Corazón de dragón

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"Mientras el agua fluya, los montes hagan sombra y en el cielo haya estrellas, estaré eternamente agradecida con todos mis bellos lectores por su amor y paciencia. Mi cariño les pertenece por siempre".


///Jushiro///

¿Es acaso el miedo o el valor el que impulsa a todo hombre con ambición a seguir sus cometidos? ¿O es el instinto de supervivencia el que lo lleva a romper sus propios límites? ¿Qué determina entonces su gloria? ¿Pelear hasta el final aunque pierda sabiendo que no se rindió o el simple hecho de saber que lo intentó?

En este momento, no puedo decir que sé la respuesta con precisión, así que en su lugar respiro hondo, cerrando los ojos por un segundo y escuchando las indicaciones de mi alfa mientras protejo a Byakuya y sus hijas y miro a Renji ponerse en guardia y sacar su espada.

—Jushiro, quédate atrás de mí. —me ordena y yo asiento. Las leyendas y la gente dicen que los habitantes de Eldur son los guerreros más fuertes y feroces y aunque creí que seríamos recibidos en calma como el resto de personas que suelen llegar por pura suerte, no fue así.

Quizás debí haber leído las señales, el mar turbio, el camino sin rumbo y la niebla cegadora. Era obvio que no quieren que nadie llegue a sus tierras y además de eso, cuando Shunsui instintivamente se preparó para la pelea era un presagio de lo que estaba por venir, porque apenas desembarcamos y pisamos la arena de la costa, fuimos recibidos con esa lluvia de flechas de fuego que afortunadamente logré que Ryujin Jakka pulverizara.

Sin embargo, no estaba preparado para lo que mis ojos verían una vez que la niebla se disipó. Y es que a pesar de tenerlo frente a mí, simplemente no lo puedo creer. Estamos en una isla muy grande por sus dimensiones, rodeada de nada más que enormes piedras rojizas y sobre todo de lava. Mucha lava. A cantidades exorbitantes que no deja de emanar de un inmenso volcán en el centro de la isla.

Es colosal y de él brotan ríos interminables de lava que caen por sus bordes hasta llegar al mar creando enormes humaredas debido al enfriamiento que se da por el choque de temperaturas. Además de eso, la lava parece crear pequeños ríos que escurren y llenan otros charcos más creando niveles en el volcán. El calor es simplemente impresionante, pero el pequeño ejército que tenemos delante no parece siquiera sudar.

—No ataquen más por favor. Dos omegas con crías vienen en nuestra compañía y nuestras intenciones no son malas. —habla mi alfa. No obstante, los quince hombres que yacen a caballo, en una fila perfectamente alineada horizontalmente y bloqueando el camino, ni siquiera se inmutan.

Todos son muy altos y extremadamente fornidos, en su mayoría rubios, aunque también uno que otro pelirrojo. Su cabello es sumamente largo y lo traen atado en una larga trenza mientras que apenas portan pantalones y de sus cuellos cuelgan sin fines de collares de colmillos de diferentes animales y muchas piedras preciosas.

El de enmedio, que parece ser el líder por ese porte hostil, además de tener pintada la cara con pintura blanca simulando un gran rasguño, se truena el cuello como restándole importancia a las palabras de mi marido antes de enfocarnos.

—¿Con permiso de quién vienen a tierras en las que no son bienvenidos? —pregunta el hombre.

—Nadie nos invitó, pero aún así decidimos venir porque tenemos preguntas. Mi nombre es Kyoraku Shunsui, rey del país de la Tierra y este es mi omega y mi familia. —ante eso todos los hombres comienzan a reírse.

—Saludos "Gran Rey". —dice el líder con claro sarcasmo antes de escupir al piso, frunzo el ceño ante eso, pero Shunsui niega en señal de calma. —No te equivoques, el porqué de tu venida no es de mi incumbencia, pero que te quede claro que aquí no eres rey de absolutamente nada. Ningún "rey" que necesite proclamarse como tal tendrá mi respeto. Ahora largo, tú ni tu familia son bienvenidos a Eldur y si eres sensato partirán de inmediato. Y tú omega...—me señala. —Cuida la boca de ese dragón, si no quieres que nuestras ballestas lo aprisionen y sumerjan en el mar. —dice abriendo las manos hacia los lados y por primera vez miro que encima de enormes rocas volcánicas en cada extremo, yacen varias gigantescas ballestas con grandes flechas de hierro que conectan redes metálicas que sin duda podrían aprisionar y herir a Ryujin Jakka.

Pantera (Omegaverso/GrimmIchi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora