Antillano

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La lluvia parecía no querer parar, cada vez era más frió y el que Stan estuviera empapado no ayudaría en nada, su cuerpo temblaba sucumbiendo al frió que lo recorría, Tweek busco una manta que hacía tiempo llevo a su escondite, y la coloco alrededor del azabache, quien estaba sentado en el viejo sofá.

- Creo que tendremos que pensar en una manera de calentarte.

Stan quería desviar la atención de Tweek, no le agradaba ver su rostro preocupado aun si dicha preocupación era por él, tomo al rubio por el mentón y lo acerco a él, centrando sus miradas la una en la otra.

- Yo sé cómo hacerlo.

Tweek entendió ala perfección la insinuación, aunque allá aceptado que gustaba de un hombre, jamás había pensado en compartir la intimidad con este, pues era un fiel creyente de que las cosas se darían poco a poco, pero la principal razón era el hecho de que no se hacía a la idea de ser el pasivo y estaba seguro de que Stan tampoco querría ser, "el de abajo".

- Puede que tengas fiebre.

Separándose del azabache se dirigió a donde se encontraba la tetera, estaba seguro de tener en algún lugar un poco de té, aunque no era un gran amante de la sustancia, según el carecía de sabor y de amargura, después de tanto buscar encontró una caja de té de limón, en lugar de verter café, dejo caer las hierbas en la canastilla y espero a que comenzara a prepararse, se podía escuchar el movimiento del agua.

- Preciosa, tengo mucho frio, moriré congelado.

Tweek sonrió al escuchar aquel bobo apodo que antes le molestaba, pero que ahora lo hacía sonrojar, el agua comenzaba a gotear mientras caía en la tetera tomando el color amarillento del té, busco por entre las cosas un poco de azúcar, al igual que con el té, el azúcar no era de su agrado según él, el verterla en la oscura sustancia le quitaba el sabor natural al líquido, para mala suerte no la encontró, pero si un poco de miel que no recordaba haber llevado.

- Parece que no te importa que pueda estar a punto de morir.

Stan disfrutaba de molestar a Tweek, cada acción de este último le parecía tierna y digna de alabanzas. Para agregarle dramatismo a su situación comenzó a quejarse en voz alta, simulando sentirse verdaderamente mal, Tweek se giró aproximándose llevando consigo una taza.

- Valla justo cuando creo que no eres inteligente, sabes cómo sorprenderme.

Stan hizo un puchero mordiendo su labio inferior simulando estar ofendido por la broma de Tweek, este último le ofreció la taza con liquido caliente advirtiendo que tuviera cuidado al tomarla.

- Eres cruel.

Susurro el azabache tomando la taza mientras se sentaba en el sofá, soplo con suavidad para que el líquido se enfriara, a su lado se sentó el rubio, sorbió de la taza.

- ¿Que se supone que somos ahora?

Stan miro al rubio sonrió dejando la taza en la mesita que estaba a un lado.

- ¿Qué quieres que seamos?, ¿amigos, novios, esposos?

- Enserio, ¿esposos?

Tweek metió su mano en la bolsa de su camisa y saco un pequeño dulce de envoltura dorada, lo desenvolvió y lo introdujo en su boca, lo movía juguetona mente con su lengua, pasándolo por sus dientes, y llevándolo hasta el fondo junto a sus molares.

- Tweek, ¿estás seguro de que te gusto yo?

- No, de hecho, quien me gusta es Kyle, solo te uso para acercarme a él.

BromanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora