Me desperté, y al intentar incorporarme, tuve que tumbarme de nuevo, ya que tenía un horrible 'Harlem Shake' en la maldita cabeza, a parte de un brazo masculino que me abrazaba. Mi expresión cambió cuando me di cuenta de que estaba desnuda, que a mi lado tenía a Kevin tapado hasta la cintura con la sabana, con el pelo alborotado y de que las sábanas blancas, estaban manchadas de... Sangre.
Intenté levantarme, pero me dolían muchísimo las piernas y a penas podía moverme. Recuerdo que Kevin me besó, pero no era capaz de acordarme de nada más. Dios mío, no. No pude. NO PUDE HACERLO JODER, DIME QUE NO.
Me metí otra vez en la cama con cuidado y observé por debajo el cuerpo de Kevin. No pude reprimir un par de lágrimas al ver que él también estaba desnudo.
¿Qué voy a hacer ahora? Esto no debió pasar, NO.
Me puse mi ropa interior y una camiseta de alguna de las muchas chicas que han pasado por la habitación de este chico. Con cuidado de no despertarlo, me encerré en el baño y me puse a llorar.
Había perdido una de las cosas que más respetaba en mi vida. Mi intocable (hasta anoche) y jodida virginidad.
Lloré, lloré descontroladamente. A moco tendido. Me sentía mal, me sentía... ¿Como una zorra?
Es lo que eres, Angy. No me jodas. Dejaste actuar a tu parte gilipollas y me diste de lado, ahora te jodes.
-CALLA PEQUEÑA HIJA DE PUTA.- Me grito interiormente.
He logrado calmarme un poco, aunque tengo una pinta horrible y los respingos continúan. Me levanto, dolorida, del suelo y me coloco frente al espejo. Mis ojos rojos e hinchados delataban que había estado llorando.
Me lavé la cara y traté de sonreír, sin resultado alguno.
Me acaricié el hombro y entonces recordé algo.
FLASHBACK:
Nos besabamos torpemente. Riendonos y chocandonos principalmente con todo lo que había en la habitación. Entonces puso su mano sobre mi hombro, y con lo que pareció ser una caricia, deslizó mi vestido. Haciéndome quedar en ropa interior, lo que me provocó mucha, MUCHA risa.
Me besó de nuevo, agarrandome de la cintura y tumbándome en la cama. No fue brusco, aunque no tengo ni idea de por qué. Puede que estuviese demasiado pedo.
-Eres preciosa.-Me susurró mordiéndome la oreja.
-Y tú estás borracho. -Dije arrastrando las palabras.
-Ya, pero mañana ya no estaré borracho y seguirás siendo preciosa. Quise hacer esto desde que llegastes. -Hizo una pausa para colocarse sobre mí y seguir besándome - Me gustas-Dijo riendo. Yo simplemente me dejaba hacer, porque practicamente no me estaba enterando de nada. Su aliento y sus besos me sabían a Vodka. Puto vodka.
FIN DEL FLASHBACK.
Dios... no. Lo había hecho, y no me acordaba. Nunca pensé que sucedería así. Quizás en un coche, estando consciente, o en un hotel, o en mi habitación. Y nunca imaginé que sería mi maldito vecino. El horrible. El que se las tira noche y día. El capullo. El repugnante. Y una larga lista de insultos.
Entonces, cuando veo al rey de Roma detrás de la puerta que acaba de abrirse, vuelven las lágrimas. Se está tapando lo justo y necesario, con esa sábana, que me hace acordarme de lo poco que recuerdo. Y ¿cómo no? me pongo a llorar de nuevo.
Eres una estúpida.
Esta vez no le respondo a la PHP (pequeña hija de puta) porque sé que tiene razón.
Entonces, cuando levanto la mirada, lo tengo delante, arrodillado y abrazandome.
Lo peor que puede hacer alguien cuando estás llorando es abrazarte, abrazarte fuerte, un abrazo de verdad. Ya que sólo haces que te entren más ganas de llorar. Aun así, sin saber por qué le devuelvo el abrazo.
