Diecisiete

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—Estás tan roja que te podrían confundir con un tomate.

Marinette apenas si escucho lo que le dijo Alya, estaba tan inmiscuida en sus pensamientos que no prestaba atención a todo lo que ocurría a su alrededor. Su mano la presionaba contra su pecho como si quisiera protegerla de algo o fuera su tesoro más preciado, hace tan solo unas horas esa mano había sido tomada por Adrien. Lo único que captaban sus ojos era al rubio que estaba vistiendo sus diseños.

—No espero nada más de ti, Marinette. —suspiró la morena, se imaginaba que el rubito había hecho bien en subirle el ánimo —Estás totalmente enamorada.

—¿Ah? —regresó la vista a su amiga que sonreía con picardía —¿Enamorada? No sé de lo que hablas. —encogió sus hombros restándole importancia.

Alya negó para sí misma, su amiga era muy testaruda. No le dijo nada más, no servía de nada cuando era bastante obvio que lo estaba.

—¡Perfecto! —las palmas del fotógrafo se estamparon haciendo que todos en el lugar le prestarán atención —Todo quedó perfecto, la última sesión de la temporada oficialmente se ha terminado —todos aplaudieron orgullosos por su trabajo —. Para celebrar la finalización de la temporada de otoño; esta noche habrá una fiesta, ya saben que nosotros también merecemos un descanso. Todos están invitados, y no me queda nada más que decir que: felicitaciones a todos por su gran trabajo.

El fotógrafo dio por finalizado su discurso dando una venía y con los aplausos que inundaron todo el salón, la gente empezó a salir del Set.

—¿Una fiesta? Uh, necesitaba esto. Está noche bailaremos hasta el amanecer, ponte unos zapatos cómodos chica. —dijo la morena chocando su cadera contra la de su amiga.

Sonrió divertida por la actitud entusiasta de su amiga mientras las dos caminaba por la acera: -Lo siento Alya, pero no podré ir.

—Ah no. No, no, no. —negó consternada por la declaración de Marinette —Tienes que venir, o si no tendré que arrastrarte hasta la fiesta. Además, Adrien estará ahí, tienes que venir. —trató de convencerla.

—Alya, por más que insistas no iré. Está noche será solo para mí. —canturreó la última frase.

—Ajá. —fue atando todos los cabos sueltos —Ya veo lo que ocurre aquí. Te encontrarás con tu superhéroe favorito ¿No? Por eso no podrás ir, ¿sabías que Chat Noir se ha vuelto famoso últimamente? Ayudando por ahí y por allá... Ya sabes, cosas de superhéroes. Me alegra que nuestra ciudad tenga uno.

Tanto se había inmiscuido en lo que decía que no se dió cuenta que Marinette ya iba bastante alejada de ella, corrió hasta quedar junto a ella y tomarla del brazo.

—¿Qué son Chat Noir y tú? —pregunto curiosa Alya.

Marinette disminuyó su andar y lo pensó por varios segundos, ¿que qué eran? Ni ella misma lo sabía. Pero tendría que decir algo si no quería que Alya la bombardeara con preguntas innecesarias y vergonzosas, además estaba el hecho de que su amiga no tenía ni la menor idea de que Chat y Adrien eran la misma persona, suponía que ella era la única que lo sabía.

—¿Chat y yo...? Eh, solo somos amigos. —dijo sin importancia.

—La amistad entre un hombre y una mujer no existe, está comprobado científicamente —informo la morena con aires de suficiencia —El 97% de esas amistades terminan en amor o en la muy conocida y temible: zona de amigos.

Ángeles y DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora