Salvación.

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Caminamos hasta llegar a una enorme casa. La música se escuchaba desde fuera, echaba de menos este ambiente. Agarro a Nat y a Tate y los arrastro dentro con una sonrisa. Al entrar, nos encontramos con la Barbie operada, que nos saluda con la mano mientras da pequeños saltitos. Reprimo una carcajada y hago un barrido general. Huele a alcohol y a tabaco, cosa que soporto, a duras penas. Comenzamos a bailar 'Trumpets'.

Al pasar 10 minutos, Tate y Nat habían desaparecido. ¿Donde se habían metido? Bah, daba igual. Seguí bailando hasta que noté unas manos por detrás que me rodeaban la cintura. Entonces, una voz ronca me susurra al oído lo suficientemente alto para que pudiese escucharlo: "Estás preciosa, pequeño mapache." Mi estómago pega un brinco y me doy la vuelta para encontrarme con dos grandes ojos grises. Me había bebido un par de cubatas y hacía demasiado calor. Él se acercaba, cada vez más.

Apenas nos separaban unos escasos centímetros. Joder, Angy, reacciona. Me di la vuelta instintivamente para evitar el contacto visual.

-Oh, Angela Johnson, ¿crees que te dejaré en paz si sigues evitandome? -dijo de nuevo en mi oído suspirando. El vaho chocó contra mi nuca y hizo que un escalofrío me recorriese la columna vertebral. Sólo se me ocurría algo, y lo hice. Corrí y me encerré en lo que parecía ser un armario. La verdad es que era bastante espacioso. Al cabo de unos minutos, salí. Quería irme a casa, no quería estar sola y mi amiga y mi hermano se habían esfumado y no los encontraba. Salí de la casa a paso rápido. Me dolía el estómago,  no debí de haber bebido.

Las calles estaban oscuras, me abracé a mi misma, hacía frío. Al pasar por al lado de un callejón,  se me pusieron delante 2 chicos, algo más mayores que yo. Desprendían un fuerte olor a hierba y a alcohol.

-Mike, mira que tenemos aquí. -Dijo uno de ellos sonriendo mientras se tambaleaba hacia los lados.

Lo reconozco, soy una cagada para estas situaciones. Me quedé paralizada, tenía la impresión de que aquellos chicos no tenían buenas intenciones.

-Está muy guapa con ese vestido, aunque apuesto a que estará ymejor sin él. -Respondió el otro mirandome de arriba a abajo.

Salí corriendo en dirección contraria, ellos empezaron a seguirme y las lágrimas empezaron a aparecer haciendo que mi vista se nublara. De una calle aparece una voz que me resulta familiar. Paré en seco, no podía correr más. Mis pies y pulmones no daban para ello.

-¡Eh! Mike, Josh ¿Qué coño hacéis?

-Eh... Hola tío, no estabamos haciendo nada, ya nos íbamos...

Escuché cómo salieron corriendo y me di la vuelta,  ya un poco más repuesta. Corrí hacia él, lo abracé y empecé a llorar. Había pasado mucho miedo. Sus manos recorrían mi espalda de arriba a abajo mientras me susurraba que todo estaba bien.

Al cabo de unos minutos me separé,  ya había dejado de llorar.

-Acompáñame, por favor...

-¿Ves? Ya te tengo en el bote, pequeño mapache.-Dijo sonriendo mientras me guiñaba un ojo. Me reí y le respondí: "Te daré el lujo de venir conmigo como recompensa." Los dos reímos y comenzamos a andar hacia nuestro vecindario. En el camino no hablamos mucho, él pasaba el brazo por mi hombro cuando yo tiritaba y me dedicaba a mirar al suelo. Llegamos.

-Gracias por venir conmigo y ayudarme esta noche.

-No me las des, no podía permitir que esos capullos te hiciesen daño. ¿Me vas a dar un besito de despedida?-dijo haciendo un puchero.

-Bueno... Hoy, y porque me has salvado. Mañana volveré a odiarte.-Me acerqué a su mejilla y cuando estaba a punto de darle un pequeño beso,  él giró la cara y acabé besando la comisura de sus labios.-Eres un imbécil.-Me separé, le pegué un pequeño empujón y me despedí con la mano mientras entraba.

Me descalcé los tacones y los aguanté en la mano. Mis padres habían salido, pero había ruido arriba. Subí las escaleras y escuché que provenía de la habitación de Tate. Abrí un poco la puerta. Se había traído una chica, aunque no pude reconocer quien era. Puse los ojos en blanco y cerré la puerta con cuidado. No me importaba quién fuese su nuevo juguete, hace mucho quedamos en no meternos en la vida del otro. Mi móvil sonó. Whatsapp. Kevin me había enviado un mensaje:"Me lo he pasado bien esta noche, espero volver a verte pronto. ;)" al momento le contesté: "Sigue soñando, Brown. Jeje : ) buenas noches." Me desvestí, me puse una camiseta grande y me metí en la cama. Mis ojos no tardaron en cerrarse, había sido una noche badtante estresante.

Amor A Base De Odio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora