Sangría

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Cada mañana Stan se levantaba con sumo entusiasmo, pues no importaba lo que sucediera en casa, si, sus padres de nuevo estaban hablando de divorcio, o los preparativos de la boda de Shelly, sabía que al llegar ala preparatoria, podría ver a Tweek.

Adoraba pasar el tiempo con él, aunque hacia mucho no iban a aquel escondite, a beber, jugar e incluso probar alguna sustancia, ahora todos los días después de la escuela, iban a la biblioteca y se quedaban hasta que caía la noche, debía aceptar que le costaba, prestar atención, desde que había comenzado las asesorías con Tweek, sus calificaciones habían mejorado, esque con tal de pasar más tiempo con el rubio, repasaba todas y cada una de sus materias, y este día no seria la excepción.

Debía verlo, tenía esa necesidad, debido a que el día anterior, no pudo estar con él, habia salido con sus amigos, estaban a pocos meses de su graduación, y ambos habían decidido, tomarse un descanso de los estudios, para estar con sus amigos, se había dado cuenta que extrañaba sus gestos, sus sonrisas, las miradas que le daba, la dulzura en sus ojos, era evidente que estaba enamorado,estaba seguro que eso no cambiaría.

Al salir de su casa, el aire le golpeó la cara, respiro profundamente, le gustaba sentir el aire que movía sus negros cabellos, pudo ver a lo lejos la casa de Kyle,quien se encontraba frente a esta, acompañado de Kenny, el rubio lo acompañaba ala preparatoria desde que empezaron a salir, aunque el pelirrojo, aún se sonrojaba, cuando el rubio, le tomaba de la mano, cuando paseaban por los pasillos de la escuela, Stan no pudo evitar sonreír, envidiaba la tenacidad de Kenny, por conseguir ala persona que quería y aventurarse en el qué dirán.

Stan , se detuvo detrás de un árbol esperando que la pareja se retirará, así no se metería en su dulce mañana de romance, seguía observando, esperando el momento en el que pudiera seguir su camino.

- ¿A quien espiamos?

- A Kyle y Kenny espero a que se vallan.

En ese momento el azabache cayó en la cuenta de que había alguien junto a él, al voltear se encontro con aquel par de esmeraldas que le habían robado más de un suspiro, en ese instante se avergonzó de la posición en la que se encontraba y no pudo evitar gritar de la sorpresa.

- ¡¡¡¡Ahhhhh!!!!

Dió un salto, arrojándose al árbol, Tweek, no pudo evitar reírse a carcajadas, el azabache estaba sonrojado, su corazón latía como queriendo salirse de su pecho.

- ¡¡Tweek!!

- ¡¡Stan!!

Después volvió a reír , era la primera vez que veía tan nervioso al azabache, por su parte este último, solo se sentía avergonzado, bajo su gorro cubriendo sus ojos, jamás se había sentido tan apenado.

- ¿Desde a qué hora estás ahí?

- Creo que,desde que te escondiste, me acerque a ti, pero parecías tan distraído que ni cuenta te diste.

- Lo siento.

- jajaja no te disculpes, siempre es grato conocer algo nuevo.

Tweek, atesoraba cada cosa nueva que descubría del azabache, de hecho lo hacía sentir único, ya que sabía que solo con el era así.

- Vamos llegaremos tarde y en verdad, odio que me castiguen.

Tratando de dejar su vergüenza a un lado, el azabache comenzó a caminar, y el rubio divertido por sus acciones, le siguió, en el camino comenzaron a hablar de cómo había sido su día con sus amigos, parecía que ambos se habían divertido, Stan olvidó el incidente, mientras Tweek, le contaba con una gran sonrisa, como es que sus amigos seguían siendo unos niños, todo iba bien hasta que Tweek, llegó a una parte, algo molesta para el azabache.

BromanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora