CAP. 28 ¿QUÉ MIERDAAAA?

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Me sumerjo en mi grande cama, estoy fastidiada. ¿Cómo se atreve a decirme que estoy celosa? ¿COMO? Doy unas vueltas en la cama, para poder encontrar una posición para poder dormir. No sé que pasa allá bajo y tampoco quiero saberlo. Bueno, en realidad si quiero, me llerve la sangre por saber que están haciendo esos dos.

—¿Y tienes pareja?—escucho decir a Barry, seguido con una risa tonta de Liz.

—No, nada importante—susurra Liz.

—Vaya...

Sí, vaya. Liz es muy guapa, supongo que le sorprende que no tengo novio, ajá.

—No a llegado el indicado

—por dios Liz, tú ni virgen eres.

Veo como dos rostros sorprendidos por mis palabras me miran expectantes. No lo pensé, lo dije.

—Kelly—dice cautelosa Liz.

—Perdón, sólo era una broma—río, Barry me mira sin entender nada, pero no sé si es por lo que dije o por la razón de porque estoy aquí, sin embargo hago caso omiso a éstos dos y paso a la cocina y tomo uno de los  vasos del estante. Saco la leche de la nevera y me sirvo una poca, me la tomo lentamente y echo el vaso en el fregadero. Los miro y sonrío.

—Hasta mañana, que descansen—echo un vistazo rápido a la cocina, ya no hay platos en la barra más que copas con vino y la respectiva botella, están sentados frente a frente y las luces están tenues, súper bonita su velada de enamorados.

Salgo victoriosa de la cocina y me largo. Me meto en la cama y forzó a mis ojos cerrarse.

—Despierta—la voz de Luz me saca de trance.

—¿Que pasa? Quiero dormir más...

—Por dios Kelly, tu marido es un ángel,¿cómo no lo amas?—dice ella emocionada.

—Eres estúpida—gruño devolviéndome en la cama.

—No, no lo soy. Ayer nos quedamos charlando toda la noche, que lástima que no te quedaras con nosotros.

—Tenía sueño—miento, en realidad no quería dormirme pero tuve que hacerlo porque estaba muy enfadada.

—¡Ya levanta ese culo de mastodonte!—Liz me sujeta del tobillo y me arrastra hasta la orilla de la cama.

—¡Dejame!—chillo asustada, ella quiere tirarme de la cama, sé muy bien sus intenciones—¡Estoy embarazada, estúpida!—automáticamente me suelta.

—¿Pero qué... Diablos?—su mirada es penetrante, pero no me asusta.

—Ya lo haz oído—me recompongo y me siento.

—¿Por qué nadie me había dicho nada?—pregunta indignada.

—Por que no. Es un secreto supongo, forma parte del trato.—Explico con brevedad. La verdad no me interesa darle explicaciones a Liz, por más que sea mi amiga ella suele ser muy comunicativa y no quiero que esto vaya de boca en boca.

—Wow—se tira en el suelo derrotada.

—Olvidalo, tengo hambre—me levanto y la dejo en mi habitación.

—Buenos días —saludo a la cocinera, no recuerdo su nombre, pero es que son tantas que olvido como se llaman.

—Señora, ¿que le apetece desayunar?

—Eeehm, lo que tu decidas está bien—le dedico una sonrisa y me siento en un taburete de la barra.—¿Cuál es tu nombre?

—Angela señora.

—¿Tienes hijos?—quiero ser cortés y además quiero ganarme su confianza.

—Sí —responde escuetamente, dudo en preguntarle algo más pero finalmente lo hago.

—¿Cuanto llevas trabajando aquí?—ella deja caer una cacerola en el fregadero provocando un fuerte ruido.

—Meses, señora.

—Oh, vaya.

—Estoy substituyendo a otra—gruñe.—Somos un equipo de trabajadoras, el señor nos contrató solo por unos meses.

—Ya veo—y ahora soy yo quien está de cortante. Minutos después un plato lleno de fruta aparece enfrente de mí. Empiezo a comer, está casa es tan enorme que me siento menuda aquí. Entonces recuerdo que aquí estuvieron esos dos ayer. Mi imaginación vuela y se encuentra con una horrorosas imagen de ellos dos juntos sobre la barra haciendo cosas indebidas mientras yo estaba tan tranquila dormida, pero no. Ellos no me harían eso, más bien, ella no me haría nada. Aunque yo sé que no me tendría que quejar porque yo misma le he dado permiso a Barry de ponerme los cuernos, aunque no sería tanto así porque no somos nada.

No sé donde están esos dos, por lo menos sé que Barry hoy no trabaja, así que voy directo a su habitación para buscarlo. De camino me encuentro a Luz a quien sólo le sonrió sin decir nada. Entro a su habitación sin tocar, toda una mal educada, entonces lo veo a medio vestir. Que vaaaa, está desnudo. Lanzo un chillido, que vergüenza, el me mira y se queda estupefacto ante mi mirada, o Dios, en realidad nunca lo había visto así a plena luz del día. Siempre lo hacíamos con la luz apagada y a tientas, pero sin darme cuenta y sin perder la oportunidad le doy un pequeño y exhaustivo repaso a su bello cuerpo trabajado. No, no, no. Los dos miramos como su "amigo" cobra vida. Siento la cara hirviendo, esto es tan vergonzoso. Estamos aquí sin decir nada, mirándonos uno a otro, con un problema en medio, su pene. No sé que mierda hacer, además él no hace ningún ademán de moverse o pedir disculpas por lo que le está pasando a su pene.

—Kelly—es un gruñido gutural muy sexy.

—Barry—pronuncio su nombre un poco recelosa, ¿qué es lo que va a pasar si me acerco? Pero no soy yo quien se acerca, es él. Camina muy seguro de sí mismo y sin una pizca de vergüenza. Mi respiración se empieza a acelerar al igual que mi corazón. Mi entrepierna a cobrado vida...

—Kelly—susurra de nuevo, me toca la mejilla y se acerca demasiado a mi cara—no sé a que haz entrado, pero salte de mi habitación.

Instantáneamente mi corazón se para y mi entrepierna muere de un golpe fulminante. Lo miró confundida y a la vez enojada. Y me dan ganas de soltarle unos golpes cuando me toma de loa hombros para darme media vuelta y guiarme hasta el pasillo.

—Adiós —¿que mierdaaaa?

Holaaa, sé que es muy corto pero acuerdense que actualizaría con un capítulo corto y uno largo.

Una pregunta, ¿les gustó el capítulo?
¿Terminaron por odiar más a Barry?
En realidad ya son dos preguntas, vamos por la tercera, ¿quien de aquí me sigue en instagram? Si es así hablamenme:( soy buena onda.

Bebé Por Contrato (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora