Entonces... tú y yo no hicimos nada, ¿Cierto?

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Cuando abrí los ojos pensé que estaba muerta. No me acordaba de absolutamente nada de lo que había pasado la noche anterior. Miro un extraño reloj wue hay en la mesilla, las 12. Un fuerte dolor de cabeza me impide pensar. Me incorporé mientras hacía una mueca torcida y me llevaba la mano a la frente. Puta resaca. Cuando quise darme cuenta estaba en una cama que no era la mía; con una camiseta que tampoco me pertenecía. Mierda. ¿Por qué me pasaban estas cosas? Yo sólo quería estar como siempre. Quería de vuelta mi estúpida vida de adolescente hormonada.

Me levanté intentando no hacer ruido, aunque aparentemente no había nadie allí y al apoyar el pie derecho en el suelo no pude reprimir un grito de dolor. Mi tobillo estaba hinchado y me dolía bastante. Después de mi reacción escuché unos pasos apresurados detrás de mí. Me giré para encontrarme con un Kevin alarmado y a medio vestir.

-¿Estás bien? ¿Qué ocurre? -Dijo acercándose y tomándome del codo.

QUÉ CONFIANZAS SON ESTAS? ¿ANGY QUÉ COÑO HAS HECHO?

-Mi tobillo...-dije mirando este, que tenía peor aspecto-antes de que me de por empezar a gritar, explícame qué mierda hago en tu casa y qué pasó ayer.

Sonrió de lado mientras comienza a contarme lo que había sucedido.

LA NOCHE ANTERIOR...

Punto de vista de Kevin:

Estaba terminando de abotonarme la camisa cuando Jack tocó a la puerta.

-YA VOY -grité mientras bajaba las escaleras y abría rápidamente la puerta y nos montamos en su coche.

Hacía mucho que no salía con Jack. Casualmente, siempre que salíamos juntos de fiesta una chica diferente aparecía en mi cama y a ve es, incluso dos. Pero esta vez, sólo quería encontrarme con la que desde hace unas semanas le tengo muchas ganas. El pequeño mapache. Podía relajarme pensando en como sería el roce de su piel con la mía. Ella no era una más. Ella se oponía a mí, lo que la hacia mucho más deseable para mí. Un pequeño reto.

Llegamos al 'Ginger' el pub más petado de Londres. Al entrar, la música comienza a retumbar en mis oídos y hago un barrido general para ver en qué clase de terreno me estoy moviendo. Cuando me doy la vuelta, veo a Jack con una morena que se ríe mucho y se toca el pelo. Comienzo a desplazarme por el local hasta que me choco con una rubia que al instante se gira con mala cara tambaleandose. ¿De qué me suena? ¿Se llamaba Natalie?

-Ve con más cuidado, capullo.

-Relájate, ha sido sin querer.

Pone los ojos en blanco y la veo aparecer por detrás de la rubia que me sigue clavando dagas con la mirada. Simplemente con mirar a Angy sé en qué estado de borrachera se encuentra. Esta noche será más divertida de lo que me esperaba. Su amiga se pierde entre la gente, y antes de que ella salga detrás la agarro del brazo y la saco de este griterío para llevarmela a un lugar más tranquilo.

-¿Qué haces? Sueltame. -dice arrastrando las palabras.

-Dios, pequeño mapache, estás muy borracha. -digo yo, riendo.

Me detengo y me giro hacia ella. Nos separan unos escasos centímetros. Sé que si me la tiro ahora mismo mañana no se acordará, pero no lo hago. Quiero que cuando suceda, lo recuerde y que sea porque los dos queremos. Estoy seguro de que la tendré, tarde o temprano será mía,  sólo mía.

-Bésame.-dice rodeandome el cuello con los brazos.

Río-no te voy a besar, te voy a llevar a un sitio para que duermas.

***

-Después de eso te llevé aquí. - Le había contado lo sucedido, omitiendo lo que yo pensaba, claramente.

-Entonces... tú y yo no hicimos nada, ¿cierto?

Pensé en lo divertido que sería mentirle, pero es un tema serio así que me dediqué a asentir.

-Debo irme... ¿Y mi ropa? -dijo mientras se miraba a la vez que el color de sus mejillas se tornaba a rosado.

Señalé el sillón y cojeando se dirigió allí, se vistió a toda prisa y después de discutir porque no me dejaba acompañarla al hospital, se fue.

Amor A Base De Odio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora