Pantera (Omegaverso/GrimmIchi)

Óceanos de tiempo

///Ichigo///

Calor evocador, aire misterioso y premoniciones ocultas, más un vacío indescriptible me hacen abrir los ojos. Parpadeo un par de veces adecuándome a la poca iluminación que hay por la penumbra, a excepción del par de velitas que yacen distribuidas por toda la habitación, brindando ese cálido ambiente. Sonrío al ver que mis panteritas duermen acurrucados entre mis brazos, pero la sonrisa se me borra al ver que mi alfa no me tiene a mí entre los suyos.

No está a mi lado...Me incorporo con cuidado hasta sentarme, aprovechando para envolver a mis hijos en las sábanas con mi aroma y el de su padre, que les saca una sonrisa aun entre sueños, como los bebés adorables que son. De igual forma me froto el vientre para los más pequeños que crecen en mí, a la vez que enfoco mi mirada en su búsqueda, hasta que doy con él.

Grimmjow se encuentra recargado en una de las columnas que dan hacia el balcón. Mi alfa mira la luna, quizás evocando su presencia, mientras su luz lo cubre dándole un halo de luminiscencia sobrenatural.

El viento cálido del desierto vuela tenue su cabello azul mientras permanece con los brazos cruzados, dejándome ver su pecho fornido, su abdomen duro y marcado, más esos brazos gruesos y musculosos al descubierto; yaciendo tan solo con un pantalón de manta blanca que se ha recogido por los tobillos.

Carajo,quiero abrazarlo, lo extraño aun teniéndolo a menos de diez metros. Por lo que me levanto con cuidado de no despertar a nuestros hijos, colocándome la bata de seda negra de Grimmjow, para avanzar descalzo hasta donde se encuentra y sorprenderlo al abrazarlo.¿Qué le quita el sueño al rey pantera que no te deja dormir alfa?

-Mi pequeño cachorro...me encantaría decir que solo tu belleza, pero hasta a esa bestia dentro de mí también le preocupa la seguridad del país del agua.

¿Temes por las batallas que se aproximan?

-¿Tú no?

No te diré que no, pero tampoco que sí. No temo por las batallas, lo que me asusta en su lugar es que tú te encuentres en ellas y yo no pueda ayudarte. Grimmjow me sonríe mientras niega y yo lo abrazo con más ímpetu, dejando que me estreche entre sus fuertes brazos.

-No hay mejor ayuda que saber que proteges con tu vida misma a nuestros hijos. Si supiera que no estás aquí cuidándolos y cuidándote, no podría pelear tranquilo.

¿Entonces a qué le temes?

-Temo que yo no caeré en batalla, pero muchos más sí. Y me duele...me duele por los omegas, betas y alfas que se quedarán esperando por hijos, hermanos y esposos que no regresarán. Sabes, mi padre siempre me decía que un rey no nace, un rey se forma con el acero de su espada y con el sufrimiento de los que pelean a su alrededor. Y detestaba esas palabras, pero ahora cobran tanto sentido.

Grimmjow mírame. Eres el alfa líder, el rey, y todos ellos confían en ti al igual que yo. Para ellos es un honor estar bajo tu mando, y estoy seguro que morirían con orgullo por el simple hecho de defender tu nombre. Eso demuestra cuanto te adoran y aprecian, y si quieres honrar ese afecto tienes que aplastar al ejército que se avecina. Solo cuando termines con el último es cuando mostrarás piedad, no antes.

Mi alfa sonríe complacido ante mis palabras, aprovechando para girarnos y pegarme a mí contra la columna. Al instante me estremezco por su poca delicadeza, pegando mi frente con la suya y abrazándome a su cuello para unirnos más.

-Me encantas Ichigo, realmente hablas como el omega del rey.

Es por que lo soy. Y si para proteger a nuestra gente debes aplastar un ejército entero, no te pediré que no lo hagas. Después de todo mi alfa es el mejor, el más fuerte, el rey de reyes. Grimmjow me regala una mueca perversa, incitante y altanera que me hace arder junto a sus manos que se meten entre la bata para estrujar mis muslos. ¿Quieres tomarme alfa?