-Lo siento. -Susurró, lo suficientemente alto para que pudiese escucharlo. Y ahí, me di cuenta de que lo decía de verdad.
Después de un rato así, salimos del baño. Yo me movía como podía y era extraño, porque Kevin intentaba romper el hielo con cosas como: 'Pareces un jodido pato andando así.' y de ese estilo.
Se puso unos boxers y se sentó en la cama, a mi lado. Iba a comenzar a hablar cuando escuchamos gritos en el pasillo. ¿Esas voces me sonaban? Oh no por favor. Entonces, la puerta se abre bruscamente dejándonos ver las caras de Nat y Ed.
Se me olvidó mencionar ayer que Ed vino a la fiesta, llevábamos un tiempo saliendo, un corto tiempo.
-ED TE HE DICHO QUE NO ENTRES... ahí. -Gritó mi mejor amiga acabando la frase con un tono mucho más bajo.
El que hasta aquel momento era mi novio, se puso rojo, muy rojo. Realmente me preocupaba. Y empezó a gritar:
-¿EN SERIO? TE HAS ESTADO FOLLANDO AL VECINO, LO SABIA. TAN SÓLO ERES UNA PUTA MÁS DE TODAS, QUE LO SEPAS. -fue cuando realmente me quedé flipada cuando un puñetazo calló las gilipolleces que no paraba de soltar Ed por su estúpida boca.
Y ahí, amigos míos, fue donde empezó una de las peleas que entran en el ranking de las 3 mejores, ocupando el 2° puesto. No quería que nadie muriese ese día así que intenté separarlos. WRONG. Completa y absolutamente mala idea. Uno de los puños de Ed aterrizó en mi ojo, accidentalmente (?)
Básicamente me sentó. Y ahí fue cuando ya no podía soportarlo, iba a estallar. Toda la habitación se quedó en silencio, mirándome. Yo, cogi aire. La verdad es que ahora el dolor me importaba una puta mierda. Me puse de pie lentamente.
Vamos, deja las tonterías, lánzate y partele la puñetera cara.
Me abalancé sobre Ed, gritando y empleando el karate que recordaba de las clases de cuando era más pequeña. Asombrosamente conseguí tumbarlo.
Mi mejor amiga y Kevin, se quedaron mirando en plan: wtf Cómo coño has hecho eso.
Nat fue la primera en reaccionar, me puso mi vestido y me arrastró fuera de aquella casa de locos, en la que me había dejado algo que no podría recuperar nunca. Mientras tanto, Ed había salido corriendo de la casa y Kevin se quedó gritando desde su puerta que necesitaba hablar conmigo.
Entré en casa sin decir una palabra. Seguía en Shock. Subimos a mi habitación. Se lo conté, lo poco de lo que me acordaba. Ella no hablaba, sólo me escuchaba, me abrazaba y me secaba alguna que otra lágrima de vez en cuando.
-¿Crees que ha sido un error?
-¿Cómo crees que va a reaccionar el que escribe las amenazas? -Dije llorando.
Me va a matar. Está en todas partes.
***
Tras pasar el día solas en casa, con Tate, al que para mi bien, no hizo mucho caso; tocaron al timbre.
Me dirigí a la puerta y ahí estaban mis padres, con la tristeza invadiendo sus rotros. Pero mi mayor sorpresa fue cuando miré a la tercera persona que los acompañaba. Vestida de negro, con un paquete de pañuelos en la mano y los ojos hinchados...
Mi prima Arya.
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Amor A Base De Odio.
Teen Fiction-Eres un idiota, te odio. Me miró con una sonrisa pícara sabiendo que eso me ponía aún más de mal humor. -En el fondo sabes que no es cierto, pequeño mapache. -Te he dicho que no me llames así. -¿Y por qué tengo que hacerte caso? -Dijo dando un paso...