Pantera (Omegaverso/GrimmIchi)

Mi valiente alfa

////Jushiro////

¿Creen en los sueños hechos realidad? ¿En aquellos que te hacen sentir fuera de este mundo por lo increíblemente feliz que estás? Yo sí, y más porque vivo en uno. En uno verdadero pero a la vez tan mágico que me hace preguntarme realmente si es posible tanta alegría día a día. Y aunque nunca he creído en el destino o en la suerte, sé que estoy en el único lugar al que verdaderamente pertenezco, aquí entre sus brazos, entre los brazos de Kyoraku Shunsui. El cual me mira con la devoción del mismo sol a la luna o de un ángel hacia dios, mientras acaricia mi rostro tiernamente y nos miramos fijamente como si el tiempo simplemente no existiera, por el hecho de estar juntos y suspendidos entre una nube de felicidad.

-Eres precioso Jushiro...el más hermoso de todos.

Mis mejillas arden ante su cumplido, por lo que me rio por lo bajo a la vez que lo abrazo hundiendo mi nariz en su cuello para inundarme con su rico aroma reconfortante. Mentiroso.

-No miento cariño, jamás me atrevería, al menos no a ti. Porque eres y siempre serás mi más valioso tesoro...bueno, tú y nuestros cachorritos claro.

Sonrío de oreja a oreja al sentir su mano bajar hasta mi vientre abultadito donde descansan y crecen nuestros dulces y pequeños cachorros para acariciarlos con ternura. Y todo es perfecto aquí en el jardín principal que se encuentra en el inicio del bosque, donde yacemos recostados en unos preciosos aposentos con suaves cojines y una bella sombrilla para cubrirnos del sol que está tan bello como incandescente, iluminando este día con un cielo maravillosamente azul y pequeñas nubes blancas y esponjosas como el algodón.

Y ni hablar de todas las hermosas flores de miles de colores que nos rodean, las cuales están cubiertas por preciosas gotas de rocío al igual que el pasto de un verde tan brillante y fogoso como los árboles y pinos justo del color de la vida misma. Todo mientras la brisa sopla tenuemente arrullándonos con su aroma a tierra mojada más ese rico toque dulce por las flores, en compañía del pequeño canto de algunas cigarras. Lo veas por donde lo veas, simplemente un día perfecto.

Y se vuelve aún mejor en cuanto mi alfa comienza a besar mi cuello y a darme pequeñas mordidas juguetonas que me hacen estremecer sacándome un par de gemidos, que Kyoraku no duda en considerar como una invitación, para incorporarse y meterse entre mis piernas. Mi respiración se entrecorta al sentir esas manos ásperas y callosas acariciando mis muslos y abriéndolos aún más mientras me sube la túnica blanca y transparente que traigo, para retirarme la ropa interior y dejarme expuesto.

Casi al instante un fuerte aroma a alcaravea, madera y ámbar me abruman la nariz haciéndome sentir el cuerpo arder y mi interior contraerse húmedo y excitado. Kyoraku sonríe ya que parece también haber percibido mi aroma dulce para atraerlo, mientras yo llevo mis manos hasta sus pantalones para abrirlos en busca de liberar su erección grande y gruesa que ya luce apretada. Y juro que en cuanto la tomo entre mis dedos no me queda más que tragar saliva por lo brutalmente duro que se encuentra.

-Abre bien las piernas Jushiro.

No dudo en hacerlo sintiendo mi propia humedad comenzar a deslizarse por mis muslos hasta impregnarse en las sábanas por lo caliente que estoy. Kyoraku por su parte se abre la camiseta desesperado y ruje por lo alto mandándome un rico escalofrío por todo el cuerpo. Una vez listos y dispuestos mi alfa sujeta su gruesa punta para tallarla contra mi entrada torturándome lentamente.

-Vamos Jushiro, dime cuanto lo quieres.

Lo quiero. Lo quiero tanto. Lo necesito. Mi alfa sonríe complacido, sin embargo le encanta volverme loco por lo que me introduce un par de dedos, los cuales mueve agresivamente dentro de mí; asegurándose de palpar cada centímetro de mi candente y suave interior en busca de ese punto mágico y placentero, que apenas encuentra presiona y frota hasta hacerme convulsionar. No...hah. Voy...voy a correrme. Alfa...ah.