Capítulo 2.

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Nunca le he mostrado a nadie más ésta parte de mi. la parte que llora y se enoja de manera genuina, sólo él la conoce. mi mayordomo Jean.

Los berrinches, las tristezas, las alegrías...

Todo lo he compartido con él.

-...Mira el lado positivo, Taylor. tú odias a las personas del reino, ¿no? pues ésta es tu oportunidad de conocer personas fuera de él.

Jean me separa cuidadosamente de él y me sujeta por los hombros. me mira con aquellos intensos ojos color miel y agrega.

-Además, yo estaré contigo. 

Me encanta la sonrisa que muestra siempre en momentos como éste. es como si tuviese el mágico poder de hacer desaparecer todo lo malo por apenas unos instantes.

Jean no se fue de mi habitación hasta que no tuve las maletas hechas. la pelea con mis padres me ha dejado sin apetito, por lo cual permanezco en mi habitación haciendo caso omiso de las llamadas de los sirvientes para bajar a cenar.

Amanece, y lo primero que hago luego de alistarme es tomar mis maletas y despedirme a regañadientes de mis padres. me subo a la limusina en el asiento trasero y Jean nos pone en marcha.

A mitad de camino, los dolorosos comentarios de mis padres y del reino cruzan mis pensamientos, formando un nudo en mi garganta.

De verdad no quiero ir...

Y me han hecho ésto cuando no falta mucho para mi cumpleaños...voy a pasar mi cumpleaños lejos de ellos y no parece importarles, mi cumpleaños número 18...

Jean ajusta el retrovisor del auto de modo que nos reflejamos los dos y me habla mientras conduce.

-...Ya casi estamos llegando, llorar hará que se te estropee el maquillaje.

-No estoy llorando. -Contesto y giro hacia mi izquierda para ver el paisaje y evitar la mirada de Jean. aunque sigue hablando, me mantengo en silencio luego de decir aquello.

-Una parte esencial de cambiar es comenzar a ser más sincera contigo y con los que te rodean. negar tu evidente y muy obvia tristeza no ayuda en nada.

Aunque mi plan en un principio era quedarme callada y no contestarle, aquello último que ha dicho me ha dejado un poco consternada y me obliga a hacerlo.

-¿Qué? ¿Acaso para ti también tengo que cambiar? ¿Tu opinión sobre mi es esa? -Fijo mi mirada a la suya en el retrovisor. Jean sin apartarla, contesta.

-No me refiero a eso, y lo sabes. Tu personalidad es tuya. tienes tus fallos, como cualquier otra persona, pero en lo personal, no necesitas cambiar nada. me gusta como eres. pero no es a mi a quien debes rendir cuentas, sino a tus padres y al reino de Soria. es lo que conlleva ser princesa. 

De hecho, he dicho una estupidez al preguntarle ésto a él. es de las pocas personas que logran ver en mi lo bueno y me acepta como soy sin reprocharme nada.

Recuesto la cabeza contra el vidrio del carro y me quedo dormida por apenas unos segundos, o eso es lo que me pareció a mi, antes de oír de nuevo la voz de Jean.

-Taylor, ya hemos llegado.

Jean baja y me abre la puerta de la limusina. 

Me quedo mirando por algunos segundos la extremadamente gigantesca construcción frente a mis ojos. las letras doradas de la entrada que dicen "Academia Widenbourg" no deja lugar a dudas de donde nos encontramos.

-Es tan exagerada como imaginé que sería...-A pesar de haber dicho aquello para mi misma y en un tono bastante bajo, Jean soltó una carcajada en respuesta y prosiguió.

-Estamos en una academia para personas de la realeza, después de todo.

Es cierto lo que dice. todas las personas que veo llegar cumplen con los estándares de la realeza. peinados llenos de laca, vestidos ultra caros y joyería de la mejor calidad. la única que parece perdida y haber terminado aquí por accidente soy yo.

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Fin del capítulo :v

Si les está gustando haganmelo saber con un comentario :3.

Si quieren saber más o menos como es Jean, ahí les dejé una foto de ejemplo xD.

Bye!!~~

La Academia Widenbourg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora