Capítulo 3.

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Me quedo atontada en la entrada mientras veo llegar a más y más personas de la realeza, de otros reinos. (todos muy diferentes a mi, claro está.) 

Aunque aquellos que iban llegando no se quedaban atrás. mientras caminaban hacia la entrada principal se me quedaban viendo por largo rato. imagino que es lógico. en realidad, no los culpo. ahora mismo soy como la mancha negra en un vestido blanco.

-¿Qué dices, entramos? -Jean sostiene en ambas manos mi equipaje y se reúne conmigo sacándome de mis pensamientos. comenzamos a caminar, adentrándonos a la lujosa y grande academia.

Todos los presentes se detuvieron ante una elegante dama de azul que nos daba la bienvenida desde una habitación en lo alto, con un micrófono. Ya me puedo hacer una idea de quién es y qué papel representa en la academia por la forma en la qué se expresa. al oírla hablar, todos callan repentinamente.

-Sean todos bienvenidos a Widenbourg, su segundo hogar. Nosotros, la familia Walley, hemos fundado y protegido por generaciones de manera amorosa a ésta academia, creada por y para príncipes y princesas con el objetivo de forjar a los futuros reyes del mañana. Reyes cuyo nombre y corazón sean dignos portadores de tal título y enorgullezcan a su reino...

Miro de manera cansada a Jean, quién está al lado mío, y volteo los ojos en dirección opuesta en señal de fastidio.

He oído discursos de ese estilo toda mi vida. 

Cuando creí que estaba por quedarme dormida con el innecesariamente largo discurso de la anciana, le permite el micrófono al chico de su lado.

-Ahora, unas palabras de parte de mi hijo primogénito, el príncipe Connor Walley.

Un chico rubio de apariencia galante qué fácilmente podrías confundir con un modelo se levanta del trono y comienza a hablar.

-De corazón, espero que todos se sientan bienvenidos el día de hoy y por todo el tiempo que permanezcamos aquí. A pesar de pertenecer a la familia Walley, me gustaría ser tratado con el mismo cariño y confianza. es más, por favor, háganlo. me entristecería mucho si ese no fuese el caso.

Vaya...es otro presumido más. no sé porqué estoy decepcionada.

-A petición de mis padres y por voluntad propia, tomaré las clases junto a ustedes para mejorar mis cualidades y virtudes como futuro heredero al trono. espero poder llevarme bien con todos y así lograr un crecimiento mutuo. Sin más que agregar, me despido.

Sonríe confiado a la vez que se aleja del micrófono, en medio de una lluvia de aplausos. Posteriormente, baja a socializar con el "público".

-Jean, ¿Donde está mi habitación? -Me mira, aún con mis maletas entre sus manos, confundido.-

-¿No vas a presentarte con el príncipe Connor?

Muevo la cabeza a ambos lados y niego.

-No. no tengo nada que decirle, en realidad. y no quiero llamar la atención más de lo que ya lo he hecho en toda esta media hora que he estado aquí.

Jean se encoge de hombros y suspira profundo.

-Sigueme...

Sigo a Jean a través de unas interminables escaleras piso arriba.  mientras caminábamos en dirección a mi habitación, una chica y su mayordomo vienen corriendo frenéticamente en dirección contraria y se chocan contra nosotros.

-¡¡¡L-Lo siento!!! 

Jean que estaba a mi lado, da un paso hacia delante y le da la mano para levantarse. es muy tierno la forma en la que se puso roja como un tomate...

La chica se disculpa de manera alterada. Su mayordomo, hace un gesto de cansancio y ajusta sus lentes.

-No te preocupes.-La chica alza su vista y cuando me mira, sus ojos se abren como platos.

-Tú...tú eres...¡La princesa Taylor, del reino de Soria...!

Me mira como si se tratase de una celebridad, lo que es raro, siendo dirigido a mi.

-Eeh...¿Si..? ¿De donde nos conocemos...? -Ladeo mi cabeza a un lado en confusión. no recuerdo a ésta chica.

-¡U-Un gusto! ¡Soy Meri, la cuarta y última princesa del reino de Numbus! -Obviamente nerviosa, extiende su mano hacia mi esperando que se la estrechase. el mayordomo nos miró a Jean y a mi, y nos explicó por nuestros rostros confusos.

-Ella es algo así como una admiradora suya, su alteza. Meri admira la manera en la que rebosa de carácter y seguridad en sí misma y quiere ser como usted.

El reino de Numbus...claro. ya lo recuerdo. ella es Meri Din, la menor de cuatro hermanas princesas. ¿Porqué está aquí...?

Estrecho su mano, y dada mi curiosidad pregunto.

-A propósito...¿Qué es lo que te trae a una academia como ésta? Que yo tenga entendido, no serás reina aún...eres algo pequeña.

-¡N-No soy pequeña! Tengo quince. mis padres creen que debo "madurar"...

Y un poco de razón no les falta, en realidad... si es cierto que tiene un comportamiento y forma de vestir algo aniñado. pero inscribirla aquí por eso es algo ridículo. 

-Un par de padres insensatos más...vive tu edad, y no dejes que ello te afecte. -Jean le habla a Meri de la misma forma dulce y comprensiva en la que lo hacía conmigo cuando tenía la edad de ella. Meri no dijo nada, sólo se le quedó viendo por unos momentos.

En ese pequeño lapso de tiempo, Meri pareció recordar lo que tenía que hacer antes de encontrarnos y la razón del porqué estaba corriendo. luego de despedirse frenéticamente, sigue corriendo y su mayordomo le persigue a pasos tranquilos.



La Academia Widenbourg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora