Capítulo 27.

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Me dirijo hacia la sala principal, aún de la mano de Jean.

Es extraño...pese a haber pasado casi toda mi vida junto a él como hermanos, el habernos expresado nuestros sentimientos de amor y no de hermandad el uno por el otro no hace que las cosas cambien significativamente entre nosotros. es como si siempre hubiésemos sentido ésto, solo que sin expresarlo con palabras.

Llegamos a la sala. a lo lejos, pude divisar a Meri, quien estaba hablando con Connor, no muy alegre. parece que aún no nos han visto...

Suelto la mano de Jean al sentirme culpable al respecto.

—¿Qué pasa? -Me pregunta.

—Meri...es una buena niña. No merece ver ésto justo luego de haber sido rechazada. y Connor...tampoco.

Me revuelve el cabello antes de contestar.

—Meri sabía que estaba enamorado de ti. diría que fue la primera en enterarse. Me dijo que lo entendía, y que su opinión sobre ti no había cambiado. También entendió...que es un poco pequeña para mi. le dije que no era yo su persona indicada, y que si esperaba, esa persona no tardaría en llegar.

¿Y así dice que la hirió? Si todo lo que le dijo fueron palabras hermosas...si alguien hirió a Connor, fui yo.

—Fuiste muy considerado con ella...contrario a mi, que apenas pude hablar. Connor dijo todo por mi. él también sabía...que eras tú. -Sin planearlo, nos miramos al mismo tiempo.

En ese momento, una voz proveniente del frente distrajo a todo el mundo.

—Muy buenas tardes a todos, mis estudiantes. antes que nada, me disculpo por...el pequeño inconveniente de los altavoces.

La directora se veía tan afligida, que hizo reír a la mayoría.

—Me complace a la vez que me entristece informarles que su estadía en Widenbourg está próxima a finalizar, y el baile de fin de año se aproxima a pasos agigantados. 

Miro a Jean, perpleja. pasaron tantas cosas en todo éste año que...sentí que el tiempo voló. de cierta manera...me da algo de tristeza dejar éste lugar.

—Deben de estar orgullosos de ustedes mismos puesto que, han conseguido llegar con éxitos hasta aquí, superándose ustedes mismos y superando lo que otras personas pudieron decir en su momento de ustedes, demostrando que todo era falso.

"Me compadezco de Soria al tener semejante princesa".

Aquellas palabras, que no he oído en todo un año, surcan mi mente, haciendo imposible que pensase en otra cosa.

La directora ha terminado de dar el discurso, aunque luego de esa última frase, poco le he prestado atención.

Todos comienzan a dispersarse. Jean y yo nos mantenemos en el sitio por un rato, en silencio. 

Pregunto, algo ansiosa.

—¿Crees qué...-Jean me interrumpe.

—Si. por supuesto que si. eres y serás una reina perfecta para Soria, nunca lo dudes.

Me giro a él, sorprendida. 

—¿Cómo sabías lo que iba a decir?

—Te conozco desde hace mucho, es casi como si pudiese leer tu mente ya. y sé la forma en la que éste anuncio despertó tus inseguridades. 

Jean, quién me habla mirando al frente, voltea hacia mi y prosigue.

—Taylor, no temas. Soria no podría ser más afortunada de tenerte. eres justo el tipo de princesa que un reino necesita. también, estoy seguro de que serás el orgullo de tus padres.

No puedo creerlo.

Esas palabras eran las que siempre anhelaba oír. ésta persona frente a mi...me ha concedido el placer de oírlas...el placer de...ser yo misma, desde siempre.

Siendo los últimos en el grande y vacío salón, lo abrazo. de ese modo, le transmito todo mi agradecimiento que simplemente no puedo transmitir con palabras.

La Academia Widenbourg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora