Capítulo 28.

484 55 2
                                    

Los días pasaron, más rápido de lo que pude imaginar.

La sola idea de que mi amistad con Connor se rompiese luego de aquello, conseguía ponerme realmente triste. pero para mi sorpresa, no fue así. Connor se mostró amable y comprensivo conmigo todo el tiempo, sin cortarle el habla a Jean. 

...No eran los mejores amigos del mundo, pero no se llevaban mal. diría que Jean y Connor comenzaron a tratarse mejor desde entonces.

Meri, por su lado, siguió siendo la misma niña enérgica y alegre de siempre. nuestra amistad, afortunadamente, no se vio afectada, y siguió dibujando y haciendo pinturas para la academia. su talento es algo que no se puede negar.

—¡Taylor, mira ésto! Se verá precioso en ti...

Ahora, me encuentro a tan solo unas horas del baile de fin de año, arreglándome junto con Meri y todas las demás princesas. Meri sostiene entre sus brazos un largo vestido turquesa. 

—Oh, no...no creerás que...-Sonrío, mientras me alejo de ella.

—¡Oh, si! ¡Ahora estás bajo mis manos! -Dice, mientras me da el vestido y me empuja hacia el probador. la verdad, no dudo de su buen gusto, ya que ella está preciosa, pero...no me pongo un vestido desde mis diez años. ¿Se verá bien en mi...?

Una voz surge entre los probadores.

—¡EXACTO! ¡Así es como me gusta, me veo fenomenal! -De uno de los probadores, sale Chloe, por primera vez desde que la conozco, vestida de manera...bastante distinta a lo planeado ésta noche. su estilo, se asemeja bastante al mío.

—¡Al diablo con Connor! ¡Al diablo con el baile! ¡Yo vestiré como a mi me gusta! ¡¿Quién necesita un príncipe?! -Exclama. todas a su alrededor comenzamos a reír. la verdad, da igual como se vista. Chloe se ve preciosa siempre.

—Vaya...parece que alguien se tomó muy bien el rechazo de Connor. -Dice Meri. Salgo del probador, ya con el vestido, y me siento delante del tocador. Meri y yo hablamos mientras me maquilla y me arregla el pelo.

—¿Luce bien en mi? -Pregunto, dubitativa y muy nerviosa.

—Desde luego. a Jean le vas a encantar. -Sonríe y contesta, mientras me hace los rulos en el cabello.

Luego de un rato, Meri habla.

—Bueno, ya estás lista.

Meri voltea la silla giratoria en la que estoy, para darme la oportunidad de verme en el espejo.

Vaya...

Apenas puedo reconocerme. el trabajo de Meri es impecable. 

—Gracias...de verdad. -Digo, mientras me miro en el espejo.

—¿Por el servicio de belleza? No es nada. me encanta la moda.

Niego con la cabeza.

—No solo por eso...gracias, por todo. 

Meri me mira por un momento. al entender lo que trato de decirle, me sonríe y exclama.

—¡Pero que sentimental resultaste! Entonces es cierto lo que se dice que debajo de toda chica dura hay un alma sensible. 

Sonrío, mientras la veo alejarse.

Las luces de los probadores se apagan, en señal de que ya es hora de salir.

Al pie de la gran escalera que da hacia la gran sala lujosa de abajo, está uno de los encargados de la directora con un listado de los nombres de las princesas en su mano, para que cada una baje en orden y a su vez, sea presentada desde lo alto por todos aquellos invitados a la fiesta final de Widenbourg.

—La princesa Hershey, del reino de Amster.

Con cada princesa que el chico nombraba, mi turno se acercaba y con ello mis nervios aumentaban.

—¿Estás nerviosa? -Me pregunta Meri, desde la oscuridad de los probadores.

Asiento.

—No lo estés. ya verás como será divertido...

—La princesa Meri Din, del reino de Numbus.

—Ups...me toca.

Meri se va, y comienza a bajar las escaleras. justo luego de ella...

—La princesa Taylor, del reino de Soria.

Un frío hiela mi estómago. camino hacia el pie de la escalera, y tratando de calmarme, bajo lentamente por los escalones. todos me miran, entre ellos está...

Jean, quien no para de mirarme, sorprendido.

Cuando llego al salón, camino hacia él.

—Hey...hola...e-esto...-Se rasca la nuca, mientras gesticula con la mano. ¿Trata de decirme algo?

—Estás...hermosa. -Al final consigue decirlo, aunque sin mirarme a los ojos. que lindo...hasta Jean puede ser tímido a veces.

—Me alegro...que te guste. -Respondo. cuando terminan de anunciar a todas las princesas, la canción comienza a sonar. Me giro con Jean, que está algo incómodo.

—S-Sabes, yo...te mentí. no es que no sepa bailar...es que me daba nervios bailar contigo.

Entiendo...todo ese tiempo que tristemente me pregunté el porqué no quería bailar conmigo...era por eso.

Dulcemente me abrazo a él, y pongo una de sus manos en mi cintura. entrelazo su otra mano con la mía. 

—Ahora...suavemente, sigue mis pasos.

Jean, que al principio estaba rígido, se dejó dirigir por mi, en medio del gran salón. en medio de todas las miradas...dejando fluir el ritmo entre nosotros.

La Academia Widenbourg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora