///Renji///
"Todo aquel que entre a este místico oasis de dioses, debe estar dispuesto a dejar un poco de su valentía y vida si es necesario."
Esa es la frase que se lee a lo largo del inmenso arco dorado y cuadrado de más de veinte metros, que simboliza la entrada al oasis de los dioses. Un lugar histórico para los acuarianos, porque no sólo se dice que aquí inició nuestra civilización, también se pelearon un par de guerras y ahora es el lugar de reposo de los restos de todos aquellos que han sido reyes del país del agua.
Un lugar absolutamente sagrado y sobre todo muy hermoso.
Porque es como entrar a un paraíso a mitad del árido y cruel desierto. Aunque la arena predomina claramente, aquí es de un curioso color rojizo que se dice tomó la tonalidad por la sangre derramada en distintas batallas. También hay muchísima vegetación, grandes palmeras frondosas con pesados racimos de dátiles y exuberantes árboles de higos y peras.
Algo muy llamativo es que hay tanta agua como en un pequeño mar, ya que justo aquí se cruzan tres ríos de agua clara y dulce. Con ello los pozos se encuentran rebosantes y se han construido infinidad de acueductos en forma de canaletas, que cruzan todo el poblado tal y como en la ciudadela principal. Así que las bonitas casas blancas siempre se encuentran reflejando bellas ondas sobre su superficie asimilando el océano.
Y eso no es lo más especial de este lugar.
Porque esto solo es el inicio del oasis donde habita la gente del lugar, ya que conforme terminas el poblado y te internas más en el desierto no encontrarás más que arena por algunos largos kilómetros. Eso hasta que la arena va haciendo una transición de rojo a naranja.
Así es, arena naranja brillante que anuncia las proximidades al templo y mausoleo de los dioses del agua, un recinto de adoración y a donde cada acuariano quiere venir por lo menos una vez en su vida, no sólo a rezar y a conocer la historia, sino a comprobar con sus propios ojos el misticismo y la magia que rodea el ancestral lugar.
—Renji, mira eso...—Mi preciosa flor del desierto, que se encuentra en un caballo junto al mío llama mi atención. Byakuya me señala al frente seis panteras titánicas; son construcciones de piedra caliza de unos treinta metros de alto que asemejan una hilera de seis panteras: una corriendo, otra brincando, una lista para atacar, una más con el rostro en alto y dos que permanecen sentadas en cada respectivo final.
—Son los guardianes. —Le cuento a Byakuya. —Los que custodian el templo y mausoleo de los reyes pantera. La leyenda dice que si eres de corazón impuro o vienes con malas intenciones cobran vida, te destazan y devoran.
—Si algo así de grande cobrara vida, creo que destazaría mucho más que un simple ladrón o saqueador de tumbas. Destruirían medio desierto con todo y el templo. —Dice sacándome una sonrisa. —Además, ¿Quién sería tan estúpido como para intentar robar o siquiera profanar el mausoleo no de un rey pantera, sino de todos ellos?
—No tengo la menor idea, pero ahora démonos prisa. —Comento mientras aumento el galope del caballo, pero teniendo cuidado de sostener a mi pequeña y adorable bebé que yace dormida y atada contra mí pecho y a la cual beso repetidamente.
Aun no puedo creer que nacieron hace ya casi dos meses, mis dos pequeñas ternuritas con cabellito rojo y mirada de luna como Byakuya. Son dos preciosas niñas alfa, algo muy raro, pero que no quita que sean un regalo del cielo, sin mencionar que a pesar de lo dulces que son, también tienen algo de carácter de Byakuya, porque cuando quieren algo lo consiguen.
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Pantera (Omegaverso/GrimmIchi)
FanfictionGrimmjow, mejor conocido como el rey pantera, ha viajado por seis días y seis noches atravesando el desierto en búsqueda de su futuro esposo. Sin embargo no está muy feliz con la idea de un matrimonio arreglado, ya que él sabe que cada alfa tiene un...