Capítulo 1.

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Es tan absurdo todo lo que tiene que ver con la realeza. todo lo relacionado al mundo del poder y el dinero. la vestimenta, las reglas, las personas...es todo muy falso. las personas que ríen contigo son las que más tarde se ríen de ti. yo tengo especial experiencia con eso último.

-S-Su majestad Taylor, ya le he traído su vestido...-La criada entra a mi habitación dubitativa de acercarse a mi con unos trapos entre sus brazos que nunca me pondría.

-Ya te puedes ir llevando esa porquería. no me lo pondré.

-Pero...Señorita...

-¡He dicho ya que no me lo pondré! ¡Puedes ir y notificarle eso a los inútiles de mis padres!

-¡S-Si! ¡L-L-Lo siento mucho!

Se va apresurada, llevándose el vestido con ella.

He sido objeto de numerosas críticas y burlas por todo el reino debido a mi forma de ser y vestir. mi sinceridad y forma casual de vestir nada formal parece molestarle a la mayoría, incluidos a mis padres. me importa muy poco, la verdad.

"Que rara" "Es una decepción como futura reina." "Me compadezco por Soria al tener a semejante princesa". Estando al frente de la multitud a punto de dar mi estúpido discurso, es todo lo que oigo. ¿Y así quieren mis padres que sea cordial?

-Buenos días a todos, inmundos materialistas. espero que se estén divirtiendo criticándome porque no tienen vida propia.

Si las miradas pudiesen matar, ya estaría tres metros bajo tierra.

-Para el pesar de TODOS ustedes, ya casi cumplo la mayoría de edad y seré la reina de Soria les guste o no. ¡Paz, imbéciles! -Luego de hacer un muy amigable y cordial gesto con el dedo, (ya saben a que me refiero...) me retiro en medio de las voces escandalizadas de todos.

-¿¡Pero qué es lo que te ocurre, Taylor!? -Lógicamente, mis padres no dejaron pasar mi pequeña "travesura" de hace unos minutos. a lo que concierne a mi madre, parece estar al borde del paro cardíaco.

-¡Compórtate de una vez como una futura reina! ¿¡Sabes cuantos desearían estar en tu lugar!? -Mi madre me grita, como es usual en ella. mi padre obviamente, la apoya.

-¡Ya no sabemos que hacer contigo! -Ésto de verdad me saca de mis casillas. contesto, levantándome de mi asiento y enojada.

-¡Yo nunca pedí pertenecer a ésto! ¡Ustedes solo quieren que sea alguien que no soy y ni siquiera les importa si eso me hace infeliz!

Se instala un silencio incómodo entre mis padres y yo por unos segundos, hasta que mi madre decide romperlo.

-Parece que no tenemos opción...empaca tus cosas, irás a WidenBourg.

-¿Qué...? -Miro a ambos confundida al no saber de qué está hablando mi madre. 

-Tu madre y yo hemos estado hablando de ello recientemente y hemos llegado a una conclusión. jamás llegarás a ser una reina digna de respeto por ti misma al paso que vas. Widenbourg es una academia para príncipes y princesas que tienen una situación similar a la tuya.

Mis ojos atónitos se posan sobre Jean, mi mayordomo/guardaespaldas y amigo de la infancia que lo está escuchando todo en la misma habitación en la que estamos.

-Ustedes...no pueden...¿Así piensan deshacerse de mi...?

Mi padre intenta calmarme, pero aquello solo me hizo enfurecer más.

-¡¡LARGO DE AQUÍ, AMBOS!!

Mis padres se miran las caras y poco a poco se retiran de mi habitación. mi madre se gira una última vez a mi antes de dejarme sola con Jean.

-Mañana por la mañana tienes que partir...Jean te acompañará como representante del reino y personal de mayor confianza.

La puerta se cierra a espaldas de mi madre y me guindo a llorar al cuello de Jean casi inmediatamente.

-¡No es justo, no es justo! ¡Cómo los odio!

Cuando era pequeña, no tenía nadie quien me entendiera. no era como otras niñas a las que la idea de usar vestido y joyería les parecía espectacular. yo lo veía ridículo e innecesario. cuando creí que las burlas por parte de los demás niños no cesarían, el tan joven mayordomo recién llegado a la mansión me defiende como si le fuera la vida en ello.

Crecí con él, me apoyé en él y confié en él desde que tengo memoria. para mi, es aquel hermano que nunca tuve pero que sin dudas me hubiese encantado tener.

Se van mis padres de mi habitación y lo abrazo fuertemente, siendo mi único apoyo ahora mismo. me siento un poco culpable al mojar su elegante traje con mis lágrimas, pero simplemente no puedo detenerlas. él me abraza mientras me escucha, sin decir una sola palabra me reconforta.

La Academia Widenbourg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora