Tomo mi copa de ron. Quiero relajarme, hoy Kelly se casa conmigo. Hoy será mi esposa. Estar sólo en este paso de mi vida, aunque sea sólo un maldito contrato, me duele el hecho de que mi madre sólo viniera por los chismes y para quitarme el dinero que me dejó mi papá, y no porque ella me quisiera y se interesara por mí.
La familia de Kelly me ha incluido ahora como un hijo más, pero eso qué, no puedo tener a mi verdadera familia, porque constantemente me están rechazando, tanto cómo mi mamá y su familia, soy su hijo, no sé porque me odian.
Respiro hondo, tengo puesto mi traje gris y mi corbata color vino o no sé como se llama, creo que es sangría pero para mi todo es lo mismo. Ajusto mi corbata por enésima vez. ¿Por qué no elegí a Gaby? A ella la quería, sólo un poco pero la quería, y a Kelly no, es más, la llegue a odiar. Mi papá la miraba como a una hija, y en ese aspecto era muy celoso porque estaba necesitado de cariño por parte de mis familiares.
Camino de un lugar a otro, la famosa boda se va a celebrar aquí, en mi casa. Sólo porque así lo quiso Kelly. La mayoría de los invitados son familiares de Kelly y mis amigos de negocios. ¿Y dónde queda mi familia? En lo más hondo de mi corazón, dónde mi mamá me quiere y mi papá está vivo.
Cierro los ojos para reprimir el llanto, ¿que hice mal?
Dos golpes tímidos resuenan por la habitación, camino hacia la puerta y la abro. Es Kelly, vestida sólo con una bata, y una toalla en la cabeza, con el maquillaje a media aplicación.
—Hola—dice tímidamente.
—Kelly —me apresuro a decir.
—¿Ya estás listo?—pregunta mirándome.
—Listo. Veo que tú todavía no.—respondo.
—Ya no flata mucho, sólo me pongo el vestido y ya.—me asegura.
—No salgas huyendo. —le digo de broma. Ella traga con dificultad, como si la idea de sñair huyendo ya lo hubiera tomado en cuenta. —¿Pasa algo?—pregunto con temor.
—Para nada, todo bien. Me voy porque ya es hora de terminar con esto—se señala la cara y me sonríe —adiós.
—Nos vemos.—le devuelvo la sonrisa y cierro la puerta cuando se marcha.
¿Estoy completamente seguro de querer aprisionar a Kelly?
Mi cabeza se confunde en un dos por tres. Yo la obligué a que aceptara, sólo quiero al bebé, cuando lo tenga, le daré dinero y se puede marchar sin compromiso, yo me haré cargo del pequeño o pequeña, como lo hizo mi padre conmigo.
La puerta se abre y aparece Carlota.
—Hola, cariño —sus palabras me gustan.
—Hola, Carlota. —le sonrío.
—Que bella sonrisa tienes, veo que ya éstas listo, pero que guapo, Barry. —me alga.
—Gracias, ¿y qué pasó con Kelly, por qué no está con ella? —le pregunto.
—Pues ella me pidió que estuviera contigo. Que lastima que tu familia no pudiera estar—sonríe con tristeza y me hace sentir mal.
—No se preocupe Carlota, mi mamá nunca ha estado para mí. Y hoy, no es la excepción.—enfatizo enfadado.
—Ahora, tú eres mi chico.—su dulzura me conmueve.
—Gracias, Carlota —ella me da un abrazo y yo le correspondo.
—Ay... Ya me están entrando las ganas de llorar. —Balbucea. —Se me a arruinar el maquillaje, hijo.—se echa viento con la mano y sonríe.—Me voy, Kelly me necesita. —me besa la mejilla y sale de mi habitación.
K E L L Y
En cuanto veo a mi mamá entrar por esa puerta blanca que hace juego con las paredes beige de la casa, me pongo nerviosa.
—¿Qué pasó con Barry? —le pregunto emocionada y a la vez preocupada.
—Regular, pobre de él. Ahora sé que perder a su papá fue horrible, ya que nunca tuvo a su mamá. —se lamenta.—Cuida de él, que bueno que tiene tu amor.
Si supiera...
¿Cómo podré cuidarlo? Si ni siquiera lo quiero, no siento nada por él.
¿Amarlo? Sólo somos amigos, y estoy ayudándolo. Sólo eso.
Borro esos pensamientos de mi mente y recuerdo que aún tengo que reclamarle a alguien muchas cosas.
—¿Y los gemelos? —esos dos malditos. Ahora conocerán mi furia.
—Abajo —contesta alegremente mi mamá, si supiera lo que yo.
—Tengo que hablar con ellos. Voy a bajar.—hago una ademán de levantarme de la silla en la que estoy sentada, pero mi mamá me detiene súbitamente.
—Yo iré por ellos, y después regreso para ponerte ese lindo vestido.—me mira a través del espejo.
—Sí, mamá.—sale de la habitación y me deja sola.
Me miro en el espejo. No estoy nerviosa, estoy asquerosamente tranquila. Hoy no es mi día especial, ni el día en que me voy a casar con el hombre al que amo. Sonrió con tristeza, eres una estúpida, ¿por qué le dijiste que sí?
No sé porque pero tomo mi móvil , busco su nombre entre mis contactos y marco. Ben no tarda en contestar.
—¿Te escapas conmigo? —susurro.
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Bebé Por Contrato (EN EDICIÓN)
Ficção AdolescenteEstá es la historia de Kelly Parker, una chica que trabaja como secretaria de gerencia, tranquila, soltera y con un gran odio hacia su jefe, pero un día cualquiera su vida aburrida se ve truncada por su guapo y apuesto jefe, Barry Freeman, quién por...