CAP.66 NADA ES PERFECTO

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Kelly apenas y se aparece por mi oficina, lo único que me consuela son las fotos que tengo de las niñas. Kelly me regala un portarretrato cada que las niñas cumplen un mes más; esto se volvió costumbre después de que cumplieran un año. Hoy me ha regalado el portarretrato número 12, hoy mis bebés cumplen dos añitos.

Cada noche duermo pensando en cómo sería mi vida si mi papá no me hubiera metido en este lío o como sería mi vida si yo hubiera elegido a alguien más para hacer esta locura, también despierto agradeciendo al cielo lo que tengo, una familia, por primera vez me siento parte de una.

Llegar a casa y tener a las tres mujeres que más amo esperándome si duda es lo máximo, Kelly con sus típicos jeans y sus camisas de tirantes aunque haga frío o llueva y mis dos pequeñas recién bañadas, peinadas y oliendo a ese típico olor que los bebés emanan. Me gusta el olor de sus cabecitas.

—¿Qué te pareció la foto? No sabes cuánto me maté haciendo el escenario y tratando que estas dos señoritas miraran a la cámara. —Kelly se compró una cámara profesional solo para tomarles fotos. —Esta vez Pinky salió en segundo plano.

—Es una de mis 5 favoritas, ¿ya está todo listo para el sábado?

—Según la organizadora de fiestas estará todo instalado el sábado a primera hora—queremos celebrar los dos años de las niñas pero Kelly está demasiado ocupada como para organizar la fiesta por sí sola.—Ya es un poco tarde, iré a acostar a las niñas y después dormiré. Buenas noches. —Sé que Kelly me ama, porque yo la amo a ella, pero a pesar de que trato de llegar temprano del trabajo y de estar en contacto con ella, simplemente no conectamos como yo quisiera.

Ciertamente nada es perfecto pero esta situación está llegando a ser triste, quiero a mi esposa alegre, cariñosa y apasionada.

Necesito sentirme amado y necesito saber que ella no se está aburriendo de mí. Es inevitable llorar, la quiero tanto que no sé que haría si un dia de estos llega y me dice que ya no se siente bien  conmigo o que tal vez ha conocido a alguien el trabajo. Kelly es una mujer con demasiadas virtudes, a lo largo de estos dos años la he conocido más. Mi nutrióloga favorita, no sabia esa parte suya, ni siquiera sabía que tenía una carrera profesional, hasta que me dijo que iría a trabajar por un tiempo al consultorio de su amiga que estaba embarazada de alto riesgo, ya pasó un año y Kelly sigue trabajando. Jania y Janne están bien cuidadas, tienen atención y cuidado, eso es lo más importante pero ¿y yo? ¿Dónde quedo?

Tengo tantos sentimientos encontrados, amo a mi familia y estoy agradecido pero por otro lado estoy odiando este maldito pozo de costumbre y de miseria. Kelly y yo ya no estamos solos, ya ni siquiera un beso en los labios nos damos y esto ya lleva un rato así.

Le pongo fin a mis pensamientos y voy hacia nuestra habitación. Esta casa no tiene escaleras así que solamente debo de desplazarme cuando estoy tan casado, cuando las niñas cumplieron 9 meses vi muy propio comprar una casa diferente y cómoda para ellas. Dejé ma casa gigante con escaleras y estructuras laboriosas por una casa sencilla de varias piezas y un jardín grande y seguro.

Cuando llego a la habitación Kelly está apunto de meterse a la cama pero la cargo y le doy un beso en los labios, casi  brinco del alivio al escuchar una carcajada.

—Ay Barry, me asustas—Me mira con una sonrisa y eso me llena el alma. —¿Me vas a soltar o tendré que hacer algo para que lo hagas?

—Dame un beso y te suelto —Kelly se ríe pero me lo da—Kelly... no sabes cuanto te amo y eso no puedo dudarlo, me siento feliz de que las niñas te tengan como mamá, que las cuides y las ames tanto como yo... pero algo aquí se está enfriando y juro por Dios que me está lastimando esta rutina. Llegar a la casa es tan bonito porque sé que tengo a alguien que me espera y es que ya ni siquiera nos hacemos caso.

—Entiendo tu punto—dice —últimamente no me he sentido bien, es más, hay días en los que quiero dejar todo, cosa que no haré. No estoy supliendo a nadie en el trabajo, quería trabajar y poder sentirme una mujer autosuficiente así que le pedí trabajo a mi amiga.

—También entiendo tu punto pero yo quiero que tú y las niñas estén bien, que nada les falte y de eso me quiero encargar yo. El dinero no es problema, me encanta saber que estoy trabajando para ti y para mis hijas y no solo para que algún día este dinero se vaya directo a la mierda. Tal vez yo no pueda dejar de trabajar y es por eso que me he perdido tantas cosas de las niñas. Están en la época de las primeras cosas y yo quiero que tú estés ahí para verlas y no trabajando. Pero es tu decisión y yo no puedo decir nada, porque yo no tengo el derecho de prohibirte algo.

—Realmente no me pierdo nada, estoy tan al pendiente de ellas como puedo, pero me quiero sentir útil y no solamente estar encerrada en esta casa. Las niñas ya están un poquito grandes y no pasa nada que las tenga que cuidar una niñera, es totalmente normal.—Pone su mano en mi nuca y me empieza a acariciar el cabello... oh no, es su método para convencerme de dejarla hacer algo que no me parece bien.

—Para mí no es necesario que trabajes pero no te voy a limitar, ya te lo dije. —Aprovecho a darle un beso en los labios, Kelly me responde bastante bien, es más, hasta podría decir que estoy volando...

Todo esta listo para la fiesta de las niñas, las niñas apenas y andan de aquí  para allá con sus vestiditos morados con una bandita dorada en la cintura. Mis hijas son hermosas, cabello rubio, ojos verdes y labios gruesos, es obvio que salieron igualitas a mí.

—Barry, por favor, termina de vestir a las niñas —tomo a Jania y la siento en la cama.

—Muy bien Jania, es hora de terminar de ponerte los "papos"—la primera palabra de Jania fue "papos" no fue mamá ni papá, fue su intento para decir zapatos.

—Agua—Janne anda jugando con algo que es de su mamá, creo que es algo de maquillaje.—Papá, agua.

—Voy mi niña, solamente deja te pongo tus calcetas, tus zapatos y tu moñito.

—Sí.—Cuando al fin termino de arreglar a Jania me topo con la cara de Janne llena de lo que parece ser labial rojo y maquillaje líquido. Su vestido también está manchado.—Janneee, nooooo—estoy apunto de arrancarme los cabellos.—¿Qué cosa hiciste?

—Nada—automáticamente la niña de mis ojos esconde los artículos destrozados de su mamá.

—Amor...—Le quito las cosas de las manos y es inevitable no mancharse.

—Papi, yo no fui—Jania mira atenta a su hermana.

—¿Ya están listas?—Kelly entra como torbellino a la habitación.—Barry...

Sí, es a mí quien me regañaran...

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Perdón por no actualizar ayer jueves, tarde pero seguro. Gracias por votar y leerme.

Instagram: xschreiberx

Bebé Por Contrato (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora