Pantera (Omegaverso/GrimmIchi)

Cielo y tierra

///Jushiro///

Hoy es un precioso día, ligeramente fresco, pero no quita que el sol nos complació un rato con toda su grandeza. Shunsui suele decir que el norte es la parte más fría del reino, pero también la más bonita por sus paisajes. Y no miente, aun no puedo creer que ya hayan pasado casi tres años desde que llegué a este lugar mágico y mí ahora hogar.

Sonrío mientras sujeto a mis hijos con fuerza contra mi pecho conforme descendemos en caballo por el camino que rodea el castillo, atravesando gran parte del bosque atiborrado de árboles que no paran de tirar sus hojas multicolores y finalmente entrando al enorme poblado principal.

Aunque ya comienza a anochecer, de inmediato nuestra gente nos reconoce y nos saluda al pasar por las calles empedradas. Mis hijos como los pequeños príncipes que son saludan inocentes, soltando una que otra palabra. Y cuando por fin llegamos, un par de betas me ayudan gentilmente a bajarlos.

-Ukitake-sama, que alegría tenerlo aquí. Debería bajar más seguido a vernos, todo el mundo se alegra cuando el omega del rey nos complace con su gracia y belleza al igual que los pequeños príncipes.

Muchas gracias, nos halagas. Y prometo venir más seguido.

-Será un honor, por cierto si busca al comandante Kyoraku, se encuentra en el bosque oscuro. Está celebrando junto a un par de sus hombres. Por cierto, ya no puedo esperar por el día de su boda, todo el reino lo espera con ansias.

No puedo evitar sentir mis mejillas arder de la emoción al recordar que Shunsui y yo por fin hemos encontrado un buen momento para casarnos. Porque a pesar de que todos me conocen como el omega del rey y nadie se atrevería a negarlo, decidimos hacerlo oficial para complacer al pueblo y por supuesto a nosotros mismos.

Nada me hace tan feliz como imaginarme casado con mi alfa.

Sin más agradezco las indicaciones y comienzo a avanzar por el poblado, tomando de las manitas a mis hijos para ir por su padre.

-¡Ukitake-sama!

Giro encontrándome con Yumichika, que como siempre viene lleno de niños a su alrededor y cargando un par más.

-Qué bueno que lo veo, ¿Va para el bosque a recoger al comandante? Yo también voy por mi hombre.

Uno de los que se ha convertido en mis mejores amigos aquí, avanza junto a mí, contándome cada cosa atrevida que me hace reír y apenar por igual mientras nuestros hijos corren y juguetean delante de nosotros.

-No puedo creer que su boda será en dos días. ¡No me lo creo! Todos están vueltos locos de la alegría, nada más mírelos.

Evidentemente miro que por todo el poblado hay varios hombres cargando cosas para la celebración, en especial comida, abrigo y madera. La boda es en dos días, pero mañana se espera que lleguen nuestros invitados especiales, que son un par de reyes aliados y sus caravanas. Así que desde ahora todos están trabajando muy duro.

Por un momento pensé que sería demasiado para ellos, pero Shunsui me aclaró que si algo ama la gente de estas tierras son las celebraciones y buscan cualquier oportunidad para reafirmarse lo buena que es la vida. Así que todos están alegres, dichosos y anhelantes por nuestra boda. No cabe duda que estoy bendito con tan leales y buenos súbditos.

-Ahí están esos alfas barbaros.

Nos hemos internado en el bosque oscuro, rastreando el aroma de nuestros alfas y hemos llegado hasta un enorme claro de bosque donde yace no solo Shunsui, sino los otros doce capitanes alfas que bajo su mando lideran el Gotei 13 en todo el reino. Alfas tremendamente fuertes y buenos amigos suyos, que empezaron a llegar en estos días para nuestra boda y con los cuales ahora se encuentra celebrando un ritual raro.