Capítulo 21.

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Hago la pregunta, dubitativa, de si es apropiado o no.

—¿Me dirías como murieron tus padres...? -Jean contesta, con la mira fija en su mano vendada.

—Fue un año antes de conocernos. la casa se incendió con mis padres dentro. -Hace una pausa, y luego me mira. -No quedó nada. ni de ellos, ni de la casa. sólo el recuerdo. pasé algunos días deambulando por allí y los encargados del orfanato me encontraron.

—¿Y sabes qué es lo más irónico?

Niego lentamente con la cabeza. suelta una risita sarcástica.

—Al quemarse la casa por completo, construyeron inmediatamente en el mismo lugar un palacio.

Dios...su odio a la realeza está bastante justificado.

¿Un año antes..? Yo conocí a Jean cuanto él tenía 8 años...eso quiere decir que el accidente ocurrió a sus 7 años...que un niño pequeño tenga que pasar por algo tan horrible...

Me mantengo en silencio, para seguir oyendo.

—Me llevaron al orfanato engañado. me dijeron que "desinteresadamente" cuidarían de mi, lo que resultó ser mentira. a pesar de que habían otros niños con situación similar a la mía, eso no era un orfanato. entrenaban a los niños a ser sirvientes, y entre mejor fueran, más caro podían venderlos a las personas de la realeza.

Un frío hiela todo mi cuerpo. recuerdo ese día como si fuera ayer...mis padres me habían dicho que adoptaríamos a un niño para que me cuidara y fuera mi amigo...¿Mis padres contribuyeron a algo así, y posiblemente ilegal?

—Yo no quería ser vendido a nadie. no estaba dispuesto a trabajar como esclavo para inútiles que necesitan que otros se hagan cargo de sus tareas por no saber hacerlas. Pero eso cambió, cuando una pequeña niña junto a sus padres se acercó a hablarme.

Jean da una pausa y me mira, sonriente.

"¡Eres muy alto! ¿Cuantos años tienes? yo tengo 6. Debe ser muy divertido vivir aquí...¡Estás rodeado de niños! En mi casa no hay nadie, solo viejos..." -Jean emula mi voz, de manera graciosa.

—Al principio pensé "De verdad es muy molesta, no ha parado de hablar desde que llegó..." y fue entonces cuando me dijiste...

"Pareces fuerte y rudo. como mi papá... ¡Ya sé! ¡Yo necesito a alguien que me cuide! ¡Tú podrías cuidarme del modo en el que mi papá cuida a mi mamá! -Antes de terminar la frase, Jean rompe a reír en carcajadas, sin casi poder hablar, mientras refriega sus ojos con la mano. siento que me pongo roja, y le miro atónita.

—¿¡Y-Yo dije eso!? -Asiente, con la cabeza, mientras ríe.

Mientras le observo, ese recuerdo llega a mi mente. si...se lo dije. al parecer de pequeña era muy descuidada con mis palabras.

Jean recupera el aliento, y prosigue sonriendo.

—Fue allí cuando entendí...que contigo, podía volver a sentir lo que era tener una familia otra vez. entendí que no eras como los otros príncipes que llegaron para comprarme. ustedes no me estaban comprando, me estaban adoptando. no querían un sirviente más, querían un compañero y amigo. y créeme, a día de hoy, irme con ustedes fue la mejor decisión que pude haber tomado en toda mi vida. eso se lo debo a tus padres...y a ti.

Al oírle hablar de ese modo, se me forma un fuerte nudo en la garganta incapaz de hacerme hablar, por lo que opto por el silencio y miro hacia el suelo.

Si no hubiese sido por mis padres, nunca habría conocido a éste maravilloso chico. hoy, no puedo imaginarme con ningún otro mayordomo que no sea él. 

Su odio hacia la realeza...es porque lo estaban tratando como un objeto y moneda de cambio, no como un ser humano.

—¡Hola Jean---! -Meri entra apresuradamente en la enfermería, su rostro se apaga y calla al verme. no debe imaginarse nada bueno, viéndome sola con él y llorando.

—¡Tu mano! ¿¡Qué te pasó!? -Jean se levanta y camina hacia la puerta, donde se encuentra.

—Un pequeño incidente desafortunado...del cual la directora tiene que estar al tanto. pero no te preocupes, no es nada grave. -Meri toma su mano y examina las vendas de cerca.

—¿De verdad? Aunque parece un corte bastante serio.

—De verdad. estoy bien...

Jean se vuelve a mi.

—¿Vienes, Taylor?

—Yo...en un rato.

Ambos cruzan la puerta y me quedo en el medio de la habitación. ésto es malo...aún me sigue molestando la presencia de Meri entre nosotros dos. soy demasiado egoísta...

La Academia Widenbourg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora