CAP.33 DINERO...

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BARRY

La obscuridad de mi casa me inunda... Por primera vez en el tiempo que he vivido aquí, la casa me parece solitaria e insípida incluso me dan ganas de salir huyendo. Cierro la puerta y me recargo en ella. Mi sala lujosa, con jarrones y decoraciones extravagantes se han convertido en mierda cara y si sentido. Quisiera poder retroceder el tiempo y haber sido diferente con mi madre y con mi hermano, pero no es se puede y no puedo remediar nada, Eric me odia y yo al él porque él sí tuvo a una mamá que lo ayudara con las tareas y yo no, una mamá que lo bañara y lo arropara por las noches o incluso le contara un cuento.

Desde que empecé a ser un adolescente mi vida se resumía en la escuela y la dedicación, hasta que conocí a Andrea. Ella era nueva en el instituto y como buen alumno que era me pidieron que le diera un recorrido. Me trató bien, y no le vía como todas las demás chicas, como un inadaptado nerd, ella me trató diferente, soñaba día y noche con ella. Jamás me volvio a hablar hasta que el maestro de química me pidió que le diera accesoria en la materia, pasaba tres horas con ella... Cada día con ella de me hacía de los mejores de mi outa vida, la miraba y la miraba y no podía parar de admirar su belleza. Y por un largo tiempo pensé que ella también sentía lo mismo. Me invitó a una de sus fiestas en su casa, no entendía porqué estaba en mi instituto carísimo y su casa era tan pequeña y con muebles nada caros, realmente fui el único en aquella fiesta. No había una fiesta y mucho menos era su cumpleaños. Ella me había llevado a su hogar para estar solos. Su habitación era del tamaño de mi closet, no sabía porqué pero su casa era todo lo contrario a lo que ella aparentaba en la escuela, ella de adaptó tan rápido a las chicas multimillonarias de la escuela y me parecía casi increíble que la aceptaran o cabía la posibilidad de que ellas no supieran sobre su posición económica. Ella tomó de mi mano y recostó en su cama... Fue lo más extremo de mi vida, ella estaba ahí parada mirándome de una forma espectacular. Aquella tarde había sido la mejor y el atardecer estaba haciendo acto de presencia. Ella y el amanecer eran una combinación perfecta. Recuerdo que cuando ella de quitó la ropa mi corazón se desbocó de una forma sin igual, nunca lo había sentido, y fue con ella con quien perdí mi virginidad. Ella fue el amor de mi vida. Hasta que me llevó por su camino. En tan poco tiempo yo ya estaba loco por ella y ella por mí exactamente no, así que un día me llevó a un bar, hizo que tomara miles y miles de shots, perdí el conocimiento, y al día siguiente la policía estaba arrestandome, ella me había acusado de violación, dos mujeres me habían decepcionado y a las dos las había amado. Las dos pidieron dinero para poder gastar a montones. Las dos usaban a los hombres. De ahí puedo decir orgulloso que cambié por completo y me volví en lo que soy ahora, un maldito patán.

Quisiera saber que es lo que Kelly, quiero saber que no se irá ahora que estoy solo.

KELLY

Como es que ese maldito pudo dejarme en visto. Eso es deplorable, estoy que ardo de dolor y enfado. El ruido de un vaso caer me saca de mi frenesí, proviene de abajo, ¿será que es Barry? Bajo de la cama y entro entro en pánico cuando escucho otro estruendo, todo proviene del despacho de Barry. Estoy enfadada con él y mucho pero eso no quita el hecho de que me preocupa.
Bajo con cuidado el resto de las escaleras y me encamino hacía ahí, y en efecto, Barry está aquí sudado y con la respiración agitada.

-El puto dinero nunca sirve de nada, sólo para qué zorras caza fortunas vengan hacía ti buscando que mierda comer -grita cuando me ve, yo nunca he perseguido su dinero.

-¿Disculapa?-comento tratando de entender su nefasto comentario.

-Lo que has escuchado, te estás convirtiendo en una, ¿a caso no fuiste a gastar dinero y cargarlo a mi cuenta? ¿A caso no fuiste a Gucci o a Chanel a comprar tú ropa?-de limpia el sudor con el dorso de la mano.

-Perdoname, pero no sabía que te afectara tanto desprender un poco de tu dinero-se dispone a contraatacar pero sigo-cierto, porqué no te molestaría si hasta a tu propia madre le niegas dinero. ¿Y sabes qué? Puedes quedarte con tu puto dinero, tu puta herencia y con tus putos problemas porque yo me largo de aquí, y escuchame Barry, no quiero verte jamás. No hay bebé para ti, quise ser buena, ayudarte y mira como es que me pagas, además, yo ya no quiero este contrato, haz que te ayude Gabriela, puedo apostar a qué ayer de divirtieron mucho ¿no?

No dejo que diga nada porque empiezo a caminar, no quiero seguir escuchando babosadas, no.

Tomo una de las maletas que había traído y la empiezo a llenar con las pocas cosas que traía, saco del baño mis cosas y cierro la maleta. En el departamento están mis cosas, aquí sólo tenía lo indispensable. Tomo la correa de Pinky y la busco en la habitación, pero no hay nada. Nada. No me puedo exaltar, ella no pudo haber salido pero me preocupa tener que ir a buscarla y qué Barry me detenga. Miro las bolsas con la ropa nueva, tomo mi maleta y bajo con ella las escaleras, dios, sí está pesada... Pinky aparece y se interpone en ni camino, sin saber porqué ni como, me veo rodando por las escaleras, sintiendo mi cabeza rebotar, trato meter las manos para detenerme pero me es imposible...

Caigo al final de las escalera, siento como si me hubieran dado una paliza, no tengo ni puedo gritar... Solo escucho los ladridos de Pinky y su nariz húmeda...


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Bebé Por Contrato (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora