Escuchaba Lana del Rey en mi pequeño balcón mientras me fumaba un cigarro. Lo había dejado al venir aquí, pero he vuelto a retomarlo, mejor no preguntar el por qué.
La verdad es que tras estas 2 semanas, creo que he llegado a la conclusión de que estaba deprimida. Tengo los mismos síntomas que me describió el padre de Ray en una conferencia que dio cuando seguía en Nueva York. Desorden alimenticio y en las horas de sueño, pérdida de interes en actividades que antes me gustaban, sensación de abandono...
Las cartas volvieron hace un par de días, cuando Kevin me dijo de ir a comer por ahí. Cuando se consume el cigarrillo, me enciendo otro. Me apoyo en la barandilla agachando la cabeza. No llores, mierda.
Había una novedad, Alice había empezado a recibir amenazas también; y Nat... bueno, llevo sin saber de ella desde que, junto a Tate, me dijeron que estaban pérdidamente enamorados y que en un descuido, ella se había quedado embarazada. Resoplo recordando lo mal que lo pasé en ese momento. Sin embargo, ellos se veían felices, con ganas de seguir adelante con aquello. Qué asco.
Un 'ts ts' me saca de mi incomprensible cabeza. Miro al balcón de en frente y me encuentro a Kevin, sólo con un pantalón, fumando también. Me muerdo el labio y lo observo, la verdad es que está muy bien. Si no fuese gilipollas, claro.
Me recojo el pelo en un moño y vuelvo a mirarlo. Me hace una seña para indicarme que salga a la acera. Le niego la cabeza y coloca las manos juntas y hace un puchero. Pongo los ojos en blanco y entro para cambiarme y salir de la habitación.
Cuando salgo por la puerta, él ya está sentado fuera esperandome.
-Hola, pequeño mapache.
-Hola, Kevin.
-Me he enterado de que te gusta echar fotos. ¿Es cierto?
-¿Quién te lo ha contado?
-Tengo mis contactos, fea. Tengo que enseñarte un sitio, coge tu cámara.
Me apetecía echar fotos, la verdad. Así que entro rápidamente en casa, cojo mi tesoro y regreso para encontrarmelo con una Nikon entre sus manos.
-¿Tú también?
-No me conoces a penas, te sorprenderías al saber la cantidad de cosas que tenemos en común. Deberíamos casarnos.
-Bebe lejía, imbécil.
-En el fondo, te caigo bien. Si no, no estarías aquí. -Tiene razón, así que me quedo en silencio mientras caminamos.
Al cabo de un rato, llegamos al Támesis. No había venido por esta zona, y la verdad es que merecía la pena fotografiarla. Con un cigarro que le robo de la boca a Kevin comienzo a caminar para buscar una perspectiva correcta para mis fotos.
Al girarme hacia él, tiene la cámara preparada para dispararla enfocándome, así que me pongo de pie, lo enfoco y le echo una foto a la misma vez que él. Baja el aparato y sonríe dejando ver su blanca dentadura. Le devuelvo una leve sonrisa ladeada.
Después de dar una vuelta por allí, un café y muchas fotos, ya estamos volviendo. Al llegar, intenta despedirse con un abrazo, al que en principio me niego, pero luego, después de que insistiese tanto, me dejo.
-Esa mano está un poco baja. -Siento como se rie y exhala en mi cuello, poniendome la piel de gallina. Se separa lentamente y mientras se va, me dice:
-Tendrías que volver al insti, no te aprobarán si sigues escapandote, pequeño mapache.
Pongo los ojos en blanco una última vez y entro.
Quizás Kevin Brown no sea tan malo como todos piensan.
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Amor A Base De Odio.
Teen Fiction-Eres un idiota, te odio. Me miró con una sonrisa pícara sabiendo que eso me ponía aún más de mal humor. -En el fondo sabes que no es cierto, pequeño mapache. -Te he dicho que no me llames así. -¿Y por qué tengo que hacerte caso? -Dijo dando un paso...