La verdad nunca me han gustado los domingos por la tarde, literalmente los odio, casi siempre las calles están desiertas, hay poco movimiento y el día casi siempre está de flojera, y eso estando en mi apartamento, pero la verdad que estar en la casa de Barry me resulta aún más nefasto y aburrido. En realidad, sólo estoy dando vueltas de aquí para allá en la habitación que me asignaron.
No tengo a mi Pinky, y la extraño demasiado, aunque sé que mi mamá la estará cuidando de maravilla, pero la quiero aquí, para que me ponga de mejores ánimos. Es lo único que me hace feliz. Mi mascota me hace vivir.
Miro por la ventana por enésima vez, me resulta doloroso no poder salir, bueno si puedo, pero no quiero por Barry, no quiero que me odie más, no es como si el enfado se le fuera a quitar, observo el reloj de la mesita de noche son las 5:50.
Debo de hablar con el hombre, porque como dijo él, no somos unos enamorados. Somos unos socios, eso.
Salgo de mi habitación con la mejor de las disposiciones, tengo y debo de hablar con Barry, es por nuestra paz. En realidad, ni siquiera sé dónde ésta pero lo encontraré. Pasados 5 minutos de búsqueda, al fin lo encuentro, en el estacionamiento, ¿va a salir y si mi? Lleva la misma ropa de la mañana pero ahora lleva una cazadora que le sienta bien.
-¿Vas a salir?-pregunto antes de que Barry suba a su Jeep.
-Obviamente-espeta sin mirarme.
-Bien, me preguntaba si podemos hablar.-No sonó como una pregunta pero captó mi idea, ni que fuera tonto.
-Bien, cuando llegue podremos hablar.-Sube a la Jeep y arranca y me deja ahí parada, sin poder decirle algo más. Perfecto, a esperar.
Son más de las 11 de la noche, mis ojos se cierran por ratos pero las ganas de hablar con Barry son más intensas que mi cansancio, creo poder esperar...
B A R R Y
Tomi mi último chupito, parezco un crío de 17 años, aquí en un antro, tomando chupitos como si fuera agua, pero¿cómo le hago para no sentirme culpable?
-Eso es todo, gracias-Digo, dejo un par de billetes y salgo del lugar. El frío del exterior me causa una oleada de escalofríos.
Subo a la Jeep, conduzco hacia casa, pero tomo una desviación, aún no es hora, tengo que hacer algo antes.
-Hola, Gabi, estoy afuera de tu casa, sal.-Sin darle oportunidad de protestar finalizo la llamada.
Pasados los 5 minutos, Gabi aparece en pijama, indico que suba a la camioneta, y lo hace, cierra la puerta con demasiada fuerza, sabe que odio que hagan eso con mis coches, sabe que lo odio, y ella seguro que me odia a mí, por eso se comporta así.
-Bien, tú convocaste.-Dice mirando hacia todos lados menos hacia mí.
-Quería saber como estabas.
-Perfecta, ¿crees que me iba a cortar las venas por alguien como tú?-su ironía me molesta pero no digo nada.
-Bien.
-¿Bien?¿Solo bien,Barry?-Se ríe con arrogancia.-me has roto el puto corazón, me has utilizado, y a primera de cambio me dejas por otra, ¿y pretendes decir sólo bien?-No la miro, no tengo el valor, ni con los tequilas que me he tomado.-Pero que se podía esperar de Barry, el tipo que no se enamora, que va de cama en cama con cuanta se le pase por el frente. Soy una estúpida al creer que tú me querías.
-Lo siento.-Me cubro la cara con el brazo a punto de llorar.
-No huyas de los problemas, escucha.
-No, escuchame tú a mi, no tenía opción, era casarme o quedarme en la miseria, y no pensé en ti al tomar mis decisiones, porque pensé en tu carrera como modelo, por eso.
-¿Pensaste en mí? Bueno, si lo que querías era protegerme o cuidar de mí, pues hay otras maneras, Barry.-Grita fuera de sí.
-Por dios, Gabi, si los dos lo sabíamos, lo nuestro era solo un rollo, lo llevábamos claro. Buen sexo.-Me doy una bofetada mentalmente, idiota.
-Oh bien. Sí, tienes razón, un rollo, ahora...-No sé que palabra busca pero estoy seguro que m hará mierda, si Gabi era conocida, era por su gran persuasión y mano dura.-Podemos seguir con el rollo.
¿Qué? Gabi está perdiendo los estribos.
-Lo digo enserio, Barry. -Asegura al ver mi expresión.-Te amo, y estoy dispuesta a esto, quiero estar contigo, aunque estés con ella.
¿Debería aceptar o no?
K e l l y
-Hola.-Su voz hizo que levemente abriera los ojos.-¿Por qué éstas aquí y no durmiendo?-Su expresión de preocupación no era como la de la tarde, esa, de despreocupación.
-Quiero hablar contigo, te lo dije cuando te ibas.-Se sentó junto a mí, y tomó entre sus dedos un mechón rubio de mi melena enmarañada.
-Es lindo, igual que tú. -Di un respingo a su intromisión.
-Vaya, Barry.-Hace un ademán de acercarse, su aliento chocó contra mis labios. Apesta a alcohol, tanto que me provoca asco.-Apartate, éstas...
Ni si quiera dejó que terminara de decirle nada, me sujetó de la cabeza y bruscamente me atrajo hacia él, era un beso forzado, jamás en mi vida había recibido uno así, ¿que clase de novio forzaría a su novia darle un beso? Sin embargo él no era mi novio, ni mi esposo aunque estuviéramos casados y tuviéramos un papel que lo comprobaba. Lo aparté abruptamente pero él puso más fuerza, gemí ante su legua intentando saquear mi boca, no quería recibir el beso, pero dentro de mí, algo se encendió, algo se movió, algo así como la excitación. Su manos sujetaron el dobladillo de mi camiseta. En un microsegundo la camiseta estaba en el suelo de mármol pulido.
Él me tomó de la cintura y me cargó, me llevó a su habitación en menos de un instante. Hoy trabajaríamos.
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Bebé Por Contrato (EN EDICIÓN)
Novela JuvenilEstá es la historia de Kelly Parker, una chica que trabaja como secretaria de gerencia, tranquila, soltera y con un gran odio hacia su jefe, pero un día cualquiera su vida aburrida se ve truncada por su guapo y apuesto jefe, Barry Freeman, quién por...