 94 18
                                    

¿Cómo había sido que Erick se dió cuenta que estaba enamorado?, sensillamente en su niñez, la creciente rivalidad que había entre Wendy Testaburguer y Erick T. Cartman, era conocida por todos, la chica dulce y amable, contra el robusto, racista e irreverente, fue muy común en aquella época los debates entre ambos, la única persona que le podía hacer frente era la azabache, el amor despertó en Erick por aquel dulce beso, que le dió aquel día cuando debían apoyarse el uno al otro, Wendy lo hizo para despejar dudas, mientras que en el pequeño robusto despertó aquel interés que en un principio trataba de comprender.

Ahora en la flor de su juventud de sus 17 primaveras, aquellas dudas estaban más que claras, estaba enamorado, enamorado de aquella chica de cabellos oscuros y largos, cada gesto de su hermoso y blanco rostro se había convertido en una obra de arte que a Erick le gustaba admirar con total discreción, más de una vez, había querido acariciar aquella larga y oscura cabellera, había tratado de cambiar, ser más amable, pero la fama que había ganado desde su infancia, era muy difícil de olvidar, muchas veces se había hecho ala idea de que él jamás podría amar y mucho menos ser amado, aquello le deprimia.

Envidiaba a sobre manera a Stan, el parecía no necesitar una relación romántica para sentirse completo, ni siquiera le prestaba atención alas chicas desde hacía mucho, pero Erick, él necesitaba una mirada fugaz de aquellos hermosos ojos avellana, una mediana sonrisa poco perceptible, algo que le dijera que no era invisible y despreciable, ante su mirada.

Un amor que fue callando, pero ahora todo se había complicado, Stan, se había dado cuenta, no había manera en que pudiera ocultarlo más, esperaba que el azabache le dijera más, pero pareciera estar ocupado observando algo más, sintió un pequeño alivio en el pecho.

Una tarde, hablando con un Kenneth borracho y fuera de sus cabales, el cual le confesó estar profundamente enamorado de la persona que no esperaba, Kyle Bloflovsky, su amigo de la infancia y eterno rival, el que Kenny tuviera preferencia por su mismo sexo no era sorpresa, de hecho el rubio no tenía pudor al acostarse con quien le viniera en gana, fuera hombre o mujer, pero que estuviera interesado en Kyle era una gran sorpresa que en su vida la idea, jamás hubiera pasado por su mente.

Después de unos días noto que Kenny había cambiado de estrategia, dejó su posición de amigo incondicional, y era más acertivo, tomaba de la cintura al pelirrojo, le basaba el cuello cada que tenía oportunidad, parecían una pareja de novios, Erick sentía envidia, pero eso también le dió a entender que debía hacer algo con respecto a su enamoramiento.

Pero sabía que no podía hacer lo mismo que su rubio amigo, para empezar este último tenía una amistad de años con Kyle, se conocían como así mismos, se entendían perfectamente, siempre habían compartido secretos y dependido el uno del otro.

En contraste Erick y Wendy no habían tenido un gran acercamiento solo aquel beso, debía esforzarse, primero comenzó por limitar sus comentarios, hablaba de forma más recta y trataba de ser caballeroso, tenía pocos y muy tenues acercamientos para con la azabache, hasta que por fin pudo ver su oportunidad, una oportunidad que talvez hubiese deseado no encontrar.

Dulces y pequeñas notas de colores, con mensajes que tratarán de llegar al corazón de la chica, y así comenzó de Lunes a viernes, pasaba junto a su casillero y por una pequeña rendija dejaba caer el papel, después se iba, todos los días era la misma rutina, con el tiempo se dió cuenta que ella, ya esperaba sus notas, abria su locker con una gran sonrisa y aunque en un principio las tiraba, ahora hasta las coleccionaba con la espectativa de lo que podía tener escrito.

"No hay montaña suficientemente alta, ni valle suficientemente profundo, ni río suficientemente ancho que me impida llegar hasta ti."

BromanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora