CAP. 16 RECONCILIACIÓN

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Cuando vi a Barry entrar a su despacho tan sumido de la realidad, tan distraído y tan pero tan pálido lo único que pensé fue que algo andaba mal, iba mirando un sobre. Verlo así, tan cansado y derrotado me duele un montón, creo que los dos podemos ser amigos, unos buenos amigos.

-¿Te encuentras mejor?-Le pregunto removiéndome un poco, estar en tirada en el suelo no es nada cómodo, él se aferra a mí como si fuera un salvavidas, creo que venir y darle mi apoyo fue lo mejor que pude haber hecho.

Quince minutos más tarde Barry por fin se recompone, quita su rostro de mi cuello y se limpia los restos de lágrimas de la cara, mi mira avergonzado, pero me mira a los ojos con un sentimiento puro.

-Hola.-Susurra tiernamente.

-Hola, Barry.-Le toco el cabello con cariño, como una vez lo hice con mi hermano menor. Se queda callado pero no se aleja ante mi tacto.-¿Ésta es la reconciliación?

-¿Por qué no llegaste a casa-Pregunta aún con los ojos con lágrimas.

-Quería estar sola, no quería molestarte, también.-Digo, bajo la mirada a mi regazo, dónde mis manos descansan ahora.

-Bien. Entonces es la reconciliación.-Aún se le ve lejos de aquí, mira el techo y suspira, su mirada viajan de mi cabello rubio, a mis ojos verdes, de mis ojos a mis labios, de mis labios a mi cuello. Su mirada me provoca escalofríos, no son de miedo, si no de excitación y pasión, no entiendo su mirada, se ha vuelto turbia y oscura; su cuerpo y el mío se tensan al sentir una oleada de aire que ha entrado por el balcón de la oficina presidencial, de un momento a otro Barry se acerca más a mí, tanto que nuestros cuerpos quedamos a cinco centímetros uno del otro. Es una sensación a regocijante, en el lugar para mí, viajaban ondas divinas que decían que los do teníamos una química perfecta, y que tarde o temprano los dos seríamos felices a su manera, obviamente separados. Entonces lo besé, fue una sensación maravillosa, tocar sus labios carnosos y un poco hinchados por el llanto fue algo muy placentero, único, nunca lo había sentido, ni cuando besé a Ben cuando nos reencontramos, esto es verdaderamente único, nuestro beso es perfecto.

Barry cae encima de mí, pero en ningún momento se aleja, sigue conmigo, sumido en la misma pasión que yo. Estar aquí con él me hace de una manera por decirlo así, sentir mucho mejor y me gusta. Toma el dobladillo de la falda de mi vestido rosa palo que llevo puesto y lo alza hasta la altura de mi estómago. No sé porqué, pero yo enredo mis dedos en su pelo sedoso, lo jalo y disfruto de la sensación de sus labios en mi cuello, sus pequeños besos literalmente me están volviendo loca, esto es magnífico, son sensaciones que jamás me había imaginado sentir.

-Kelly...-susurra sobre mi piel. Sus manos viajan por mi espalda, buscando el cierre de mi vestido, y cuando lo encuentra lo baja con una lentitud casi dolorosa. Realmente lo estoy disfrutando, Barry sigue vestido, y por lo visto no tiene la intención de quitarse la ropa, con dificultad le quito la corbata roja, cuando lo hago la lanzó sin ver dónde cae, prosigo con los botones de su camisa de vestir, de un segundo a otro, Barry se recompone y quedamos frente a frente, mirándonos a los ojos, de mi parte ni hay sentimientos, de su parte, no estoy segura. Le quito su cinturón y él, baja su bragueta, con rudeza me quita la ropa interior blanca de algodón que llevaba, me levanta un poco y me deposita sobre su erección, tardo unos segundos para acoplarme a él, pero lo hago, empieza con una rítmica deliciosa, trato de guardar mis gritos de placer pero fracaso estrepitosamente, no puedo callar el sentimiento de pasión viva en la que estoy suspendida, grito, gimo, gruño, cuando Barry sigue sus movimientos y aparte me besa apasionadamente. Esto es inexplicable, todo esto es tan pero tan, perfecto. Barry cae de nuevo sobre mí, sigue y sigue, con la dulzura, yo por primera vez, lo tomo del rostro y lo beso con demencia y rudeza, creo que en verdad tenemos química, pero hay dos personas que interfieren: Ben y Gabriela.

Permanecemos demasiado tiempo abrazados, poco a poco nuestra respiración se fue normalizando, no nos movimos, estamos tan a gusto, así, en silencio.

-Hay que vestirnos-susurro_bueno yo, porque tu éstas vestido.

-Bien.-Afloja el abrazo para darme oportunidad de recomponerme. Cuando lo hago, sin pena, me pongo de pie, y busco mi ropa interior, la encuentro a lado de la papelera, me agacho por ellas y con rapidez me las pongo, tomo mi vestido y lo analizo, está arrugadisímo, con suerte podré eliminar una de las arrugas pasandole la mano.

-Hola, Barry... -me quedo pasmada, Gabriela ha entrado sin tocar, y ahora me está mirando acusadoramente, Barry también se recompone con rapidez, al contrario de mí, el está vestido, me pongo en vestido en tiempo récord, como si la Gabriela ésta fuese mi mismísima madre.

-¿Que no te han enseñado a tocar la puerta antes de entrar?-gruño poniéndome un de mis zapatos.

-¿Y a ti no te enseñaron a ser profesional?-oh por Dios, quiere pelea ¿no? Pues pelea tendrá.

-¿Y a ti no te han enseñado a vestirte con más ropa?-abre la boca totalmente ofendida, y cuando pretende regresarme el algo, Barry interviene.

-Basta, Kelly. Por favor, sal.

-Espera un momento, ¿me éstas echando? ¡Yo soy tu esposa!-grito desesperada.

-¡Por contrato!-contesta de vuelta Gabriela.

-¿Le has dicho Barry? ¿Le dijiste nuestro secreto? ¿se lo dijiste? Eres increíble, pensé que sería nuestro secreto-como Barry no me contesta ni me mira, sigo discutiendo-tú si puedes reclamarme todo lo que hago mal, ¿pero yo tengo que soportar esto? ¿Es así como será éste juego? Porque entonces no quiero jugarlo, Barry. Los dejo a gusto.

Salgo "victoriosa" del despacho de Barry, cuando llego a mi mesa, tomo del cajón izquierdo mi bolso y mis llaves, creo que hoy dormire de nuevo en mi departamento, día arruinado.

Bebé Por Contrato (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora