En ocasiones el destino se encarga de unir y separar personas. En este caso tal vez y solo tal vez el destino se dio cuenta de que Marinette verdaderamente sufría y se culpaba por todo lo que le había sucedido al rubio, ella había olvidado cuántas veces lloró culpandose siempre por todo, y ahora que por fin había encontrado a Adrien su vida se sentía más plena y alegre, veía el mundo de otra manera.Es por eso que cuando cierta azabache corría bajo la torrencial lluvia tratando de buscar algún lugar para resguardarse; chocó con una figura masculina que ya le era muy conocida para ella. Tenía razón, el destino los quería ver juntos, aunque el chico no mostraba interés alguno.
—Bah... Eres tú. La acosadora. —habló Adrien con desprecio reconociendo a la chica.
—Si, soy yo —ella decidió no prestar atención de como el rubio la miraba —Y... ¿Qué haces por aquí?
La lluvia caía como nunca, pero los dos amantes se encontraban bajo el paraguas que sujetaba Adrien. Él no era un insensible, no quería que por su culpa la chica se enfermara o pescara un resfriado.
—Eso no te interesa. —habló mientras observaba como las gotas de agua caían tras ella.
—Claro que me interesa, hace poco descubrí que eres modelo y que trabajas mucho con mi linea de ropa —una sonrisa surcó en sus labios —Y es obvio que me interesa la salud y bienestar de mi modelo favorito.
—¿Desde cuándo soy tu modelo favorito? —preguntó irritado, ni siquiera la había visto en sus sesiones.
El rubio se mostró inexpresivo a diferencia de la entusiasta Marinette. No entendía porque tanto interés en él.
—Así que ¿Por qué no nos presentamos formalmente? ¿Si? —tomó su silencio como una afirmación —Mi nombre es Marinette Dupain - Cheng. Seguro has escuchado algo de mí.
Extendió su mano con una gran sonrisa para que él la tomara, pero no sucedió.
—Eres molesta. Ya te había dicho que no me busques. —Marinette solo se encogió de hombros sin quitar su radiante sonrisa.
La observó con detenimiento apreciando las fracciones de la dama, admitía que era atractiva.
—Eres distinta, ¿sabes?
Eso en definitiva era algo bueno, supuso ella.
—Pero ya te dije que no necesito que te metas en mi camino, dejame tranquilo si no quieres problemas, es mejor que tu sigas tu camino y yo el mío; No me molestes.
«No me molestes».
Ah. Eso le había dicho ella cuando aun habitaba en el cielo, Marinette recordó como en ese entonces el rubio buscaba la manera de acercársele para tener un poco de su atención y ella le era cortante, ya sabia como se sentía ser rechazada por la persona que te gustaba.
Era horrible.
—Con eso solo haces que quiera acercarme mas a ti, no te preocupes Adrien ya te dije que no me rendiré hasta hacerte recordar.
La azabache le dio una mirada cargada de advertencia, luego como si eso no hubiera pasado le dedico una hermosa sonrisa angelical para después desaparecer bajo la lluvia.
—¿Por qué se empeña tanto en esto? —suspiró Adrien dándose la vuelta y caminando por las calles de la bella París.
***
Aquella rubia era como una sanguijuela pegada a su presa desesperada por beber sangre, así era como se veía. Desde que llegó no había soltado a Adrien en ningún momento y se le notaba que buscaba atención por parte de él, aunque el rubio mostraba todo lo contrario. Estaban en una de las sesiones fotográficas del modelo, Adrien estaba vistiendo una de sus colecciones mas recientes y le gustaba verlo como sin esfuerzo conseguía lucir bien ante la camara, pero cuando no lo fotografiaban no podía evitar sentirse molesta cuando su amiguita rubia se le acercaba sin darle un solo respiro.
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Ángeles y Demonios
FanfictionUn amor entre un ángel y un demonio, un amor prohibido que si algún día fuese descubierto, las consecuencias serían ciertamente desastrosas. Pero a ellos eso no les importaba, solo vivían el momento. Miraculous AU*